La boda de Roser y Javier en L' Ametlla Del Valles, Barcelona

El día de nuestra boda

Dicen que casarse es un mero trámite. Que puedes adornarlo como quieras, pero que, al final, solo queda eso. Será para algunos, porque yo, sinceramente, he vidido uno de los días más felices de mi vida. Una ilusión creada por dos seres que... creen amarse desde siempre.

Si bien la ceremonia estaba proyectada e imaginada para realizarse al aire libre, por razones meteorológicas nos vimos obligados a realizarla en interior.

La lluvia nos dió una tregua, sí. Y nos permitió brillar. Fue maravilloso. Y tan efímero. Catorze horas de celebración... Y ahora me parece que fue un instante.

Amenizamos el aperitivo con un concierto. Entramos en el salón a ritmo de Lori Meyers. Durante la cena y mediante un juego musical, hicimos bailar a todo el personal. Espectacular.

Risas y más risas. Inolvidable.