La boda de Cristina y Victor en Málaga, Málaga

El día de nuestra boda

Lo que en principio se vaticinaba como un día "complicado" (por la meteorología), se transformó en el día más bonito de mi vida.Todo comenzó, como siempre, con los preparativos previos: durante dos años hemos aprovechado al 100% cualquier instante para hablar y acordar mil cosas de cara al gran día. Eso nos facilitó mucho para hacerlo con relax y tranquilidad. Luego, el gran día, pues llevas cosas a la iglesia, haces un picoteo para comer, llega la maquilladora y la peluquera a casa, y cuando te vas dando cuenta, el reloj corre más de lo normal. A las 17:00h, todo listo para bajar en cualquier momento. Abajo me esperaban dos íntimos y grandes amigos míos para llevarnos a la iglesia. A las 17:28h (me han dicho), entré a la iglesia sonando de fondo "Siempre la Esperanza", una marcha de procesión de Semana Santa adaptada a piano y violín, que era lo que teníamos contratado. A partir de ahí sí que corrían las agujas del reloj. Cuando pocos minutos después escuché a mi cuñado tocar el claxon, supe que todo era cuestión de segundos. Y entró ella, agarrada del brazo de mi suegro, espectacular (como cada día) y he de admitir que me costó no llorar (por el maquillaje, básicamente). Nos fundimos en un abrazo que no era lo que habíamos ensayado hacer, pero fue lo que surgió por ambas partes. La ceremonia en general fue de 10, amenizada por obras sacras y musicales adaptadas a piano y violín, la decoración de la iglesia muy personalizada porque la mayoría la hicimos nosotros, la gente radiante, encantada, fue todo espectacular pero demasiado rápido. El toque para que la gente soltase alguna lagrimilla fue cuando anunció el párroco que íbamos a llevar a cabo el "rito de la velación", un momento precioso de bendición del ya matrimonio. Y bueno, al salir la novia (ya mi mujer), me deleitó con una sorpresa, una canción preciosa interpretada por la cantante Lucía Pineda, espectacular. Todo entre cañones de mariposas y arroz por todos sitios. Brindamos, di unas palabras en nombre de ambos, y a seguir, que el día es largo. Luego nos fuimos a hacernos las clásicas fotografías por varias zonas de Málaga: La Coracha, los jardines de Puerta Oscura, el Ayuntamiento... y nos fuimos a la finca a celebrarlo. Allí siempre nos dirigía Pepe, el organizador de Finca las Tinajas, que es un profesional de 10, en serio. La entrada al cóctel fue con la canción "Todo contigo" de Álvaro de Luna, la del salón fue un remix de "Nochentera" de Vicco. La gente estaba feliz de compartir con nosotros ese día y se notaba en sus caras, sus gestos, en la felicidad que transmitían. Fue maravilloso rodearse ese día de tantos familiares, grandes amigos, nuestros compañeros de trabajo con quienes pasamos día tras día. Tras la cena, hicimos el tradicional brindis, leímos unas palabras de agradecimiento hacia los asistentes, cortamos la tarta, repartimos regalitos… y comenzó el baile nupcial: los invitados pensaban que no íbamos a hacer mucho porque yo soy arrítmico bailando, pero no contaban con que llevábamos más de un año ensayando ese baile y lo sabíamos a la perfección. Y así salió, prácticamente perfecto. Y luego, ¡que siga la música, que la noche es larga! Así hasta las 06:00, donde todo acabó y tuvimos que recoger e irnos. Y ahora diréis, ¿cuál es tu resumen del día de tu boda? Es imposible resumir tantísimos momentos, miradas, emociones... Simplemente, decir que muchísima gente coincidió en que, en 30 años que tengo, jamás me habían visto así de feliz, radiante, enérgico, implicado, motivado… Para mí también fue una sorpresa. Disfrutadlo, porque sí, como dicen, el día pasa volando y no te das cuenta hasta que acaba de qué ha sucedido ese día. Mi día no tiene valoración porque es imposible, simplemente fue espectacular e inolvidable, y quienes nos acompañaron se encargaron también de que así fuese.