La boda de Sebas y Cheché en Pueblo Acantilado, Alicante

Todos hacían fotos, aplaudían. Y decían "qué guapa", de verdad me sentí preciosa todo el día. No podía parar de sonreír.

De frente al lugar de la ceremonia (todo con balas de paja) pusimos una foto de aquellos que faltaban en presencia física pero no en nuestros corazones, los que ya no están.

Mi padre nos casó y el discurso fue emocionante, mi sobrino leyó la poesía de la abuela de todas las bodas que tan sólo hacía 8 meses que nos había dejado.

Ese momento fue el único que me hizo llorar un poco de pena. Las demás lágrimas fueron todas de alegría.

Por fin se llamó al mejor amigo de la novia que traería los anillos. Y apareció Ron (mi perro) con los anillos en su pajarita. Nuestra frase de los anillos resume nuestra historia. En el mÍo reza la frase "Con tus huellas" Y en el de él termina "Borraste mis cicatrices".

Mi padre tocó una canción con el saxo, muy emocionante.

Todas las chicas de la boda nos hicieron un regalo a continuación, con la música de la película "Grease" nos dieron cada una, una rosa con un billete enrollado, al final tuvimos un súper ramo de rosas rojas. Y un poquito más de dinerito que no nos vino nada mal.

Leímos los votos que uno le había escrito al otro.

Comenzó el bufet libre en el jardín. ¡Había de todo! Dulce, salado, bebidas, pan y nosotros solo tuvimos que disfrutar, hacernos fotos, reír. Algunos fueron al castillo hinchable otros al photocall- photoboot.

Pero lo primero, dejar la huella en el árbol de huellas de invitados (peculiar libro de firmas, ya que nuestra vida giraba en torno a las huellas).

La música sonó para abrir el baile a medida que el día caía. Abrimos el baile con un baile trampa que empezó como algo lento y término siendo una coreografía guiada por los novios para todos los invitados.

Me cambié de vestido para el resto del baile. Más cómodo, corto, con flecos. Parecía un vestido joya.

Bailamos muchas horas en la que hubo barra libre. Farolillos voladores en la noche. Carro lleno de chucherías. Con cena de otras cosas y langostinos tigre recién traídos de Galicia, cortesía de un gran amigo hostelero. En un ambiente nocturno lleno de luces de led y velas en todos los sitios. Hasta en la piscina flotaban.

Así pasó el día más bonito de mi vida. La noche de bodas fue igual o más espectacular, mi marido se encargó de preparar la noche más romántica de mi vida.

Repetiría una y mil veces ese día. Para nosotros era muy importante estar juntos después de muchas cosas vividas y de pensar que no podríamos estar juntos nunca.