La boda de Cormac y Belén en Villanueva De La Cañada, Madrid

El día de nuestra boda

El día de mi boda fue espectacular y los dos disfrutamos de cada momento. Me desperté temprano para tener tiempo para rezar antes de la sesión de maquillaje y peinado, que fueron una auténtica gozada. Me reí muchísimo según mi familia discutía, medio en serio medio en broma, por la casa según se iban preparando. Al fotógrafo, Álex, le encantaba pillarnos desprevenidos; creo que hasta le sacó una foto a mi hermano en calzoncillos. ¡Fue una mañana llena de alegría y risas! Me hizo especial ilusión sacarme una foto con mis hermanos en el jardín (mi madre tenía una fijación especial por sacar flores porque llevaba comprando plantas desde hace ni se sabe para la ocasión).

Me empecé a poner nerviosa en el coche, y con todo, les hicimos esperar. Mi hermano Gonzalo, el menor, fue mi fantástico chófer. Encantado de conducir el flamante Mercedes Benz deportivo, por supuesto. Nos propusimos llegar tarde y lo conseguimos, aunque también nos vimos en apuro al llegar porque mi prima y sus hijas no iban a llegar a tiempo y resulta que iban a llevar los anillos, pero la nena de mi mejor amiga, que tiene cuatro primaveras nada más, al final lo llevó todo: arras y anillos. Mis dos testigos me sujetaron y colocaron la cola... Me dieron un tirón para frenarme cuando entramos en la iglesia al ritmo de los tambores según el coro cantaba “Be Thou My Vision”... No podía dejar de sonreír. Cormac es probablemente el primer novio de la historia que espera a la novia con las manos en los bolsillos. Nos dimos un abrazo nada más vernos...