La boda de Álvaro y Belén en Miraflores De La Sierra, Madrid
Rústicas Primavera Rosa 5 profesionales
Á&B
19 May, 2017El día de nuestra boda
Cuando te dicen: “El día de tu boda es uno de los días más felices de tu vida”, es verdad.
Álvaro y yo nos prometimos hace tres años y nunca nos animábamos a dar el paso, pero el pasado mes de septiembre nos tiramos a la piscina.
Lo primero, ¿dónde? Nosotros teníamos claras dos cosas: queríamos que nuestra boda fuera real, que nos estuviéramos casando en ese mismo momento, y queríamos que el lugar donde nos casáramos tuviera cocina propia. Miramos de todo: fincas, restaurantes, dentro de Madrid, fuera…, pero cuando llegamos a la Hacienda Jacaranda lo tuvimos claro. El primer día que la visitamos veníamos de visitar otra finca. Llovía, hacía un tiempo horroroso y estábamos cansados de dar vueltas. Aparcamos el coche fuera, y cuando entramos, no pudimos ni hablar. Nos recibió Juan y nos hizo el recorrido por la Hacienda simulando cómo sería (de forma breve, evidentemente) toda la boda. Aún recuerdo cuando me dijo en la zona de la ceremonia: “Belén, ¿quieres a Álvaro por esposo?”, y de pronto, todo fue real. Cuando salimos sabíamos que si nos casábamos, tenía que ser ahí. A la semana volvimos para ver fechas y ¡todo encajó!
Seguir leyendo »La tranquilidad que nos dieron Juan y Rosa desde el primer momento en la Hacienda fue estupenda. Juan, con todo detalle te informa de cómo están las mesas, de cada plato, de cómo trabajan los camareros, de cómo se va a gestionar el cóctel… todo. Rosa, por su parte, lo tiene todo excelentemente organizado. Nos casamos en mayo y casi hasta el último momento no se pudo decidir dónde se hacía el cóctel, pero teníamos la opción de decidirlo media hora antes por si hubiera cualquier imprevisto.
Ahora venía otra cosa difícil: el traje. Escribí a varias firmas porque quería algo de asesoramiento y con quien mejor congenié fue con Ada Novias, en Alcalá de Henares. El primer día fui con mi madre y mi cuñada, me atendió Mamen, quien me sentó en una mesa y me fue preguntando mis gustos. Yo solo sabía que no quería un traje blanco, no quería que marcara las caderas, no quería velo ni cola y, por supuesto, huía del palabra de honor, pues mirad las fotos. Estoicamente, Mamen aguantó mis dudas, mis inseguridades, mis complejos… Me mostró vestidos cuyo estilo yo tenía en mente (más cerrados por el pecho, que no se me vieran los brazos), pero me dejé aconsejar, y cuando me puse mi vestido lo supe. En la percha no decía nada, era muy sencillo, pero puesto, fue probarlo y mirar a mi cuñada (casi mi hermana) y decirlo: “Es este”. Mamen me orientó con todo, ¡hasta con el peinado! Y me probó de todo: coronas, broches, cinturones…
A la semana volví a tomarme las medidas, ya que en esta tienda solo tienen trajes de prueba, pero tu vestido se confecciona desde 0. En abril fui a probarme mi vestido y cuando me lo volví a poner me entraron ganas de llorar, ya era todo verdad. En mi caso me quedaba grande, porque yo había adelgazado, y me lo arreglaron en menos de 10 días (el precio del arreglo es muy muy poco para el trabajo que conlleva). Recuerdo que cuando lo fui a recoger me lo volvieron a probar y estaba allí la modista. Me lo hizo quitar para asegurar una piedrecita que ella creía que podía estar suelta, hasta ese detalle tienen en cuenta. Mi vestido cerraba con un corsé y con toda su paciencia tanto Mamen como su compañera (tampoco recuerdo el nombre, pero es igual de agradable y profesional) nos enseñaron a cerrarlo y además nos dieron un croquis con unas pautas por si las prisas nos jugaban malas pasadas.
Si tuviera que volver a buscar un traje de novia, sin dudarlo ni un segundo repetiría en Ada Novias de Alcalá.
