La boda de Rubén y Myriam en Sevilla, Sevilla

Después fuimos al Barrio Santa Cruz para nuestras fotos, ¡y qué os voy a contar yo de mi Sevilla! Sin palabras. Las fotos, preciosas y momentos únicos que pasamos allí, el ambiente, recordando nuestra niñez en el centro y viendo que ya éramos mayores y que habíamos encontrado nuestra media mitad.

En el salón nos esperaba toda la familia y amigos. No faltó un detalle, regalos a nuestros padres y hermanos, detalles para que recordaran ese día siempre y que todos fueran tan felices como nosotros estábamos siendo.

Le regalé mi ramo de novia a mi madre porque no creo que haya nadie en la tierra que lo mereciera más que ella, fue mi madrina y la mujer más importante para mí en ese día y en mi vida. Y a ver si le da suerte y pronto nos da la noticia de que se casa, que estamos desea do.

Todo fue único desde el corte de la tarta, que la hice yo un día antes, hasta el baile, que lo preparamos con una amiga coreógrafa. Nuestros amigos y mi marido me sorprendieron con un videoclip que hicieron para mí. También nos sorprendieron con fuegos artificiales y entonces ya me quede con la boca abierta, todo el mundo se implicó. Durante la barra libre hubo disfraces y photocall, que diseñamos mi marido y yo con fotos nuestras y quedó estupendo, ¡todos quisieron hacerse fotos mientras tomaban buñuelos típicos de Sevilla que contratamos para la barra libre!

La verdad es que nuestra boda fue única y para mí la más preciosa del mundo. Me alegré por tener tanta gente que nos quiere y nos acompañó y añoramos aquellos que ya no estaban con nosotros y que seguro nos vieron desde allí donde estén.

A mi marido decirle que me hizo la mujer más feliz del mundo cuando le conocí y el día de nuestra boda me sentí una reina, que me volvería a casar con él todos los días de mi vida.