La boda de Raúl y Olaiz en Castellar De La Frontera, Cádiz
Elegantes Primavera Blanco 2 profesionales
El 05/04/2013 1.099 1 0
R&O
05 Abr, 2013
El día de nuestra boda
Al final me he animado a escribir sobre el día de nuestra boda, ya que guardo un recuerdo muy bonito de ese día y quería compartirlo con vosotro/as.
El mismo día de la boda estaba muy tranquila, o al menos más de lo que pensaba, y sobre todo, estaba emocionada. Después de tanto tiempo ya había llegado el día, así que había que disfrutarlo al máximo.
Nos casamos un viernes que amaneció lluvioso pero que, afortunadamente, después quedó en una tarde soleada. El tiempo te puede jugar una mala pasada, pero es algo que no puedes controlar, así que aunque llueva hay que ser positiva. ¿No hay una frase que dice: "novia mojada, novia afortunada”?
Dejando a un margen el tiempo, ahora vamos a los preparativos de la novia: el peinado, el maquillaje, complementos y el momento de ponerse el vestido y verse con todo puesto. La verdad es que me vi muy cambiada, pero muy bien y muy contenta.
Íbamos muy bien de tiempo con los preparativos, solo faltaba colocarme el velo, que no lo iba a llevar en la cabeza, sino alrededor de los brazos y cayendo hacia atrás. Costó su trabajo colocarlo y tras varias pruebas fallidas, me lo consiguieron poner bien. Pero la consecuencia fue que salí tarde de casa cumpliendo la costumbre de que la novia llegue tarde. La ceremonia era a las 12:30 y yo llegué 15 minutos tarde.
Seguir leyendo »Fuera me estaba esperando mi cuñado, que iba a conducir el coche, y mi hermano, el padrino. El viaje en coche fueron unos 15 minutos y recuerdo estar muy tranquila, pero a medida que nos íbamos acercando empecé a notarme algo nerviosa. Nos casamos en un sitio precioso, "La Almoraima", un antiguo convento convertido en algo más que un hotel.
En un principio nos íbamos a casar al aire libre, en un patio rodeado de arcos, pero con el día que salió, no fue posible. El nuevo lugar de la ceremonia era para mí una incógnita.
Una vez que llegamos me dijeron que se iba a celebrar en uno de los salones del hotel, muy bonito también. Estuve un rato esperando fuera hasta que nos dieron el paso a mi hermano y a mí.
Fue un momento especial porque no había visto a Raúl, mi marido, con su traje, y la verdad es que estaba muy elegante. Todos los invitados estaban muy elegantes.
La ceremonia transcurrió con normalidad hasta que mi cuñada nos leyó un texto escrito por ella, que me emocionó muchísimo y que me hizo soltar alguna lagrimilla. También mi madre nos leyó otro texto emotivo, por lo que la ceremonia fue emoción tras emoción.
Una vez que terminó la ceremonia y ya estábamos oficialmente casados, estuvimos haciendo el reportaje nosotros solos y con la familia. Pasamos momentos muy divertidos y quedamos muy contentos con Mayra, la fotógrafa, y su equipo.
Y por fin llegó la hora que todos esperaban, la hora de comer. Nos gustó mucho la comida y pasamos un rato muy agradable, ya que estábamos en un salón nosotros solos, un total de 15 personas, así que fue algo muy íntimo.
El momento de la comida y sobremesa se pasó muy rápido y para cuando nos dimos cuenta ya era la hora de irse. Pero todavía no había terminado la celebración. Organizamos una fiesta en un bar a la que acudieron algunos familiares y amigos, así que pudimos compartir ese momento con más gente.
Había sido un día muy largo y de muchas emociones por lo que a eso de las 2 de la madrugada nos retiramos. La noche de bodas la pasamos en un magnífico hotel de Sotogrande gracias al detallazo de los hermanos de Raúl.
La verdad es que la gente, tanto familiares como amigos, se portaron muy bien con nosotros, recibimos regalos y detalles de todos ellos y estamos muy agradecidos por ello.
Os dejo unas fotos de aquel día. Espero que os haya gustado mi relato.
Un saludo,
Olaiz
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