La boda de Verónica Curro y Isaac Palop en Albacete, Albacete

En el camino a los sitios de las fotos se nos pincha una rueda del Mercedes…Lo que nos reímos y las fotos que tomamos... Menos mal que nuestro cámara fue tan buena gente que se ofreció a ayudarnos y nos la cambió él allí en medio de la calle para que no nos manchásemos y después como si no pasase nada siguió grabando e hizo unas tomas geniales.

Ya de camino al restaurante nosotros, el fotógrafo y la conductora nos veníamos riendo y pasando uno de los mejores ratos de ese día.

Al llegar estaban mis damitas esperándome para entrar conmigo y cogiéndome el vestido. ¡Qué lindo detalle tuvieron! Nadie les dijo nada y ellas solitas estaban super atentas a todo. El picoteo por lo que me contaron estuvo más que bien. Todos comentaban que les pareció exquisito. El dueño en todo momento muy amable y puntual para cada ocasión, eso nos encantó y gracias a ello también el convite fue a la perfección, no hubo ningún error, ni ninguna queja. Incluso me puso en los baños cepillos de dientes con su pasta, toallitas…Se portaron de lujo.

Hubo momentos en la hora de la comida muy emotivos, uno de los tíos de mi esposo cumplía años y así sin que nadie supiese nada le sacamos una tarta de cumple y le cantamos cumpleaños feliz. A las abuelas les regalamos un ramo de rosas y una figura como símbolo de la familia; a los padres les regalamos también detalles preciosos.

¿El momento más emotivo? No sabría cual decir. Hubo muchos pero sin duda uno de los más especiales fue cuando le regalé mi ramo a mi hermana. Ella ni se lo esperaba, nunca nos vemos ya que ella vive muy lejos y como mucho nos vemos una vez al año y ese detalle fue un gran puntazo para ella y todos los que estábamos allí.

Acabado el banquete, ¡la tarta! ¡Qué gran momento! Al no ser de noche no se pudo sacar con fuegos artificiales, pero me pusieron bengalas y quedó muy especial. Aparte nos hicieron el gran regalazo de una navaja de Albacete, grande y grabada con los nombres y la fecha. Todos se quedaron alucinando.

Acabado ya todo, ¡el momento de la fiestaaa! Llevamos un pen con la música que quisimos poner en la boda y aparte la que el DJ pusiese. Quedó estupendo ya que todo el mundo bailó, incluso aquellos amigos de nuestros padres que nunca salen a bailar, bailaron. Aún cada vez que nos ven nos dicen que les pareció la mejor boda a la que fueron porque bailaron y se lo pasaron super bien.

El momento Photocall, ja,ja,ja es que no puedo parar de reír, fue estupendo. Llevamos cosas sencillas pero geniales, y ver a mi hermano con una pamela fucsia y cinta de leopardo, a mi padre con sombrero, a los niños con antenitas y orejitas, a los mayores con gafas graciosas pequeñas y grandes y a nosotros en plan hawaianos… ¡es que fue la bomba! Las fotos que se tomaron quedarán para siempre. Menudo momentazo.

Ya al final de todo salimos todos los que aún estábamos en pie a la zona chill out a tumbarnos a los sofás así al aire libre para comentar cada momento, tomando más fotos, jugando todos juntos, saltando para las fotos, y la recena. Fue un momento más que agradable. Comentamos sobre la boda, sobre qué actividades haríamos después al llegar de viaje, de las experiencias que pasó cada uno en la boda...

Así para acabar ¡fue uno de los días más divertidos de mi vida!