La boda de Soraya y Diego en Badajoz, Badajoz
Elegantes Verano Blanco 3 profesionales
El 13/07/2013 1.378 0 2
S&D
13 Jul, 2013
El día de nuestra boda
13-07-2013. Llegó nuestro día. Me levanté con una sonrisa de oreja a oreja, mis padres de los nervios, corriendo de un lado a otro de la casa y yo tan feliz. Preparé mis “cositas”, ropa interior, alianzas, arras, abanico, todo en la mesita para tenerlo a mano después. A las 4 de la tarde llegó mi mejor amigo y peluquero, quién me peinó y, posteriormente, la chica del maquillaje.
Yo seguía tranquila, como si nada pasase a mí alrededor, sentada en la silla esperando el gran momento. Algunas mariposillas me recorrían la tripa de vez en cuando, pero mi sonrisa no paraba. Dieron las 7 de la tarde y comencé a vestirme. Mi “hermanito”, de 4 años, precioso, fue el primero en terminar, mi madre elegantísima y mi padre, el padrino más guapo que haya visto.
Taconazos de vértigo y ese traje precioso fue puesto en mi “cuerpito”, pendientes y velo y lista para montarme en el coche. Llegué a la iglesia, me bajé de éste mientras que mi padre sostenía la sombrilla, mi hermano las alianzas y anillos y yo intentaba salir del coche. Sujeta a mi padre, iba caminando y mi mirada solo se podía dirigir a un único sitio y a una única persona. Mirada al frente y paso lento y firme, paso a paso. Él estaba allí, parecía un príncipe, moreno, alto, apuesto, brillaba radiante con esa sonrisa de oreja a oreja. ¡Recuerdo esa mirada cada día!
Seguir leyendo »Flashes e invitados rodeándome pero yo sólo podía mirarlo a él. Llegué al altar y toqué su mano y respiré profundo. La ceremonia llena de risas y muy tranquila, salió perfecta, nada de equivocaciones en el texto, todo de lujo.
Después fuimos a hacernos algunas “fotillos” por Castelar y Puente Viejo y, posteriormente, pasamos al convite. Allí nos esperaban todos nuestros invitados, amigos y familiares. El buffet estuvo de vértigo, todo riquísimo.
Posteriormente, pasamos al corte de la tarta y el brindis. Un momento irrepetible lleno de fuegos artificiales y detalles. A mis abuelas les regalé un ramito de flores y a mis padres una poesía que jamás olvidaremos. Todos lloramos de emoción, fue un momento inesperado y mágico. Luego, y aunque no lo creáis, fuimos a la carpa para comer más: ¡estábamos para reventar! Todo estaba riquísimo, magnífico lugar y una excelente comida en Complejo Sancha Brava de Badajoz. Después del café llegó el mago, quién le haría aparecer a mi marido un Sharpei -momento inolvidable-, regalo que le hice por nuestro día y también un bonito vídeo que me regalaron mis amigas y mis primas. A partir de ahí, el baile y mucha marcha con barra libre hasta las tantas de la mañana que llegamos al hotel y ya no cuento más porque lo demás fue íntimo. Volvería a repetir este día una y otra vez. Uno de los días más felices e inolvidables de mí vida.
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