La boda de Antonio y Marta en Huetor Vega, Granada

El día de nuestra boda

¡El mejor día de mi vida!

Nunca pensé que se pudiera disfrutar tanto en tan poco tiempo. Siempre pensé que me agobiaría el tener a todo el mundo pendiente de mí, para nada más lejos de la realidad, es un día en el que solo ves y solo piensas en tu pareja.

El día empezó un poco del revés, pues el estilista encargado de maquillarme y peinarme tuvo un problema de salud y se tuvo que ir al hospital, por lo que tocó improvisar. No obstante, ¡al final conseguí ir bien maquillada y peinada!

La ceremonia fue preciosa, al contratar un oficiante pudimos hacerla a nuestro gusto, varios amigos y amigas nos leyeron discursos muy bonitos, con lo que todo el mundo estaba llorando de emoción. Además, mi hermana tocó con los músicos en directo una canción que había compuesto para nosotros y eso fue precioso. Por nuestra parte, hicimos el ritual de la arena y leímos nuestros votos personalizados.

Todo el mundo disfrutó de la comida y bebió y bailó como si no hubiera un mañana. Al ser una boda solo con los familiares más cercanos y los amigos de verdad el ambiente fue en todo momento muy bueno, éramos 160 pero alguien que no nos conociera no sabría decir quién venía por parte de quién, todos se integraron maravillosamente.