La boda de Gloria y César en Valladolid, Valladolid

Puntualmente salimos de casa de mis padres hacia la iglesia. Yo seguía tranquilísima, y mi padre no podía contener las lágrimas, una vez en la puerta de la iglesia mi chico salió a recibirme, ¡estaba guapiiiiisimo! Saludé a todo el mundo como si la cosa no fuera conmigo, estaba en mi salsa, tranquila, feliz, emocionada, todo era perfecto en ese día. La ceremonia también fue bonita y emocionante, después nos fuimos rápidamente para hacernos las fotos, ya que como era octubre, no queríamos que se nos hiciese muy de noche.

De vuelta con los invitados, todo perfecto. Tanto César como yo estábamos muy tranquilos y felices, la cena transcurrió muy bien, con muchas sorpresas para los papás, las mamás, las sobris, mi hermana y mi cuñado, las testigos… que no podían dejar de llorar, pero la sorpresa final estaba por llegar,¡nuestros baile!

Mi chico y yo estuvimos casi cinco meses con un profe particular para aprender a bailar un tango, ni más ni menos. Yo estaba un poco preocupada porque no sabía si con el vestido iba a poder hacer las figuras que habíamos aprendido, pero yo me “remangué” mi vestido y a bailar, quedó perfecto, nadie lo sabía por lo que se quedaron sin palabras, fue genial.

Creo que puedo decir que ha sido uno de los días más felices de todo mi vida, lo viví con mucha intensidad y lo repetiría una y mil veces, creo que fue aún mejor de lo que nunca hubiésemos imaginado.