La boda de Tania y Sergi en Lleida, Lleida
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27 Jul, 2019El día de nuestra boda
Somos una pareja que nos conocemos desde niños, ya que íbamos a la misma clase desde los 7 años y aun con 12 años de relación... las semanas anteriores a la boda fueron un pozo sin fondo de nervios y estrés, e intentaré explicaros un poquito mi gran día y tengo que decir que valió la pena.
Fue un día para recordar toda la vida. Llegó el día de la boda y nos separamos de buena mañana. Yo, el novio, quedé con toda la familia para comer ya que por mi parte somos pocos y nos apetecía estar juntos y comentar un poco como sería la jugada. Hasta aquí todo bien..., pero cuando la hora del enlace empezaba a acercarse, todo se fue magnificando.
¡Yo me fui con mi hermana hacia casa para empezar a vestirme porque la fotógrafa llegaba a una hora determinada, ya que estaba todo más o menos sincronizado, pues bien... aquí empezó la fiesta, mi madre llegaba con 20 minutos de retraso ya que estaba maquillándose y yo junto con la fotógrafa ya no sabíamos que hacer, tierra trágame! Llamando a mi madre y ella contestándome que ya venía cuando yo quería escuchar estoy abajo, ábreme.
Seguir leyendo »Los nervios empezaban a estar a flor de piel... solo hacía que asomar por la ventana a ver si la veía venir a mi madre y nada... ¡Mi madre llegó al final con la friolera de 35 minutos de retraso! Pero bueno, teníamos que ir por faena, nos hicimos cuatro fotos mientras mi hermana se iba hacia casa de mi futura mujer con el ramo y una carta muy especial escrita por mí, explicándole todo lo que sentía por ella y que a veces es difícil de explicar solo con palabras.
Más tarde me explicaron que lloraron como magdalenas y me alegré mucho de que les gustara. Pero después de todos los nervios ya estaba en el altar un poco más tranquilo, ya que al menos habíamos llegado bien de tiempo y la cosa iba bien encaminada. Pero el aviso de que la novia estaba de camino hizo desmoronar toda esa tranquilidad. Yo rápido enviando todo el mundo que estaba fuera de la iglesia para adentro, ya que la novia estaba de camino. Antes de entrar la novia tenía que entrar yo... empieza a sonar la música de mi entrada... Bien, pues era la música de la entrada de la novia. Ya me ves asomando la cabeza y diciéndole gestualmente al sobrino que le tocó poner la música.... "¡Corta, Corta! ¡es la otra!" Como no, todos se pusieron a reír.
Llegó el momento, me puse de espaldas cuando la música de la entrada de la novia empezó a sonar. Quería ver la novia cuando estuviera cerca y no de lejos con invitados de por medio. El sacerdote me hizo un gesto para que me girase y allí estaba ella, radiante como el sol, mi preciosa y futura esposa. Nos casamos entre miradas y pensamientos hasta el Sí, quiero. Así empezó nuestro gran momento y la cosa solo fue a mejor.
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