La boda de Gonzalo y Ester en León, León

El día de nuestra boda

Todo el mundo siempre dice que el día de tu boda es el mejor día de tu vida, parece un tópico, pero es verdad. Tras más de un año organizando la boda, llega sin que te des cuenta la semana de antes. Yo estaba muy tranquila, confiaba absolutamente en todos nuestros proveedores y tras llevar huevos a las clarisas, mi futuro marido, estaba segura de que todo saldría estupendo. Lo que no sabía, o no era consciente, era del amor tan grande que recibimos tanto el día de la preboda como el día de la boda. Un amor y cariño increíble y muy especial.

El día de la preboda, con anécdota incluida, fue simplemente perfecto, íntimo, con los amigos más especiales y en un sitio espectacular. Como si fuera cosa del destino, esa noche tuvimos una de las puestas de sol más increíbles que hayamos podido ver en León. Al día siguiente, todo se dio con calma, un día lleno de sorpresas, de flores que mandaba la gente que por circunstancias no podía estar, y entre risas, flores y Manolitos, se pasó la mañana. La boda comenzó a las 5:30 y las siguientes 13 horas, se resumen en el amor más grande, cariño, risas, diversión y buena comida jamás vista. Siempre fue, es y será un día especial.