La boda de Antonio y Emma en Palomeque, Toledo

El día de nuestra boda

Después de los nervios de los días previos, todo se calmaba la noche del jueves, esa noche no dormimos juntos. Yo dormí en casa de mis padres, el viernes al despertar ya se veía que era un día especial.

Me escribía todo el rato para ver qué tal iba y decidí llamar a mi cuñada para que bajara a por el perfume que le regalé y la carta que le escribí. Se lo colocó en la que fue su habitación al lado del traje, al entrar a vestirse lo vio y me mandó una foto diciéndome que era imposible leer la carta, no podía de la emoción.

Llegó el momento de salir de casa, yo estaba en una auténtica nube de felicidad, al llegar a la iglesia fueron nuestros hijos los que avanzaron primero, al entrar yo vi como mi futuro estaba llorando como un niño pequeño al verme entrar, hicimos llorar a casi todos los invitados.

Todo lo demás fue rodado, dimos sorpresas a nuestros padres, a mi hermana mi sobrina y amigos, todo hecho a mano y con el corazón. Día especial, bonito y lleno de felicidad donde los haya ahora, ya somos marido y mujer y cada día nos llegas fotos y vídeos de la boda y lloramos de felicidad. Mi chico que no quería casarse porque no le gusta ser el centro de atención está feliz y solo habla de nuestro día mirando las fotos a cada instante.