La boda de Albert y Eva en Sentmenat, Barcelona
En el campo Otoño Verde 8 profesionales
A&E
02 Oct, 2021El día de nuestra boda
Nervios. Una noche en vela. Así empezó mi día dos años después de que Albert me pidiera matrimonio. Ese día que veníamos planeando como locos, que llenó muchos días del confinamiento haciéndolos más llevaderos, ese día que pensábamos que no podríamos sobrevivir de los nervios. Ese día tan esperado por nosotros.
Pese a el miedo que teníamos porque “acabábamos” de salir de una cuarentena interminable, miedo a que no pudieran venir nuestros seres queridos, a que hubiera algún contagio, a que lloviera. Y nada. Todo rodado. 100 invitados, un sol impresionante, un test de antígenos previo y toda la gente que queríamos con nosotros. Fue una boda libre, llena de amigos, familia y amor. De reencuentros con gente que hacía dos años que no veíamos.
La noche anterior la pasé en el hotel Catalonia Sabadell. Toda mi familia venía de fuera, por lo que dormimos todos en el hotel esa noche.
Al día siguiente, teníamos alquilado un autobús que iba del hotel a la masía, y luego por la noche de la masía al hotel. Lo contratamos con Elite Drivers.
Seguir leyendo »Mi forma de llegar a la masía fue con un todoterreno conducido por mi querida Kata, mi mejor amiga, mi hermana.
La temática fue “Fiestas de pueblo”, quien tiene pueblo, sabe lo mucho que se han echado de menos esas noches de verano a la fresca. Ese comer, beber, bailar, jugar al bingo y ver si esa noche te vas a dormir un poco más rico o un poco más pobre. Nuestra idea fue hacer esto realidad. Lidia Vidal, la florista, nos hizo una decoración maravillosa y 100% de nuestro gusto.
Todo empezó con el “pregón nupcial” en el jardín de la masía. No queríamos que fuera algo típico. Iris, del Mas de Can Riera, nos recomendó a Imma como ceremoniante para hacer la boda con un toque de humor, algo ligero y divertido. No pudimos elegir mejor. La gente que participó lo hicieron como se hubieran nacido con un micrófono en la mano. Gracias de corazón a todos.
Después de esto, pasamos al aperitivo. Sinceramente, como novia ocupada, no probé nada. Cada vez que tenía un plato o una copa, venía alguien a pedirme fotos o a darme la enhorabuena. Me quedo con que todo el mundo me comentó que la comida exquisita, lo único que quedó un poco pobre fue el aperitivo vegetariano.
Para entonces, los niños estaban con Mon d’Oci, y prácticamente no los vimos. También pusimos varias actividades (el juego del espía y el juego de la pinza) y no dio tiempo a que nadie se aburriera.
Decidimos que haríamos un aperitivo copioso, un plato y postre, ya que, por la experiencia que tenemos, estar tanto rato sentado se hace pesado. Igualmente, entre plato y postre, pusimos canciones en la mesa: avisando al DJ y a Iris, cuando sonaba la canción que tenían en la mesa, tenían que salir a bailar. Considero que esto animó muchísimo a la gente a generar buen ambiente.
Como puntos a destacar, en la zona del banquete decidimos marcar donde se sentaba cada persona con una foto en la que esa persona saliera lo peor posible.
Una vez terminado el banquete, hicimos la entrega de regalos y un bingo solidario.
A la fiesta fuimos con la canción “Follow the lider”. En el salón hicimos como baile nupcial el baile del farolillo y un juego para la entrega del ramo.
Todo salió a pedir de boca. No puedo estar más feliz de ese día, incluso cuando tengo un mal día lo recuerdo y aún se me sale una sonrisa.
Todo el mundo quedó encantado, y hoy en día, dos meses después, aún nos dan la enhorabuena por el bodorrio.
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