La boda de Andrés y Diana en Cercedilla, Madrid

El día de nuestra boda

¡Chicas! Mi única recomendación, disfruten del proceso. No vale la pena estresarse. Yo soy un poco calculadora y por ende medio maniática del control. También me dedico a hacer proyectos de arquitectura, reforma e interiorismo, pensé que nadie podría hacer la boda que yo quería si no lo hacía todo yo. Al final la boda quedó preciosa y fue un palizón.

Yo volvería a hacer todo lo que hice, pero recuerden que es una fiesta, una celebración y nada debe quitarle el mérito. Yo estaba super relajada, durante los 8 meses que estuvimos planificando todo, me hice un calendario, todo super organizado, la gente me decía como lo llevas. ¿Cómo que no estás estresada? Y yo super feliz. Dos semanas antes de la boda todo se torció, imposible verlo venir, imposible interferir, arreglar, imposible, me tocó ser fuerte, aguanté, y llegó el gran día, yo era un mar de sentimientos, y desde el momento que me levanté, el día fue super especial, estuve con personas muy cercanas a mí, que hicieron de esos momentos aún más bonitos, de camino a la iglesia tenía hecho un nudo en el pecho, y cuando pisé la Iglesia, parece que no, pero fue super especial.