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Calidad del servicio
Valoración 5.0 de 5
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Tiempo de respuesta
Valoración 4.0 de 5
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Profesionalidad
Valoración 5.0 de 5
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Relación calidad/precio
Valoración 5.0 de 5
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Flexibilidad
Valoración 4.0 de 5
Muy bonito
Celebramos la boda hace unas semanas. La Hacienda Zorita es un lugar espectacular. Nos encantaron el hotel y los alrededores, El banquete y el cóctel, estupendos. La calidad y servicio excelentes. Al final todo salió bastante bien, pero hubo muchos detalles que hubiera convenido evitar. La organización y comunicación los días antes de la boda dejaron mucho que desear, por no decir los meses antes cuando los correos se pasaban días y días sin ser contestados. Así muchas cosas y decisiones las fuimos dejando para última hora porque no teníamos la información concreta para decidir. Aconsejo que una sola persona se encargue de la comunicación con el hotel y tomar notas detalladas de las conversaciones y que después de cada reunión, a modo de resumen, se envíe un email confirmando lo hablado con detalles y precios concretos. Nos pareció que al principio todo eran facilidades de hacer lo que deseamos, pero luego (después de retrasar la boda por la pandemia por un año), las mismas cosas no se podían hacer o nos las presupuestaron a precios que me parecieron altos. El principal problema que causó estrés e irritación a los invitados fueron las habitaciones. El proceso de "check in" muy desorganizado y tomó demasiado tiempo. Algunos invitados acabaron en las habitaciones incorrectas y, aunque la entrada era a las tres o antes si hubiera sido posible, algunas habitaciones no estuvieron listas hasta las cuatro. El autobús para la catedral salía a los cuatro y media. No hubo tiempo para prepararse. Sabían que íbamos a llegar todos juntos. No hay excusas. Hubo incidentes que aumentaron el coste de la boda. Si tienes un presupuesto ajustado es necesario controlar estas situaciones: por la situación de la pandemia, nuestro número de invitados bajó de 100 y, como queríamos todavía tener el cortador de jamón, pedí que me dijeran cuál sería el coste adicional de este servicio (por el número de invitados que teníamos hasta 100 con los que entraba el servicio). Me presupuestaron el jamón y el cortador a coste completo (850 euros). Les dije que no me parecía justo, pues teníamos 85 invitados (acabé pagando 91 menús) y, finalmente, "me regalaron el jamón" y me cobraron el cortador de jamón (250 euros). Luego, los platos de jamón que quedaron del cóctel me dijeron que los sirvieron en la recena. No lo hicieron. Como digo, acabé pagando seis menús extras porque se nos olvidó pasar que había 6 vegetarianos. También me pasaron la factura del coste total de los 6 menús. Cuando les dije que el único coste adicional para ellos fueron los 6 entrantes y seis primeros vegetarianos (el cóctel, los vinos... El porcentaje de beneficio, ya me lo estaban cobrando en los seis menús regulares que no sirvieron), me rebajaron el precio del entrante y primer plato vegetariano a 90 euros (lo cual me parece caro). Estoy de acuerdo que fue nuestro error, pero se hubiera agradecido que alguien al pasar la orden de la boda a los distintos departamentos se hubiera preguntado por qué no había ningún requisito dietético en una boda de 85 invitados. Me resulta difícil entender cómo calculan los gastos extras de estas situaciones excepcionales. También quisimos disminuir el número de raciones de pulpo al ser menos invitados y nos dijeron que el mínimo tenía que ser 70 raciones. Pregunté si podíamos llevarnos las raciones extras que no consumieran en el cóctel. La respuesta fue que no por motivos de refrigeración. Las pedimos de todas formas. Luego supimos (porque Salamanca es un pueblo) que solo habían encargado 50 raciones al pulpeiro, aunque a nosotros nos cobraron 70 raciones. La explicación que me dieron es que algunas raciones eran de dos personas... Aquí sentí vergüenza ajena al hablar del tema. Esto no se hace. Naturalmente, no quedó pulpo extra. También la tarta que encargamos (a última hora), decepcionante. ¿Falta de comunicación? Aconsejo hacer preguntas, pedir opciones y presentar fotos cuando quieras algo extra. Trajeron una tarta pequeña que no parecía para nada una tarta de boda. Los novios cortaron una ración, hicieron la foto y ya está. Ni sirvieron la tarta durante el banquete, ni durante la recena, ni ofrecieron que nos la lleváramos. La foto nos salió a 250 euros. Un fiasco. En general, recomiendo el lugar, es espectacular. No es barato comparado con otros hoteles en Salamanca y, además, tienes que contratar las habitaciones, pero a nosotros nos mereció la pena porque realmente se disfruta más del lugar. Los problemas que he mencionado fueron irritantes y se podrían haber evitado con un poco de planificación de mi parte y más ayuda del departamento de organización. Personalmente, me sentí que estaba "regateado" por cosas que me parecía que ellos debían haber ofrecido sin tener que preguntar por ellas en una boda en la cual gastamos más de 22.000 euros con 85 invitados.
