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21 Sep, 2019El día de nuestra boda
El día amaneció entre nubes y lluvia. Pero esto no nos iba a estropear el día. “Novia mojada, novia afortunada”.
El equipo de peluquería y estilismo nos atendieron en casa, y así empezaron a llegar alguno de los invitados y los fotógrafos a mi casa. Lo fotógrafos habían estado unos minutos antes en el hotel Auriense con él y su familia. Y... Era hora de ir a la iglesia... Una suerte, ¡ya no llovía! Llegamos en un coche antiguo mientras la gente del pueblo aplaudía a su paso. Y los nervios salieron a flor de piel, antes de entrar por el pasillo rojo, la emoción pudo conmigo. Agarrada del brazo del padrino, mi padre, y con mi mejor amiga colocándome el velo, me dispuse a comenzar a andar... Y allí estaban todos sonriendo... Los 3 niños de arras (mi ahijado, mi sobrino y la hija de mi amiga de la infancia), iban en cabeza.
La ceremonia fue preciosa, muy íntima y familiar. Con la lectura de nuestras madrinas, mis primas y su hermano. Al final una amiga de mi madre nos leyó un soneto de Lope de Vega entre la música de los violines... También cantó una de mis mejores amigas y uno de sus mejores amigos juntos, al compás de un trío de cuerda; violín, viola y chelo. Haciendo sonar nuestras canciones favoritas para tantos momentos inolvidables. Entre la marcha nupcial salimos de la iglesia, con pétalos y arroz que caían sobre nosotros. Esto sucedía mientras un grupo de gaiteiros amenizaba con el himno gallego y muñeiras, al mismo tiempo que la gente nos felicitada y daba besos. Al cabo de unos minutos nos fuimos al pazo que está a 30 metros de la iglesia. La gente entraba en el pazo, mientras los gaiteiros seguían tocando. Y así llegaron a la zona del aperitivo, en los jardines. Tras unos minutos entramos nosotros en el coche antiguo saludando.
Seguir leyendo »Sobre 1 hora y media duraron los aperitivos, mientras la gente se divertía comiendo y escuchando al cuarteto de cuerda.
Y dimos paso al banquete, donde la música, los regalos a padres, hermanos, amigos, etc., hicieron de ese día, algo único y especial. La gente nos felicitó por la comida, estaba todo muy bueno. Desde el salpicón de bogavante y ciégala hasta el postre, la tarta imperial de chocolate con helado de frutos del bosque y helado de vainilla.
Luego el novio actuó por sorpresa cantando con su guitarra una canción para su hermano, y otra para mí. Mis amigas también nos hicieron un vídeo sorpresa. Y nos regalaron aparte una experiencia para hacer los dos. Así, pasaban los minutos y horas del mejor día de nuestra vida. Y en el exterior del salón acristalado, entre los jardines y las luces dimos paso a nuestro baile. Un bolero con carga sentimental para nosotros. Después bailamos con los padrinos y a continuación unimos a mi madre y a su hermano al baile también. Todo salió bien a pesar de ser improvisado. Tras esto, fueron las 4 horas de baile en la discoteca, que es una capilla habilitada para ello y decorada como tal. A unos 30 metros del salón del comedor. Es una zona muy bonita. Tiene un columpio fuera en un árbol, zona chill out...
La verdad es que no podemos estar más agradecidos. Podemos decir que comenzó lloviendo y con un día que nadie querría, pero los huevos a Santa Clara hicieron efecto. Nos permitió hacer parte de la boda en el exterior como lo planeado. Y ya no volvió a llover. Un día especial, para nosotros y creo que para muchos. Diferente también. Ya que nadie de nuestro entorno se había casado en este pazo e iglesia. Y un día muy emotivo para el recuerdo. Ahora puedo decir “felizmente casada”.
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