La boda de Sandra y Pablo en Sevilla, Sevilla

El día de nuestra boda

Fue un día maravilloso. Se inicia con gran expectativa y nerviosismo por ser el centro de atención, a la vez contando con un traje maravilloso que sabía me haría ver espectacular ante mi ser más amado y los demás invitados.

El día corre y aún hay arreglos de último minuto, preparativos, llamadas y carreras. La hora se acerca y ya solo quedaba ver a mi amor, que estaba más hermosa que nunca (no sabía entonces que la iba a poder ver más hermosa que siempre y que, por fin, veía cuál de todas las miles de opciones de vestidos y complementos llevaría. Logró hacerme despistar y vaya acierto, estaba guapísima), ya todo lo demás giraba a nuestro alrededor.

Rápida y productiva sesión de fotos, hasta llegar esa lluvia torrencial, y así con lluvia, nos dirigimos al altar y ante saludos de nuestros familiares y grandes amigos nos dimos el emotivo: “Sí, acepto”.

Los presentes podían compartir la felicidad que irradiamos; luego a la recepción con una hermosa decoración y cayendo la noche, documentamos la asistencia de nuestros invitados con miles de fotografías.