La boda de Imanol y Lorea en Durango, Vizcaya

El día de nuestra boda

Después de retrasar la boda 9 meses, llegó el día. Estábamos muy tranquilos hasta que vimos a todos nuestros amigos y familiares. Los dos nos preparamos en el hotel donde celebrábamos el evento, en habitaciones contiguas, así que nuestro hijo de 3 años paseaba de una habitación a otra. Cuando llegó el momento de bajar, me tocó esperar en las escaleras escondida y oía a mucha gente conocida y me puse más nerviosa aún.

Llegó el momento. Llovía, así que celebramos la ceremonia dentro. Empezó a sonar mi canción (Perfect de Ed Sheeran) y cogí a mi padre del brazo y entramos; ese momento fue mágico, ver a todo el mundo mirándote, emocionados, aplaudiendo... es una sensación única. Llegué hasta Imanol y nos dimos un abrazo que no olvidaré en la vida. La ceremonia fue increíble, muy emotiva con varios discursos, incluido el mío.

Lo que viene después ya lo conocéis; cóctel, menú y baile. Con más restricciones de las que nos hubiesen gustado, pero para haber celebrado el evento en plena cuarta ola del Covid-19, hicimos de ese día un día mágico en el que todos nos olvidamos por un instante de todo lo que estábamos viviendo fuera.