La boda de Ismael y Laura en Cambrils, Tarragona

El día de nuestra boda

Después de haber tenido que posponer por el Covid y de dos meses intensos de reorganización, llegó el día. Amanecimos juntos y a las ocho de la mañana yo ya estaba en la peluquería y al poco rato llegó la fotógrafa. De mientras mi chico intentaba controlar los nervios en casa; yo estaba algo nerviosilla, pero mucho menos de los que esperaba estar. Simplemente quería vivir ese día.

Al llegar a casa de mi madre ya me esperaba la maquilladora y casi cuando acabó conmigo llegaron mi hermana y mi cuñada de la peluquería y como aún era temprano para vestirme aproveché para comer un poquito; tenía el estómago cerrado, pero preferí comer algo para no desmayarme en medio de la ceremonia.

Al llegar mi mejor amiga con su chico no tardé demasiado en subir a vestirme; tanto ella, como mi hermana y mi cuñada me ayudaron. Meterse en ese vestido con tantas capas de falda sin ayuda y encima ya peinada y maquillada era misión imposible.

Estando ya vestida llegó mi padre y empezamos con las fotos de familia. Entregué a mis damas una cajita con regalitos y todos salieron para el sitio y yo me quedé con mi padre a esperar a un amigo que me traía el ramo y tenía que leerme el verso. No sé qué le pasó que se retrasó bastante, pero eso no me alteró, todo estaba yendo a bastante bien de tiempo y me mantuve tranquila. Nada más él terminó, salimos los tres de casa hacia la ceremonia, trayecto que se me hizo eterno.