La boda de Rubén y Elisabet en Zaragoza, Zaragoza
De noche Verano Verde
R&E
06 Jul, 2019El día de nuestra boda
Nuestra boda empezó el viernes, cuando iba llegando la gente al pueblo y empezamos a cenar con las personas que vienen de lejos. Teníamos preparado un pica-pica porque sabíamos que vendría gente a tomar algo el día antes de la boda. Lo que no sabíamos es que una charanga iba a entrar por la calle con todos nuestros amigos. Ese día fue inolvidable, pero aún quedaba lo mejor.
La mañana del día de la boda nos la pasamos en la piscina (hacía 36ºC) con los amigos, no hubo mejor tranquilizante que echar unas risas con ellos. Cuando llegué a casa, comimos con la familia y pasó todo muy rápido entre duchas, maquillaje, peluquería... ¡De repente los invitados ya estaban en casa y yo sin vestirme!
Entonces llamó Rubén al timbre (me pasó a buscar con toda su familia ya que vivimos cerca y quisimos hacerlo todo andando) y al bajar a la calle, me encontré a mi chico tan guapo como siempre, pero más elegante que nunca. ¡Qué guapo iba vestido y cómo resaltaban sus ojos verdes con esa chaqueta granate!
Seguir leyendo »Nos casamos al ayuntamiento, una amiga de la infancia hizo la ceremonia, nuestros amigos hablaron y mi sobrino nos dio los anillos. Fue algo sencillo, divertido, emotivo y con mucho amor. Mientras nos hacíamos las fotos, los invitados iban llegando al restaurante. Y allí empezó todo lo que una boda implica: el pica-pica, la cena, cambiarme de zapatos por unas converse, el brindis, los regalos, las bromas, los vídeos, el baile, lanzamiento de la novia, más baile, gin-tonics, resopón y algún chupito. Todo esto pasó en un abrir y cerrar de ojos, de repente eran las 6am y abrían las luces.
¡Te vas a dormir con una sensación de agradecimiento y satisfacción que dura semanas! Nos fuimos a Madagascar todavía agradeciendo y reviviendo ese día. Obviamente no todo sale como quieres, nosotros tuvimos un problema con los autobuses y la gente tardó en llegar, lo que nos hizo atrasar todo. Pero al final estás rodeado de la gente que te quiere, de tu familia y tus amigos que todo lo ven con buenos ojos y se acordarán de las risas y bailes, no de las esperas y del dolor de pies.
Mi consejo es disfrutar y exprimir al máximo cada segundo de la preparación de la boda, del día B y de los días posteriores. Realmente, es un día inolvidable y cada boda es perfecta a su manera.
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