La boda de Vicente y Miryam en Mayalde, Zamora

El día de nuestra boda

Fue un día muy especial. Empezando con el nerviosismo y casi no dormir de la noche, luego el vestirte y prepararte que no falte nada. Y luego la iglesia, toda la gente mirándote y la espera de la novia. Qué minutos más largos. Luego ya la ves y parece que ya estás un poco más tranquilo.

Ahora a esperar que nos dice el cura, que no nos confundamos al leer, y por fin poner las alianzas, que no se caigan las arras, y ya lo mejor, empezar con las fotos con las felicitaciones, y disfrutar entre lágrimas de ver a toda tu familia junta y toda tu gente.

Luego ya para el restaurante todo el mundo esperando a que llegues y por fin un poco de desahogo, ya puedes hablar con la gente y tomar algo, y te vas acostumbrado a ser el punto de atención.

Y para mi, casi lo mejor, la comida, donde dimos un montón de regalos, bailamos en todos los platos, la verdad es que disfruté mucho porque veía que la gente estaba disfrutando. Sorpresas para nosotros, en fin, disfruté.

Luego el baile, que la verdad, lo habíamos ensayado pero como suele pasar siempre algo falla y nos la habían grabado un poco mal en el pen, pero bueno, yo creo que lo defendimos bien.