La boda de Dennys y Carlos en Sant Vicenç De Montalt, Barcelona

El día de nuestra boda

Las previsiones apuntaban lluvia con certeza, pero finalmente el día transcurrió entre nubes y claros que dieron a la celebración una luz especial. Teníamos muchas, muchas sorpresas preparadas para nuestros 160 invitados. La ceremonia empezó en los hermosos jardines del Turó del Sol. Temblando, de Antonio Orozco, sonaba mientras la novia descendía por la alfombra roja que adornaba el jardín. El vestido de la novia había sido una sorpresa bien guardada. Confeccionado a mano por dos amigas de la novia, lució esplendoroso mientras Dennys se dirigía temblorosa pero segura hacia el altar. Y allí cayeron las primeras lágrimas.

Fue una ceremonia divertida y muy emocionante. Un par de espontáneos decidieron añadirse a los discursos y allí los pañuelos ya volaron sin contención. Después, tras la sesión de fotos, nos esperaba una voz portentosa. Antonella nos cantó en directo Por fin, de Pablo Alborán. ¡Qué bonito cantas, niña! Y al entrar al salón empezó la fiesta. Podemos decir humildemente que todos, absolutamente todos los invitados bailaron. Bautizamos cada mesa con el nombre de un cantante y durante la comida bailamos con cada mesa cuando sonaba su canción. Luego llegó el pastel y los regalos y volvimos todos a llorar de emoción.