La boda de Rubén y Carmen en Guadarrama, Madrid

Ellas y mi padrino me ayudaron mientras a repasar mis votos, a vestirme y se estuvieron tomando fotos conmigo mientras mi suegra se maquillaba y peinaba.

Les hicimos unos detalles a mis suegros para agradecerles el apoyo y al padrino, lo que les tocó el lado más sensible y sentimental.

Con todo, mi novio y mi suegra se retrasaron y en lugar de llegar a la finca a saludar y recibir a los invitados a las 18:30 horas llegaron a las 19:00 horas, hora a la que comenzaba la ceremonia, por lo que yo aún estaba por maquillar y llegué una hora más tarde de la previsto, suerte que la oficiante de la finca y el fotógrafo lo hicieron más ameno y casi no se notó la espera.

A mi llegada me recibieron todos expectantes, con llantos, aplausos, gritos y miradas de alegría. Mis niños y mi niña de arras, me acompañaron al altar junto con mis damas de honor y sus acompañantes, todos ellos amigos desde la infancia.

Durante la ceremonia, muy romántica y emotiva, en un embarcadero al aire libre decorado para la ocasión, los invitados sentados a la orilla del lago y los más allegados en el mismo embarcadero. Ofrecieron unas palabras mi suegro, la prima de mi pareja y, dos de nuestras damas de honor. A pesar de que nos faltaban mis padres y un tío de mi pareja que habían fallecido años atrás, todos les recordamos y les tuvimos presentes en la ceremonia.

Tras ello, llegó el cóctel, al son de canciones vintage, saludé personalmente a los invitados y nos tomamos fotos con todos. Aunque nosotros no disfrutamos de la comida en sí, no vimos casi nada ni probamos porque estábamos ocupados atendiendo a los invitados si lo disfrutamos un montón.

Hicimos una suelta de globos donde teníamos escritos deseos bonitos, tiré una réplica del ramo al compás de "Singles Ladies" y se repartieron sombreros de paja para los hombres, paipais y cubretacones para las mujeres. Mientras degustaban entrantes fríos y calientes con demostraciones en directo y corte de jamón ofrecido por el catering Leal Maese.

A las 22 horas comenzó la cena, en un invernadero de cristal totalmente abierto y un fondo que daba a una cascada natural, los invitados estuvieron totalmente encantados con los detalles de las mesas y la cena en general que constaba de un gazpacho de fresas, un capricho de ensalada de foie y queso, solomillo de buey con salsa de mostaza antigua y dos miniaturas de postre: tarta árabe y helado de sorbete de mandarina con tulipa de chocolate negro. Durante la cena se sucedieron, cantos, bailes y alguna que otra sorpresa como la entrega de una rosa eterna por parte del novio hacia mí ya como su esposa, donde me dedicaba unas bonitas palabras que me sonrojaron y, el agradecimiento a los abuelos de 94 y 90 años que nos acompañaban así como a mis suegros que hacían 27 años casados, todo un ejemplo para nosotros.

Tras un brindis se repartieron los detalles de boda, que lo hizo mi padrino dando puros habanos y de chocolate puro; mi suegro, que entregó a los hombres miniaturas frías de botellas de chocolate con whisky y otros licores en su interior; mis damas de honor que entregaron jabones naturales realizados por nosotros mismos y un frasquito de golosinas para los más peques. Por otro lado yo di alfileres a las mujeres. Hicimos el corte de tarta, de fruta fresca con bizcocho de zanahoria y flores que quedó espectacular.

Todo sucedió con mimo e intensamente emocionados, viendo la felicidad que desprendían nuestros familiares y amigos pasamos al momento del baile nupcial y la discoteca.

Comenzamos la entrada con una lluvia de pompas de jabón, cortesía de la Finca Prados Moros y dio comienzo nuestro tan esperado baile, ya que mi pareja y yo nunca hemos sido de bailar en público ni nada por estilo, nadie se esperaba que hubiéramos ido a clases de bailes durante 6 meses para prepararlo y, la verdad que nos salió super bien, fue el baile más bonito que habíamos hecho nunca y quedamos tan satisfechos de que fuera en el día de nuestra boda. Bailamos Ed. Sheeran y una bachata de Juan Luis Guerra con Fonsi.

Hicimos también un baile con madrina y padrino, un clásico vals y dimos comienzo a la barra libre y la discoteca donde amigos y familiares disfrutaron como en su época niña de las canciones que les recordaban a momentos míticos en su vida como el "A quién le importa" de Alaska y otras canciones modernas que incitan a todos a echarse unos bailes con familiares que hace algunos años que no se reunían bien por falta de tiempo o distancia.

Nuestros amigos de toda la vida nos sorprendieron con un flashmob o baile improvisado en el que colaboraron todos los invitados y la verdad que no teníamos palabras para agradecer lo que prepararon.

Lo pasamos genial, el día fue intenso, lleno de emociones y de sentimientos buenos y encontrados, se nos pasó bien ni corto ni largo, lo disfrutamos muchísimo. Todo salió genial y a pesar de los nervios una cosa sucedía a la otra y la verdad que no podemos estar más felices.

Gracias por habernos ayudado tanto con el tema proveedores y dudas entre toda la comunidad y por compartir momentos tan personales con los demás para facilitarnos entre todos la vida. ¡Que seáis todos muy felices!

Rubén y Carmen