Sin palabras, quedamos enamorados del sitio , de los que nos atendieron , de la comida , el cóctel maravilloso ! La gente no pudo estar más feliz y contenta con todo ! El sitio es mágico , y El trato fue único . Volvería a celebrar mi boda de nuevo ahí mismo.

Tengo que dar las gracias a todo el equipo de El Ermitaño por un servicio impecable. Nos aconsejaron en todo momento para que todo saliera perfecto, estuvieron atentos a cada detalle, toda la comida riquísima y las instalaciones no podían ser mejores.
Sin duda, nos alegramos enormemente de haber celebrado nuestra boda en El Ermitaño.

La nota final es muy buena. El día de la boda son muy buenos, que es lo que importa al final. Durante la preparación y los meses previos tienen cosillas que mejorar en mi humilde opinión. Siempre intentan ayudar, pero quizás no de la manera más adecuada. Tienen un equipo de 10.

No podemos estar más que contentos. La celebración fue maravillosa; la comida, excelente; la atención de todo el personal, exquisita. Los invitados quedaron encantados y por supuesto, nosotros también, porque era lo que buscábamos. Merece la pena.

Hace muchos años que probé este restaurante por primera vez y ya dije a mis padres que este sería el lugar donde celebraría mi boda... ¡Y así ha sido! El mayor placer de mi vida es la comida y para mí era muy importante este aspecto en mi boda. Han pasado dos meses y todavía la gente nos sigue hablando de lo rico que estaba cada uno de los platos que probaron. Nosotros optamos por un cóctel de entrada (destacaron los torreznos, los canutillos, el parmentier de pulpo y la Mesa Food Rural). Después continuamos con un entrante, un pescado y lechazo. La lubina al horno con sopa de patata fue el favorito de todos los comensales sin excepción. Las cantidades fueron espléndidas, dejando (e incluso fomentando) que los invitados repitieran cualquier plato que quisieran. Nos dieron total flexibilidad para hacer el convite de nuestros sueños. Joaquín y Pedro Mario nos "dieron las llaves" para que pudiéramos tematizar todo a nuestro gusto. Importante: todo está preparado para pasarlo igual de bien si, por desgracia, no toca el día soñado de sol. En definitiva, volvería a contar con El Ermitaño una y mil veces. Nos seguiremos viendo aunque no sea vestidos de novios. Joaquín y Pedro Mario, gracias por cuidar hasta el más mínimo detalle y por saber entendernos (aunque en momentos os lo pusiéramos difícil). Gracias a todo el equipo de El Ermitaño, de verdad. Formáis ya parte del día más mágico de nuestra vida.

No podríamos haber escogido mejor, profesionalidad, amabilidad, educación, paciencia, confianza... únicamente podemos decir cosas buenas... en resumen, nos han acogido y nos han hecho sentir como familia (especialmente Joaquín). ¡Un equipazo maravilloso todos!
Enhorabuena por todo lo que conseguís hacer, esa magia... ¡os deseo todos los éxitos del mundo!
Qué orgullosa me siento de contar con estos profesionales en mi tierra.
Muchos saludos Raquel y Victor.

No pudimos elegir mejor. Quedamos tanto nosotros como el resto de los invitados supersatisfechos.

Todo salió genial, la comida como siempre estaba espectacular y la gente que trabaja allí hace que no te tengas que preocuparte por nada. No es un restaurante barato pero merece la pena celebrar tu boda en un sitio así.

Espectacular, como siempre que hemos ido. No puedo más que dar las gracias y que todo estaba buenísimo, cada vez que veo a mis invitados, me hablan de la lubina, los torreznos, el lechazo, los jardines, los camareros, en fin todo genial. Lo recomiendo siempre. Me llevo a varios amigos del restaurante. Gracias.

La boda fue todo un éxito por el entorno, la calidad de la comida y la profesionalidad del servicio. Aunque evidentemente todo eso tiene un precio, y no es barato. Intentan que el menú sea un poco lo que ellos te dicen y es complicado terminar eligiendo la idea que tienes, pero nosotros lo conseguimos. Eso si, cobran por todo y se retrasaron un poco en el inicio del cóctel. No te regalan ni la noche de bodas en un hotel. Los invitados quedan encantados, repetiría allí.

Tanto la coordinación como el servicio prestado en un día tan importante como ha sido el día de nuestra boda, el equipo de "El Ermitaño" fue genial, son unos profesionales. Estuvieron pendientes de nosotros y nos fueron guiando durante todo el banquete. Si tuviera que recomendar a novios de la zona es un ¡Sí rotundo! Toda una experiencia.

La verdad que el día de nuestra boda fue un día estupendo, la ceremonia al aire libre fue preciosa, el banquete gustó a todo el mundo y el baile fue inolvidable. La verdad es que es el mejor restaurante de la zona, aunque tiene muchas cosas que mejorar, como por ejemplo la poca atención antes de la boda, y poder elegir lo que más te gusté en cada momento. no que ellos te lleven por donde quieren, ellos te pueden aconsejar pero no obligar.

