La boda de Berna y Mari en Torrent, Valencia
Elegantes Verano Blanco 4 profesionales
B&M
25 Jun, 2016El día de nuestra boda
Como novios tradicionales, la noche de antes cada uno durmió en casa de sus padres, de forma que queríamos que sólo nos viéramos cuando ella entrase a la iglesia. Antes de que nuestro fotógrafo Salva (de Parc Central Fotógrafos) llegase a mi casa para empezar la sesión de fotos, ambos teníamos que ultimar algún detalle. Yo debía de hacerme algún retoque de peluquería, ir a recoger la sorpresa que le tenía preparada a la que hoy ya es mi mujer para cuando acabásemos el baile y dar a una de sus mejores amigas un pequeño detalle para que se lo diera en mi nombre una vez estuviera con el vestido de novia puesto, mientras tanto ella, debía de acudir a la peluquería, quien iba a maquillarla y peinarla para ese día tan especial para nosotros.
De que me di cuenta, tenía a Salva en mi casa preparado para empezar a disparar fotos como un loco, así que al poquito de llegar, me hizo coger una caja donde teníamos preparado el arroz en pequeños nenúfares que habíamos preparados nosotros para repartir a nuestros invitados, y nos dispusimos a bajar a la calle para empezar el previo.
Seguir leyendo »Él salió primero del patio y en menos de lo que uno tarda en parpadear, ya estaba con la cámara preparada para fotografiar el momento en que viera la primera sorpresa de ese día. Salí del patio y allí tenía una gran de pancarta que ponía "Nos vemos en el altar. Fdo: La que va blanco".
En un primer momento pensé que eso no era para mí, pero luego ya empezamos con las risas y el cachondeo para saber quién había sido el cómplice que ayudó a Mari Carmen a que me diera esa primera sorpresa.
Empezamos la sesión de fotos en un parque cercano a casa de mis padres para relajar la tensión que pudiera haber ese día, aunque en realidad estaba bien relajado y tranquilo. Tras esas primeras fotos, subimos a casa y mientras me ponía mi pantalón de novio, Salva procedía a hacer fotos a los detalles que queríamos inmortalizar, entre ellos, un camafeo con la foto de mi abuelo que llevé todo ese día guardado en un bolsillo interno de la chaqueta.
Poco a poco empecé a vestirme tal y como me iba indicando el fotógrafo y me di cuenta estaba vestido de novio y él ya estaba saliendo de casa de mis padres camino a casa de la novia. Me vestí de ropa de calle nuevamente y ya sólo quedaba esperar a que llegara el coche que teníamos contratado con JJDluxeCars para que nos llevara a la iglesia. Mientras tanto, en ese rato, no dejaba de pensar en cómo estaría la novia, en qué estaría haciendo, si estaría nerviosa, si estaba ya preparada para salir de casa, tenía tantas ganas de que llegase el momento de verla que parecía que el tiempo no pasaba.
Llegó el momento en que sonó el timbre y el chófer nos esperaba en la puerta. Bajamos, nos subimos al coche y a la iglesia. A esperar a la novia. Por fin parecía que el tiempo pasaba más rápido, pero no, fue llegar a la puerta de la iglesia y el tiempo se paralizó de nuevo.
Tras los primeros saludos a familiares y amigos que iban llegando, empecé a ver a familiares de Mari Carmen, con lo que la novia estaba a punto de llegar y yo sin entrar a la iglesia aún.
Qué nervios. Toda la gente en la puerta hablando, saludándose y la novia a puntito de llegar. Así que nada, invité amablemente a la gente que fuera entrando para que yo pudiera hacer mi entrada a la iglesia.
Conforme iba entrando la gente ya empecé a escuchar las primeras notas del Coro Rociero Flor de Romero cantando mi canción de entrada. Así que por fin había llegado mi momento, me tocaba hacer mi entrada y esperar a que la novia llegase e hiciera el mismo recorrido hasta llegar a mi lado. Mi entrada fue algo sentida puesto que a la vez que iba entrando, iba pensando en esa persona tan especial que no iba a poder estar a mi lado ese día y en las dificultades que habíamos encontrado para poder hacer realidad este sueño tan ansiado que teníamos.
Por fin empecé a oír un pequeño murmullo, señal de que la novia estaba a punto de realizar su entrada a la Iglesia para ponerse por fin a mi lado, pero esta vez vestidos de novios.
Y por fin la vi, cogida del brazo de su padre con los ojos brillantes, resplandeciente, guapísima, con ese vestido que tan oculto me había tenido. La ceremonia fue muy emotiva, ambos nos emocionamos en los momentos más importantes (anillos, arras, consentimiento...) y de que nos dimos cuenta ya estábamos en la sacristía firmando los papeles como que ya éramos marido y mujer.
Una vez que salimos de la iglesia y la gente nos tiró el arroz y la traca y nos dio la enhorabuena...nos dirigimos al Saler a realizar un pequeño reportaje fotográfico mientras que los invitados llegaban al salón.
Ya mucho más relajados, el chófer nos sacó una botella de cava y dos copas para que brindásemos por nuestro recién matrimonio, y tras ello al salón con nuestros invitados. Al llegar nos recibieron los invitados en el jardín, puesto que habían recién empezado el cóctel, a partir de ahí perdí a mi mujer y ya no la encontré hasta poco antes de entrar al salón, todo fueron saludos a los amigos, familiares, besos, abrazos, fotos...
Entramos al salón con la canción que habíamos previamente elegido y al ponernos junto a nuestros padres, realizamos el brindis con todos nuestros invitados y nos dispusimos a cenar. No comimos nada en toda la noche.
La emoción de saludar los invitados, de repartir las sorpresas que habíamos preparado para 2 amigas embarazadas, para nuestros padres, entregar el ramo y cuando nos dimos cuenta estábamos con el postre y el jefe de sala diciéndonos que teníamos que ir preparándonos para el baile. Era el momento de demostrar lo aprendido en 3 meses de clases de baile, pero no yendo todos los días, sino los sábados que yo libraba (que fueron pocos, la verdad). Los invitados se pusieron de pie, nos hicieron un coro y empezó a sonar la música, eso sí, previamente mi ya mujer estaba atacada de los nervios porque se le había olvidado la coreografía.
Y allá que fuimos, hicimos la entrada con la canción de "1482 La reconquista", y una vez realizado el saludo previo al baile empezó a sonar nuestra canción "Thinking out loud". Era increíble ver los ojos de mi mujer brillar de emoción, de felicidad, verla sonreír una y otra vez y a pesar de sus nervios por no acordarse de la coreografía el baile lo clavamos.
A partir de ahí, todo pasó muy rápido, se repartieron los detalles, se abrió la barra libre, fuimos a la discoteca y en un suspiro eran las 6 de la mañana y estábamos entrando al hotel con nuestros trajes de novios. Exultantes, emocionados y felices por el día y la boda tan perfecta que nos salió.
Simplemente deciros como recomendación, que disfrutéis del día al máximo, que vayáis lo más tranquilos posibles, que intentéis quedaros con los máximos detalles posibles, y que cualquier imprevisto que surja va a tener solución. Os dejo alguna foto de nuestro reportaje de boda.
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