Tenía la hacienda y el traje, pero me quedaba el ramo. En mi cabeza estaba claro lo que quería: un bouquet de flores, y como colores me gustaban los empolvados, pero también quería que tuviera el detalle de la lavanda, flor que al ahora mi marido le gusta y también porque es el color preferido de mi cuñada, que iba a ser a quien le regalara el ramo. Busqué en mil sitios y aunque sabía lo que quería nada me convencía y de pronto oí hablar de las flores preservadas y pensé: eso es lo que quiero. Busqué y busqué y di con Cabello en Rama. Vi su Instagram y fue amor a primera vista. Envié un mail a Alba para preguntarle si se podía hacer lo que tenía en mi cabeza y ella me respondió rápidamente y me mandó una foto de lo que podría ser… y no busqué más. Tanto me gustó que Alba hizo mi ramo, mi tocado, los prendidos de mi padre, hermano, suegro, sobrino y novio y la corona que llevó mi sobrina como damita de honor. Estuvimos en contacto en todo momento… yo le preguntaba mis dudas, ella me asesoraba, ¡me tranquilizaba! Cuando me mandó una foto de mi ramo me quedé sin palabras. Su trabajo es tan preciso, tan delicado… me encantó. Y ella es todo dulzura, un amor de persona.
El peinado, mi pelo es ondulado y sabía que lo quería así, casi desde que me probé el traje sabía que quería un semirecogido a un lado. Fui a la peluquería a la que normalmente voy: Desigual, en Alcobendas, y su trabajo fue tan bueno como siempre. Susi, la dueña de la peluquería, es un amor, e igualmente me aconsejó, me dio ideas, probamos de todo y dio exactamente con lo que tenía en la cabeza.
El maquillaje. Para mí, un tema complicado. Me gusta mucho conocer cosillas de maquillaje, productos, pero la verdad es que no soy ninguna experta en el tema. Buscaba un maquillaje marcado, que potenciara algunos rasgos de mi cara, que la piel fuera natural. Me espantaban esos maquillajes de novia con ojos perlados y bases de maquillaje como hormigón, y a través de Bodas.net di con Lucia’s MakeUp, que además, era de Alcobendas. Quedamos en invierno y me preguntó por mis gustos, miró mi piel, me enseñó mil fotografías y salí de allí con toda la tranquilidad, sabiendo que me ponía en buenas manos. Yo era bastante reticente a los tratamientos (porque ya sabréis que es decir la palabra boda y te sacan el dinero por todas partes) y ella me asesoró sobre qué hacer con la piel. Hice la prueba como un mes antes y estuve completamente cómoda y el trabajo, fabuloso. El día de la boda, a ultimísima hora, mi tía decidió maquillarse (imaginaos el caos que eso supuso, yo no sabía nada porque estaba en la peluquería aun…), y Lucía la atendió sin problemas. Como os digo, no soy ninguna profesional y no entiendo de técnicas, pero cómo maquilla Lucía la piel es genial, de verdad. No parece que tengas maquillaje, pero a la vez cubre todas las imperfecciones que puedas tener. No sé, ¡encantada!
Pues ya estaba casi todo, pero quedaban los zapatos. Por ahí sí que no pasaba, no iba a ir con taconazos de raso porque esa no sería yo, y encontré una firma española que se llama Ursulitas. Los mejores zapatos que he usado en mi vida. Me tiré a la piscina y me compré unos zapatos rosas, de tacón medio y son híper cómodos. A mí raro es el zapato que no me roza en algún sitio…y con los nervios, pese a que te dicen que uses los zapatos unos días antes, no me acordé. Pues nada, súper cómodos. Llevaba unos zapatos planos y ni me los puse. La calidad de estos zapatos es muy buena, están hechos de cuero, reforzados. Muy contenta también con mis zapatos, y de precio, pues no superan a unos zapatos que se hagan específicos para novia.
Cuando organizamos nuestra boda sabíamos que queríamos algo personal, íntimo y que para nosotros cada detalle supusiera algo. Por eso, casi lo primero que hice fue buscar un sello de caucho. Miré varias webs y al final me decidí por sellos de caucho. El envío fue rápido y el sello de buena calidad. Estos sellos los estampamos en tarjetas de papel tipo kraft para poner en los regalos, y en otros detalles como los sobres de arroz, etc.
El resto de cosas: sobres, bolsitas, etc., lo compré todo a través de Amazón.