El menú fue excelente, todos los invitados nos felicitaron por la elección del mismo. El trato fue inigualable, nos hicieron sentir muy especiales y el entorno es tan bonito, el jardín, la pista de baile...

COSAS BUENAS
El Restaurante muy bonito, los camareros encantadores, atentos en todo y cara a todos los invitados perfecto.

Un poco caro, pero reconozco que mereció la pena, todo el mundo estaba encantado, y hoy en día aun me recuerdan lo bien que comieron y lo bien que salió todo. Aunque si hubiera sabido "lo generosos y agradecidos" que después fueron algunos invitados, me hubiera pensado el poner un menú con ese precio, por que pocos invitados cubrieron el cubierto (sólo el cubierto).

ALGO MALO
Joaquin, que es la persona encargada de organizar todo lo del banquete, no se muy bien como describirlo; ya que supuestamente él sería el que estuviera pendiente de nosotros durante los meses previos a la boda para que todo estuviera a nuestro gusto (elegir las flores, decoración, vajilla, música, menú....) y cuando quedaba un mes, cansada de no recibir ninguna llamada por su parte, le llame (tampoco quería ser pesada) para ver si ya elegíamos el menú o que. Y a mí nadie me preguntó por nada más que en la prueba del menú (que recalcan que el no cobrarlo es detalle del restaurante, pero eso lo hacen todos los que conozco, sólo faltaba!!!) que platos y vinos quería. Nada de lo que nos dijeron en un principio de que nosotros tendríamos la última palabra en todo. Por lo que yo me agobié y me estresé un montón, ya que me sentí muy olvidada y apartada en la organización de mi propia boda. También tuve un inciso con él al principio, ya que yo quería meter en las invitaciones unas tarjetas del restaurante con el plano por el dorso (todos los amigos que se han casado en otros sitios se lo daba el propio restaurante), para que los invitados que no fueran en autobús no tuvieran problemas en llegar (está un poco escondido) y se las pedí y no me las dio y encima me dijo que eso eran bobadas, que eso no se hacía (me da igual si se hace o no, yo lo quiero, es mi boda y punto, o no?) y conclusión los invitados recibieron su tarjeta con el plano, porque yo me molesté en buscar el plano e imprimir las tarjetas por mi cuenta.
También nos dijeron unos amigos, que hoy en día, lo que sobra de comida, se lo pides y te lo dan para llevártelo. Como nosotros el día después hacíamos comida con muchos de los invitados, pues yo personalmente le llamé para consultarlo y me dijo que no había problema. Y cuando mis hermanos fueron al día siguiente a recoger las cosas que habían quedado en el restaurante y la comida que había sobrado, no se la dieron, ya que dijeron que eso había que avisarlo, y yo pienso, que ¿hay que enviar un burofax para avisar o que? ¿no sirve la llamada? Menos mal que mi madre, como siempre, lo solucionó y comimos las 50 personas que nos llegamos a juntar y ¡nadie supo nada!
Entiendo que él tenga muchas bodas y muchos eventos que atender, pero ¿y que pasa conmigo? Creo que no he dado ni un ruido, pago religiosamente como todo el mundo y debería tener los mismos derechos, ¿no?

EN SU FAVOR
También tengo que decir en su favor, que el día de la boda se portó estupendamente, y nos ayudó en todo lo posible, y que la decoración y todo lo demás era perfecto, quizá un poco oscuro el rato de los pinchos. Pero y lo meses que yo me pasé esperando llamadas por su parte y que contestara a las mías, y ¿como me hizo sentir? Porque una boda, para los invitados sólo es ese día, pero para los novios es todo un año trabajando y pensando en ello (por lo menos nosotros)

CONCLUSIÓN
Contenta por como salió todo en ese día, el sitio bonito, bonita decoración, buena comida, personal muy atento, y yo me lo pase genial y disfruté de todo y de todos. Cara a los invitados todo perfecto, de hecho después de tres meses la gente aún me para por la calle para decírmelo (que eso siempre se agradece).
Pero pensando en la preparación de ese día, mal trato, desinterés por su parte y un enfadada con Joaquín en especial, ya que es con la persona que hay que tratar para estos eventos.

Espero ayudar a la gente que esté buscando lugar para celebrar su boda u otro evento.

¡¡¡SUERTE, ÁNIMO Y PACIENCIA!!! (todo ello se necesita para organizar una boda)

Es un sitio precioso. Tiene jardines y parques donde pueden jugar los niños tranquilamente. La dirección es encantadora y siempre está dispuesta a facilitar todo lo que puedan.
El trato es cercano y amable pero sin perder el halo de la Estrella Michelín que les hizo famosos.
La comida exquisita.