La boda de Víctor y Mª Jesús en Pinto, Madrid
De noche Otoño Naranja 2 profesionales
V&M
06 Nov, 2010El día de nuestra boda
Bueno cómo no, decir que fue un día muy bonito, emocionante y divertido. El día 5 de noviembre me fui ya al hotel a llevar cosas con Víctor para no ir cargados a última hora y con nervios. Yo dormía en el hotel con una amiga, así que después de venir del spa y cenar mi amiga y yo nos fuimos andando hasta el hotel y Víctor se fue con el marido de mi amiga a jugar a la Play y destensarse un poco. Nada más llegar sacamos los trajes de las fundas y los dejamos colgados para que se estirasen. Estuvimos viendo un rato la tele y cuando eran poco más de las doce de la noche dije: ¡madre mía que me caso hoy!
A las 5:30 me desperté y después de dar vueltas me levanté al salón del hotel a ver la tele con una manta y una almohada. A las 7 de la mañana le mandé un mensaje a Víctor, le dije que le quería mucho y le había echado de menos y él me contestó: “Yo también Chusita. Jo, tengo un nudo en el estómago, estoy un poco atacado a ver si me duermo otro rato.” Yo le dije que estuviese tranquilo y que le quería.
Seguir leyendo »A las 8 de la mañana mi prima y mi tía me mandaron también mensaje para recordarme que ya había llegado por fin mi gran día, que en un ratito nos veíamos. Al ratito mi amiga se levantó asustada porque se giró para ver si seguía durmiendo y vio que no estaba y no oía nada, ¡se creía que me había fugado! Nos duchamos, nos vestimos y bajamos a desayunar. Vi que ya estaban decorando el patio, ¡qué bonito! y pensé: Dios mío esta gente que está alojada en el hotel no sabe que soy yo la que se casa.
Nos fuimos a la pelu, llegue pronto y menos mal pues el tiempo vuela. Me preguntaban que como estaba ¡y yo calmadita, super relajada! Venían clientas y preguntaban que cuándo venía la novia y le decían que era yo, que ya había llegado. ¡Qué fuerte, la gente preguntaba por mí, la novia, no daba crédito! Parecía que yo nunca iba a tener este día. Te sientes super bien cuando por fin es una la novia y el centro de atención, ese el que todas siempre hemos querido ser. ¡Me encantaba! Me mandó otro mensaje mi tía, ya habían llegado a Madrid y ya era la una.
Mi amiga la maquilladora me llamó, ¡ya estaba en el hotel! Así que a la una y cuarto más o menos salimos mi amiga Cristina y yo camino del hotel. Subimos a la habitación pasando primero por el patio donde me casaba: “van avanzando, ¡qué bonito me han puesto un arco!, pensaba.”
Mi amiga María empezó a maquillarme. Me llaman por teléfono a la habitación, ya ha llegado los lazos del coche y el ramo. Saray, la chica del hotel, me busca un jarrón para meter el ramo y lo ponen en la cocina. Sigo con el maquillaje y vienen ya mis primos y tíos que ya llegaron de Palma. Nos vamos asomando a la ventana para ver cómo va la decoración y la verdad que estaba quedando muy bien.
En fin, la habitación empezó a llenarse de mujeres y Víctor en el salón vistiéndose mientras me hacían fotos. Mi madre y mi hermana me pusieron el vestido, ¡por fin! ¡Mi vestido! Todo el mundo alucinaba de cómo iba, ¡a todas les encantó! Y por fin llegó el fotógrafo. 3:30 de la tarde y empezamos la sesión. En principio solo yo y con las mujeres que estaban en la habitación. Mi hermana poniéndome pendientes, zapatos, guantes… ¡Tengo 140 fotos! El fotógrafo me dice que en 5 minutos baje, que le hace unas fotos a Víctor y ya vamos al parque. Cuando bajé me empecé a poner un poco nerviosa, de esto que parece que tienes frío pero no lo tienes. Me avisan que ya puedo salir del todo, que Javi ya está con el coche fuera. Salí a la calle, la gente se paraba a verme pasar para montarme en el coche y cuando iba en marcha la gente miraba porque pasaba la novia. ¡Qué bonito!
Y por fin veo a Víctor en lo alto de las escaleras, todo vestido de negro. ¡Qué guapo! Según iba acercándome más guapo lo veía, y oía al fotógrafo pedirme que me parase para hacer fotos y mientras hablando Víctor y yo. ¡Cómo me divirtió la sesión de fotos!
Durante las fotos me relajé mucho hasta que ya nos montamos los dos en el coche y fuimos al hotel. Se bajó él, me ayudó a bajar y entró. Mi madre pidió a todo el mundo que andaba por el lobby del hotel que ya había llegado y que se sentaran todos dentro. Pasé del brazo de mi cuñado esperando a que sonara la música para dar paso a Víctor y me puse nerviosa otra vez. Empezó a sonar mi canción y comencé a andar con mi cuñado y pensé: “mira a Víctor, mira a Víctor.”
Y deje de oír la música, es como si el tiempo se parase y no existiera nadie más, solo tú andando y él esperando y de repente oí a mi cuñada decir: ¡qué novia más guapa! y ya desvié la mirada y empecé a ver a todo el mundo. Cuando me cogió Víctor y paré de andar las piernas me castañeaban.
Ángel, el ceremoniante empezó a hablar para romper el hielo y quitar nervios presentándose, presentando el momento y dando paso a la familia que iba a hablar. La primera, mi amiga Cristina (quiero ver el vídeo porque no recuerdo qué decía). Habló en su nombre y en nombre de su marido dedicándonos unas palabras. Luego la madrina, hermana de Víctor, habló en su nombre y en nombre de la madre de Víctor. Aquí empezamos a llorar, pues yo oía a la madre llorando y las palabras tan bien escogidas para hablar en nombre de mi suegra.
Seguimos con los sobrinos de Víctor. Yo fui cómplice pues les di fotos nuestras para hacer un montaje. ¡Cómo lloré y cómo lloró Víctor! En un principio eran de Víctor desde pequeño hasta que vinieron las nuestras que fue con la canción “Si tú eres mi hombre”, ¡madre mía qué emoción!, todavía se me pone el nudo en la garganta. Luego habló mi tía que se emocionó mucho y me decía: “yo no quiero llorar” y yo le sonreía y le decía que no. Fue muy bonito. Luego vinieron nuestros votos, primero yo y luego Víctor. Lloré con las palabras que me dijo, me llegaron al alma. Llegó el momento anillos, ese momento tan esperado de ponerte la alianza. Seguido hicimos la ceremonia de la arena, símbolo de unión entre las dos personas y la creación de la nueva familia, uniendo cada grano de arena que representa una vivencia individual como persona para unirlos eternamente. Y por fin, nos declararon marido y mujer. ¡No podía creerlo, estábamos casados!
La cena no me entraba para nada, picoteé todo lo que pude pero el cuerpo me pedía marcha y estar con toda la gente.
Otro momento muy divertido fue la tarta, ¡qué risas!
Y el mejor momento fue nuestro baile. Dios mío es que parecía que nos quedábamos solos en el salón, no escuchaba a nadie y estaban silbando y aplaudiendo pero no existían. ¡Cómo disfruté cada momento bailado con mi ya marido!
Bueno solo hay que ver una parte de la boda que os he puesto para que si podéis le deis un vistazo y podáis imaginar cuanto disfrutamos de la boda.
Muchos besos para todas!!!
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