Candy bar, ¿sí o no? Pues nosotros lo queríamos, pero no nos queríamos gastar una fortuna para poner unas chuches. Para nosotros primaba que la gente tuviera buena comida y bebida. Así que, teniendo en cuenta que en la Hacienda Jacaranda nos dieron la oportunidad, lo organizamos nosotros. Compramos las chuches que queríamos (básico tener algunas sin gluten para unas invitadas) y ¡Lacasitos para mi sobrino! Y lo organizamos nosotros en casa. El día de la boda Rosa nos lo colocó todo y quedó muy bonito.
Un detalle que nosotros pusimos fueron las chapas. Las compré en No solo pixel. Lo bueno de esta web es que te deja mezclar varios estilos de chapas. Me las enviaron rápidamente y el día de la boda ¡voló!
Tanto las invitaciones como los meseros fueron un regalo de mi hermano y mi cuñada, por ello no os puedo decir dónde se compraron. Todo iba a juego y de ello os puedo comentar que primaba el color morado por la flor de la Jacaranda (¡y con el ramo!), y las mesas, en lugar de poner sólo número, nosotros pusimos nombres de calas de Ibiza, ya que para nosotros es algo muy importante. Además, en los meseros pusimos una acuarela de la ciudad de Ibiza.
Además de estos meseros, pusimos unos cuencos con arena de playa y conchas, y unos botecitos con un poco de arena y una concha con el nombre de cada invitado para que se lo pudieran llevar de recuerdo.
Y el novio, pues su traje fue una elección casi tan rápida como el mío. Dando un paseo pasamos por una tienda que se llama Storemen y salimos con el traje. No queríamos un traje de novio (con solapas de raso y cosas así…), pero en Storemen sí que te lo arreglan para boda forrándote los botones (que luego puedes cambiar y volver a tener un traje normal y corriente). A mi marido le asesoraron fenomenal. Siempre tenemos el problema de que a él los trajes le quedan como anchos (aunque estén a su justa medida), así que nos aconsejaron sobre el estilo, el modelo, etc. y dimos en el clavo. La corbata, chaleco, zapatos y gemelos también son de allí.
Las alianzas las compramos en Roselin Joyeros (Plaza Norte 2, San Sebastián de los Reyes). Compramos unas alianzas de oro blanco de anchura media y con una pequeña rayita alrededor. Un detalle muy bonito es que pudimos grabar el nombre con nuestra propia letra.
Para las joyas yo quería algo súper sencillo. En Lotus encontré una pulsera muy finita, que me encantó, pero no fui capaz de encontrar los pendientes a juego, hasta que buscando los encontré en Aran Jewels. En el cuello llevé un pequeño diamante, regalo de mi suegra.
Todo el tema de manicura, pedicura, tratamientos, etc., lo hice en Artemanos en Alcobendas. El trato es muy bueno y son muy profesionales. Yo llevé las uñas de un color rosa que iba muy a juego con el ramo y los zapatos… ¡arriesgarse o morir!
Lo único que no me encantó es que el día antes de la boda me puse extensiones de pestañas y no me cercioré de que fuera pelo natural… me las quité a los dos días.
El video, otro tema importante en qué pensar… No me gustan los videos de bodas con música melancólica ni cosas así, por eso buscábamos algo más dinámico, menos convencional. Encontramos El Tercer Día. Nuestro videógrafo, Eduardo, fue muy agradable en todo momento y supo trabajar sin ningún problema con el fotógrafo. El resultado ¡en breve lo veremos!
Las fotos, pues ahí sí que no hubo dudas. Un primo de mi marido es fotógrafo y su empresa se llama Atelier 59. Sus fotos nos encantaban, pero tampoco queríamos que trabajara en el día de nuestra boda porque era un invitado, así que no sabíamos cómo hacerlo, hasta que finalmente casi no nos dejó opción y debo decir que ha sido el mejor regalo que nos han hecho. Las fotos que pongo aquí son todas de Atelier 59. Cuando hablamos con él sobre las fotos le dijimos que nosotros no queríamos muchos posados, queríamos que captara los momentos, las caras, esos detalles y coincidimos sin saberlo, con su forma de trabajar. Como persona yo qué os voy a decir… Ioni, el fotógrafo, es un amor; pero como profesional ha sido excelente. Enamorados de todas las fotos.
Y entre preparativo y preparativo… ¡Llegó el gran día!
La Hacienda tiene un plan B para lluvia y la sala donde se hace la ceremonia es muy bonita también. Finalmente tuvimos suerte y nos hizo sol por lo que pudimos hacer ceremonia y cóctel fuera, algo que a nosotros nos hacía especial emoción porque queríamos reservar la sorpresa de ese salón espléndido para el final.
