La boda de Rober y Carol en Carabaña, Madrid
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R&C
21 May, 2016El día de nuestra boda
Y llegó el gran día. Después de casi un año de preparativos, desde el día en que decidimos dar este paso, cada cosa que hacíamos estaba de una manera u otra relacionada con ese día, y por fin llegó.
La noche anterior, mi chico se fue a casa de sus padres y yo a casa de los míos. En mi casa había muchos nervios. Mi madre, mi padre, mi hermana, hasta la perrita, estaban atacados. Ultimando detalles. Sin embargo, yo me levanté tranquila. Desayuné tranquilamente, y después fui a la peluquería, mi peluquera de toda la vida, del barrio, que, por cierto, ya había peinado a toda mi familia que vive por allí.
Con el maquillaje y el peinado listos, nos fuimos una amiga, mi hermana y yo en mi coche hacia mi casa, donde debía cambiarme y esperar al fotógrafo. Mis padres (y la perrita), que ya estaban de camino, llegaron antes que yo. Allí estaba todo: mi vestido, mis zapatos, las alianzas, las arras, mi ramo y el de las damas, los complementos, etc. Y vinieron las damas y el fotógrafo, y crecieron los nervios y las emociones.
Seguir leyendo »Después del reportaje en casa, fuimos mi padre y yo a la iglesia. Toda la familia se encontraba allí esperando (llegué creo que casi media hora tarde). La entrada quedó muy bonita, con 2 pajes y 4 damas y, por último, mi padre y yo. Fue un momento muy bonito ir hacia el altar, mientras sonaba la Marcha Nupcial. Y, a partir de ese instante, mis recuerdos pierden nitidez porque estaba en una nube. La música de la iglesia sonó fenomenal, gracias al violinista y pianista de Musiland. La iglesia quedó impecable con la decoración floral, y la ceremonia fue amena y se me pasó muy rápido.
Tras esto, fuimos con nuestros invitados hacia el restaurante. Gracias a Dios nos hizo un día estupendo. Estuvimos haciéndonos fotos en el parque natural que tiene Las Lagunas de las Madres (Arganda del Rey), y seguidamente hicimos la entrada al cóctel con la música Just The Way You Are, de Bruno Mars. Y más besos, más fotos, y más lágrimas.
Durante el cóctel, vinieron dos animadoras infantiles para que jugaran y atendieran a los niños de la boda. Hubo 15 niños con edades comprendidas entre los 18 meses y los 11 años, y la verdad es que contar con Raquel y Carolina, de Caritas Divertidas, fue un grandísimo acierto. Los padres pudieron disfrutar de la boda, y los niños estuvieron entretenidos y supervisados en todo momento durante la cena. Tuvimos que ampliar incluso sus servicios una hora más, porque los chiquitines se lo estaban pasando bomba (se quedaron hasta la una de la mañana).
A la finalización del cóctel, se procedió a acudir al salón para la cena. Mientras se terminaban de sentar los invitados, se apagaron las luces y comenzó la proyección sorpresa de un vídeo nuestro dirigido por nuestro fotógrafo. Se trató de un vídeo que hicimos mi chico y yo un mes antes de la boda, en Toledo, precioso y emotivo, para agradecer a nuestros invitados su asistencia en este día tan especial para nosotros. Y, acto seguido, entramos los novios al salón con la canción de Sugar, de Maroon 5. La comida estuvo buenísima, pero yo con los nervios no fui capaz de comer nada, se me había cerrado el estómago (algo inusual en mí, por cierto).
En el momento del postre, mi chico y yo fuimos repartiendo los detallitos a nuestros invitados: para ellas, 2 botes pequeños de mermeladas artesanales (uno de fresa con chocolate y otro de café con manzana), y para ellos un cofrecito de madera con un vaso de chupito y una botellita de licor de hierbas en su interior; para los más pequeños una bolsa de chuches y gominolas hechas por nosotros y un pompero con forma de novio o novia. Y en el momento del café, otro de los momentos de gran intensidad fue cuando le regalé mi ramo de novia a mis tíos, en homenaje a mi primo, el que me hubiese encantado que hubiera estado compartiendo con nosotros ese día tan especial.
Y llegó el momento de la entrada al baile. Tuvimos la suerte de contar con la ayuda de mi prima, bailarina profesional y profesora, que se ofreció desde el primer día para prepararnos un baile bonito. Queríamos una canción moderna, pero que fuera un vals, así que nos propuso bailar la canción de Malú, Blanco y Negro. Estuvimos ensayando cerca de 2 meses, y teniendo en cuenta que era la primera vez que mi chico iba a bailar, la verdad es que el resultado fue muy bueno.
Y, tras la inauguración del baile y, por tanto, de la barra libre para todos los invitados, se procedió a la inauguración de la fuente de chocolate y del fotomatón, al cargo de las empresas Chocofruit y Fotorisa. El chocolate era exquisito, y tenía gran variedad de frutas y dulces. Y el fotomatón, con su atrezo, ofreció grandes momentos, muy graciosos y divertidos.
En general, el balance ha sido, sin duda, muy positivo. Día precioso y emotivo. Ahora deseando ver el trabajo realizado por Ángel Rodrigo Fotógrafo, que nos permitirá recordar y revivir ese día tan especial para nosotros.
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