La boda de Rodrigo y Marta en Barcelona, Barcelona

A las 16:15 se fue mi hermana junto con mis primos y mi tía a la casa para darle un ojo y que todo estuviera ok. Para llegar a tiempo yo tenía que salir de casa a las 16:45, así que me tocó esperar en el sofá estirada a que se hiciera la hora de salir.

Salimos rumbo a la boda.

Tengo que decir que iba tan relajada que me quedé dormida todo el trayecto (1 hora y 10), me tuvieron que despertar para que estuviera despejada. Llego y ¿qué pasa? El novio no estaba listo aún… ¡Dónde se ha visto esto! Esperé 10 minutos a que él estuviera y me dispuse a entrar. No sé porque mi canción no sonó, así que tuve que entrar con otra, preciosa, pero no era la mía. Cuando vi a mi chico ahí puesto, casi me caigo de culo de guapo que estaba. La ceremonia fue increíble, preciosa, todo a su tiempo, sin retrasos ni nadie que se alargara. Lo más bonito fueron los votos y que nos casó mi padre.

De vuelta al momento fotos, teníamos a 2 fotógrafos y 2 vídeos dedicados solo a nosotros. Qué decir del catering que nos montó el mejor ambiente para que la gente no se aburriera mientras esperaba. Tuvimos un carro de caballos y ahí pusieron la bebida, luego colgaron en conitos unas patatas chips de colores que quedaron increíbles. Lo típico, momento fotos con los invitados, acabas con la mandíbula tiesa, pero vale la pena disfrutar de cada una de las fotos.

Llegamos al convite y nos lo pasamos genial. Como la mayoría éramos jóvenes, decidimos no poner mesas, sino poner diferentes espacios y que la gente pasara y comiera lo que quisiera. Pusimos una barbacoa, mesa de quesos, embutidos ibéricos, sushi, arroz, jamón serrano y a eso hay que sumarle una variedad de 13 platos que fueron sacando poco a poco. Quedamos llenos, a rebentar.

Una vez cenados, hicimos el brindis y dimos los regalos a las futuras parejas (no dimos novios, sino que dimos una bolsa con nuestro logo y cositas para su nuevo hogar dentro, vamos, algo útil), a los padres y a las hermanas. Fueron momentos de llorar a saco. Una vez hecho esto, nos pasaron un vídeo con saludos de los amigos de mi marido, ya que él es argentino y la mayoría no pudieron estar. Hay que decir que toda la boda fue retransmitida en directo vía web. Cuando acabamos, toda la gente cogió una bengala y nos hizo un pasillo hasta llegar a la explanada donde hicimos nuestro primer baile y donde, por sorpresa para mí, estaba mi hermana cantando nuestra canción. Bailamos con nuestros padres y respectivos suegros y cuando acabó el momento empezamos con el baile. Fue increíble. El lugar daba para estar tanto fuera tomando el aire, como dentro dándolo todo. A todo esto, llegué al baile y no se me había movido un solo pelo ni una gota de maquillaje. Todo acabó y nos fuimos a la habitación que nos dejó la casa. Disfrutamos como unos peques.