Una semana antes hicimos un ensayo de la boda, algo que nos dio muchísima tranquilidad sobre cómo se iba a desarrollar cada cosa. Pudimos llevar todos los detalles que quisimos y Rosa no nos puso ningún problema, se interesó por saber dónde iba cada cosa y el día de la boda todo estaba impecable. En nuestro caso preparamos unas cestas con sobres con arroz, pomperos y pañuelos de papel para la ceremonia. Todo ello lo pusieron junto al agua de limón y pepino, un detalle que todos los invitados agradecieron.
En las mesas dejamos un palo selfie para que nuestros invitados pudieran hacer sus fotos y sobre cada plato, en una bolsa de organza el regalo que les dimos a todos: un usb de piel con nuestros nombres grabados. Decir también que para aquellas personas que tenían un detalle diferente no hubo ni un error, cada uno recibió su regalo.
Los camareros, lo único que lamento es no recordar sus nombres. Agradables, atentos, divertidos, de verdad, todos unos profesionales. De hecho un invitado nuestro les “pilló” antes de comenzar el cóctel haciendo un corro y deseándose un buen servicio. De verdad que no podemos tener ni una sola queja de ellos, sólo palabras de agradecimiento y felicitaciones por lo bueno de su trabajo y por Juan, siempre al quite.
Otra cosa importante para nosotros era la música. Con muchísimo tiempo de adelanto el encargado de la música de la Hacienda (Carlos) se puso en contacto con nosotros, pero la verdad es que lo dejamos casi para el final y teníamos muchas dudas. Finalmente dimos con las canciones que considerábamos adecuadas e hicimos un video con fotos de nuestros amigos y familia. El video resultó ser un tanto desastre, pero Carlos, que se portó fenomenal nos lo consiguió arreglar.
Estuvo al tanto de todo, sonó la música indicada en el momento justo y alguna música que dejamos a su elección (lecturas en la ceremonia, etc.), fue perfecta. Sin ninguna duda un trabajo genial.
También, casi al final, nos dimos cuenta que con el video habíamos contratado un Videomatón, pero no un fotomatón. Pensamos en dejarlo, por no tener más gastos, pero teníamos esa espinita… contactamos con Fotomatón Madrid. ¡Y qué buena elección! Tuvimos la oportunidad de enviar la misma imagen de Ibiza que pusimos en los meseros y que él montó sobre un croma para que saliera como fondo en nuestras fotos; y además, le enviamos un escaneado de nuestro sello que también iba en las invitaciones. Las fotos salían, evidentemente, como las de un fotomatón, en una tira, con el fondo de Ibiza elegido y nuestro sello con nuestro nombre y nuestra fecha
Como Miraflores queda algo lejos de nuestra casa y de la de los invitados, buscamos un hotel por si alguien quería quedarse. En Miraflores hay dos hoteles: La Muñequilla y Hotel Miraflores. Nosotros nos decantamos por La Muñequilla porque pensamos en hacer allí las fotos mientras nos vestíamos y encajaba mucho mejor con la estética de nuestra boda. Al final se quedó tanta gente que también recurrimos al Hotel Miraflores. En ninguno tuvimos ningún problema y en La Muñequilla, María, nos informó y ayudó con todo.
Y para trasladar a los invitados desde los hoteles hasta la Hacienda y viceversa contratamos dos minibuses de la empresa Autobuses Ferraz Tours. Por problemas para girar dentro del pueblo de Miraflores hubo que contratar mini bus en lugar de autobús normal. El trabajo de ambos conductores fue muy bueno.
Y para coronar este día tan estupendo, por supuesto nos fuimos de luna de miel. Queríamos visitar Cuba desde hacía mucho tiempo. Nos pusimos en contacto con la Agencia Sagitur viajes y en ella nos atendió Amanda, un encanto. Nos aconsejó fenomenal sobre qué visitar, en qué zonas alojarnos, qué hacer y no se confundió en nada. Estando allí tuvimos un problema con uno de los traslados porque la empresa no nos tenía apuntados, escribimos un WhatsApp a Amanda y ella nos lo solucionó todo desde España sin que tuviéramos que preocuparnos por nada. La documentación nos la entregó toda en diferentes sobres con anotaciones de qué era cada cosa. Excelente.
Y como podéis ver, tuvimos una suerte tremenda de poder dar con unos profesionales que hicieron que nuestro día pudiera ser tan especial como finalmente fue.
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