La boda de Álvaro y Didiana en Sevilla, Sevilla

El 8 de octubre de 2016 me desperté a las 06:00, no pude dormir más, ¡fue automático! Yo ese día me vestí y arreglé en el hotel. Había quedado a las 09:00 para empezar a arreglarme. Decidí ir caminando desde la casa al hotel. Me fui disfrutando del camino y pensando que ese día iba a ser sólo ese día, y quería disfrutarlo desde el primer instante (respirar el aire de la mañana profundamente cuando se está feliz, ¡no tiene precio!).

En el hotel, no pude empezar a arreglarme porque no tenían preparada la habitación y tuvimos que esperar un poco hasta que lo solucionaron, ese fin de semana estaba completo. Nos hicieron un hueco en una sala provisional mientras estaba la habitación preparada y luego, pasamos a la habitación.

Cuento esto porque quiero resaltar, que el trabajo y la profesionalidad de las personas que contratas y te rodean en ese momento es fundamental. En realidad, tú solo piensas en llegar a la ceremonia deslumbrante y que todo salga perfecto. En mi caso, quería ser puntual, pero es imposible que todo salga perfecto, siempre hay algo que no puedes controlar. Yo veía el reloj constantemente, y pensaba en todo. Y aunque quieras controlar los nervios, siempre los vas a sentir.

¡Las chicas que me maquillaron y peinaron fueron unas artistas! Supieron llevar todo con tranquilidad, y ayudarme en todo momento. A pesar del cambio de habitaciones y movimiento de su material de trabajo, lograron tenerme en tiempo perfectamente maquillada y peinada.

De mi chico, no sabía nada hasta que me llamó a las 11:00, ¡y luego 100 veces más! Nunca lo había sentido tan nervioso con la boda, siempre había estado más relajado con la organización, ¡pero ese día era otro!

¡El momento de las fotos y de vestirte es mágico! Yo tenía a mis padres, y a mis dos amigas ayudándome, lo que hizo que fuera todo más espontáneo y muy sentido.

Un gran amigo de la familia fue quién se ofreció a llevarme a la iglesia en su coche, la verdad es que fue todo un detalle de su parte, nada mejor que estar con tus amigos en todo momento. Mi madre y yo hicimos los lazos, ¡y quedaron preciosos!

Álvaro llegó en una bicicleta penny farthing, ¡fue todo un éxito! Nadie se lo imaginaba, su entrada fue tal y como él quería, su personalidad y estilo. Y además, muy original.

¡Yo llegué 30 minutos más tarde de lo pensado! Cerca de la iglesia todavía había coches de la boda anterior y no dejaban pasar al mío. Quería bajarme y caminar hasta la iglesia, tenía ganas de ver a Álvaro, y empezar ya nuestra ceremonia.

Había pedido a mi cuñada y mis amigas que todos estuvieran dentro cuando yo llegara, y así fue. Tenía una alfombra roja camino a la puerta principal de la iglesia que podía ver desde el coche. Entre muchas de las personas que asomaban por la puerta de la iglesia, puede ver la cara de mi prima y su pareja. En la entrada, justo donde iniciaba el recorrido por la alfombra, estaban esperándome tres parejas de amigos y los fotógrafos.

No sé si pasará a todas las novias, cada una vive ese momento a su manera. En mi caso, las piernas no se me movían. Tal vez porque estaba pensando en que era una realidad. Ya había pasado un año desde que anunciamos nuestro compromiso. ¡Así que ya había llegado el gran momento! Yo no puede contener las lágrimas dentro del coche. Mi padre me tomó de la mano y me dijo unas palabras muy bonitas y tranquilizadoras, pero yo no pensaba en nada, solo estaba emocionada.

Cuando salí del coche, oí a mis amigos decirme: ¡guapa! Y salió mi primera sonrisa. El corazón empezó a latirme a mil [...]

-Yo llevaba un vestido de YolanCriss modelo Córcega, que tuve que pedir porque ya no está en colección, pero el vestido era el que quería y me quedaba estupendo, cómodo y sobre todo, era yo misma con ese vestido. Llevé una coronita de flores secas, que mandé a hacer especialmente con los colores que yo misma elegí. Una corona de flores silvestres de estilo bohemio romántico, hecho por María Sánchez, de Flores en el Columpio, y lo combiné con un velo en seda -

[...] La iglesia estaba preciosa como siempre, y desde la puerta pude ver la sonrisa de Álvaro mirándome muy fijamente. ¡Dios! Me pesaban las piernas, un poco exagerado pero fue así, vi muchas personas mirándome, sonrisas y muchas cámaras enfocándome (no sé cómo hacen los famosos, ¡pero es una locura!).

La ceremonia fue muy sentida y muy divertida, gracias a nuestro párroco que no lo pudo hacer mejor porque era imposible. ¡Es todo corazón! Para mí el momento más lindo de la ceremonia fue cuando le dije a Álvaro que lo tomaba como mi esposo... ¡Inolvidable!

Todo el mundo estaba feliz, lo pude ver en sus rostros. La salida fue fantástica, con pétalos de rosas, ¡y fuera de la iglesia arroz!

La celebración en el hotel salió como lo habíamos planeado; la comida exquisita, la atención estupenda, la barra libre muy completa y divertida. Nosotros queríamos estar más con nuestra familia y amigos. Por eso, decidimos hacer una comida con un cóctel muy largo en la terraza del hotel, y una segunda fase en el patio interno con estaciones de comida. Después, pasamos al comedor donde pusimos un plato fuerte y el postre.

Después de salir de la iglesia, nos hicimos algunas fotos por el puente de Triana unos 30 minutos, y nos volvimos corriendo al hotel para disfrutar ese día con los nuestros.

La boda terminó a media noche en el hotel y de allí fuimos a un bar a tomar unas copas con casi todos los invitados. ¡Realmente fue fantástico!

Por último solo quiero decir que: ¡Yo repetiría mi boda una y mil veces más!

Espero que tengáis mucha suerte con la organización de vuestra boda y lo disfrutéis tanto como yo la mía. Os dejo también algunas fotos tomadas por nuestros amigos y familiares.

Un saludo,

Didiana