La boda de Iker y Sara en Vilanova Del Valles, Barcelona

El día de nuestra boda

Nuestra boda fue de tarde. Los días anteriores había llovido muchísimo, y ya teníamos asumido que si hacía mal tiempo no nos íbamos a amargar el día pero, por suerte, hizo un sol de escándalo. Había 130 invitados y pusimos buses que salían desde nuestra ciudad hasta la finca de la boda. Nosotros nos arreglamos cada uno en un sitio, yo en la finca y mi ahora marido en el hotel donde se alojaba su familia. Me encantó el momento maquillaje, peluquería y fotos, y la mañana se me pasó volando. De repente vinieron a avisarme porque ya tenía que salir, y ahí sí me puse nerviosa. Mi padre me esperaba en un Seat 600 celeste que nos dejaron y con el que me trasladé hasta el arco por donde tenía que pasar para ya ver a mi novio. Jamás olvidaré la cara de Iker cuando nos miramos por primera vez. La ceremonia fue al aire libre y fue muy bonita, hablaron familia y amigos y creo que a todos se les hizo ameno. La finca estaba preciosa, en el aperitivo pusimos una banda de jazz, la comida estaba riquísima, bailamos, nos reímos... siempre me habían dicho que el día de la boda es un día que pasa volando, y es cierto! De repente, ya estábamos cenando. En la cena hubo varias sorpresas, las tías de mi novio nos hicieron un baile típico de la zona de Euskadi y Navarra, el Aurresku, fue muy emotivo. También nosotros pusimos un vídeo con la historia de como nos conocimos, dimos regalos a nuestras madres, padres y abuelas... Para el primer baile escogimos una canción de lindy hop y en la discoteca pusimos dulces y un Fotomaton. Fue un día precioso