Celebramos la boda hace unas semanas. La Hacienda Zorita es un lugar espectacular. Nos encantaron el hotel y los alrededores, El banquete y el cóctel, estupendos. La calidad y servicio excelentes. Al final todo salió bastante bien, pero hubo muchos detalles que hubiera convenido evitar. La organización y comunicación los días antes de la boda dejaron mucho que desear, por no decir los meses antes cuando los correos se pasaban días y días sin ser contestados. Así muchas cosas y decisiones las fuimos dejando para última hora porque no teníamos la información concreta para decidir. Aconsejo que una sola persona se encargue de la comunicación con el hotel y tomar notas detalladas de las conversaciones y que después de cada reunión, a modo de resumen, se envíe un email confirmando lo hablado con detalles y precios concretos. Nos pareció que al principio todo eran facilidades de hacer lo que deseamos, pero luego (después de retrasar la boda por la pandemia por un año), las mismas cosas no se podían hacer o nos las presupuestaron a precios que me parecieron altos. El principal problema que causó estrés e irritación a los invitados fueron las habitaciones. El proceso de "check in" muy desorganizado y tomó demasiado tiempo. Algunos invitados acabaron en las habitaciones incorrectas y, aunque la entrada era a las tres o antes si hubiera sido posible, algunas habitaciones no estuvieron listas hasta las cuatro. El autobús para la catedral salía a los cuatro y media. No hubo tiempo para prepararse. Sabían que íbamos a llegar todos juntos. No hay excusas. Hubo incidentes que aumentaron el coste de la boda. Si tienes un presupuesto ajustado es necesario controlar estas situaciones: por la situación de la pandemia, nuestro número de invitados bajó de 100 y, como queríamos todavía tener el cortador de jamón, pedí que me dijeran cuál sería el coste adicional de este servicio (por el número de invitados que teníamos hasta 100 con los que entraba el servicio). Me presupuestaron el jamón y el cortador a coste completo (850 euros). Les dije que no me parecía justo, pues teníamos 85 invitados (acabé pagando 91 menús) y, finalmente, "me regalaron el jamón" y me cobraron el cortador de jamón (250 euros). Luego, los platos de jamón que quedaron del cóctel me dijeron que los sirvieron en la recena. No lo hicieron. Como digo, acabé pagando seis menús extras porque se nos olvidó pasar que había 6 vegetarianos. También me pasaron la factura del coste total de los 6 menús. Cuando les dije que el único coste adicional para ellos fueron los 6 entrantes y seis primeros vegetarianos (el cóctel, los vinos... El porcentaje de beneficio, ya me lo estaban cobrando en los seis menús regulares que no sirvieron), me rebajaron el precio del entrante y primer plato vegetariano a 90 euros (lo cual me parece caro). Estoy de acuerdo que fue nuestro error, pero se hubiera agradecido que alguien al pasar la orden de la boda a los distintos departamentos se hubiera preguntado por qué no había ningún requisito dietético en una boda de 85 invitados. Me resulta difícil entender cómo calculan los gastos extras de estas situaciones excepcionales. También quisimos disminuir el número de raciones de pulpo al ser menos invitados y nos dijeron que el mínimo tenía que ser 70 raciones. Pregunté si podíamos llevarnos las raciones extras que no consumieran en el cóctel. La respuesta fue que no por motivos de refrigeración. Las pedimos de todas formas. Luego supimos (porque Salamanca es un pueblo) que solo habían encargado 50 raciones al pulpeiro, aunque a nosotros nos cobraron 70 raciones. La explicación que me dieron es que algunas raciones eran de dos personas... Aquí sentí vergüenza ajena al hablar del tema. Esto no se hace. Naturalmente, no quedó pulpo extra. También la tarta que encargamos (a última hora), decepcionante. ¿Falta de comunicación? Aconsejo hacer preguntas, pedir opciones y presentar fotos cuando quieras algo extra. Trajeron una tarta pequeña que no parecía para nada una tarta de boda. Los novios cortaron una ración, hicieron la foto y ya está. Ni sirvieron la tarta durante el banquete, ni durante la recena, ni ofrecieron que nos la lleváramos. La foto nos salió a 250 euros. Un fiasco. En general, recomiendo el lugar, es espectacular. No es barato comparado con otros hoteles en Salamanca y, además, tienes que contratar las habitaciones, pero a nosotros nos mereció la pena porque realmente se disfruta más del lugar. Los problemas que he mencionado fueron irritantes y se podrían haber evitado con un poco de planificación de mi parte y más ayuda del departamento de organización. Personalmente, me sentí que estaba "regateado" por cosas que me parecía que ellos debían haber ofrecido sin tener que preguntar por ellas en una boda en la cual gastamos más de 22.000 euros con 85 invitados.
