La boda de Raúl y Laura en Toledo, Toledo
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R&L
12 Oct, 2019El día de nuestra boda
Desde niña siempre me he preguntado cómo sería mi boda. Siempre me han gustado las princesas, los vestidos elegantes, el rosa…Cuando conocí a Raúl no sabía que íbamos a terminar casados, pero una serie de circunstancias, como su operación de rodilla, nos hizo unirnos más y darnos cuenta de quién está ahí en lo bueno y en lo malo, porque, aunque fue algo simple, fue algo por lo que pasamos juntos. Yo le había insinuado varías veces que quería casarme, de hecho, en Halloween de 2017 me disfracé de novia cadáver por si le quedaba alguna duda, a modo de broma, me pidió matrimonio con un anillo de araña, pero fue simplemente una broma, no fue la pedida real. Meses más tarde, concretamente en febrero de 2018, nuestra perrita Lulú tuvo 3 perritos y decidimos quedarnos con uno, algo que fuese de los dos, ya que cuando nos conocimos yo ya tenía a Lulú. Cuando Chip, tenía aproximadamente 2 meses, Raúl le colgó la caja del anillo del cuello y me pidió matrimonio. Obviamente le dije que sí, y salimos a celebrarlo.
Seguir leyendo »Empezamos a contarlo a familia y amigos, y yo empecé a contratar cosas poco a poco y ver varias cosas. Durante un año y medio me he dedicado casi en exclusividad a mi boda. Quería que todo saliese perfecto. Nosotros nos conocimos en Madrid, donde actualmente vivimos, pero yo soy de un pueblo de Toledo y mi marido de un pueblo de Cádiz, por lo que nos surgieron mil dudas de donde celebrar nuestra boda. Decidimos que tenía que ser algún sitio cerca de nosotros, porque si no, nos íbamos a volver locos con los preparativos, pero a la vez cómodo para la gente que se tuviese que desplazar, por lo que elegimos el Hotel Beatriz de Toledo. La mayoría de nuestros invitados se quedaron ahí a dormir tanto viernes como sábado con una reducción en el precio de las habitaciones por venir a nuestra boda.
Decidimos hacer una ceremonia civil, que sería en mi pueblo el viernes 11 de octubre de 2019, y celebrarlo el 12 de octubre en Toledo. Cuando tuvimos que presentar los papeles para casarnos he de decir que tanto la secretaria del ayuntamiento como la jueza de paz lo arreglaron todo y yo solo tuve que llevar el papel del empadronamiento. Lo mejor de mi boda, es que tras mucho mes dando la tabarra a mis padres, que no estaban casados, se animaron y se casaron con nosotros. No todo el mundo tiene el privilegio de casarse el mismo día que sus padres. Mi padre siempre había dicho de broma cuando le preguntaban que se casaría cuando me casase yo, y a veces no se puede decir esas cosas ya que luego llega y tiene que cumplir con tu palabra, aunque él estaba feliz.
Como ya he dicho, durante un año y medio me he dedicado en exclusividad a mi boda. Empecé mirando vestidos de novia, en una tienda muy conocida, pero salí súper decepcionada, solo veían dinero, no les preocupaba si me gustaba el vestido, ni si quiera me escuchaban, ya que dije mil veces que no quería velo y era como hablar a la pared. Poco después, me recomendaron que fuese a Coslada, Madrid, a una tienda llamada Tiare. Desde que entré sabía que ahí estaría mi vestido. Una tienda familiar, donde tienen vestidos preciosos y a su propia modista, que puede arreglar, cambiar o confeccionar tu vestido a tu gusto. De hecho, yo compré 2, uno para la ceremonia civil del viernes y otro para el sábado. Con mi vestido ya reservado, y teniendo claras las modificaciones, empecé a dedicarme a buscar otras cosas…Como la luna de miel, que decidimos hacer un crucero por el Mediterráneo.
Después elegir los regalos de los invitados, algo que me parecía lo más importante, ya que quería regalos unisex, no quería el típico regalo de mujer y hombre, por lo que nos decidimos a regalar unos chupitos con licores de sabores, piruleta, ron, mojito… Para los niños y niñas me pasaba lo mismo, y decidimos repartir unas mochilas para colorear, que además hacen que se entretengan un ratito ese día. Seguimos con los anillos, tenía claro que quería algo muy sencillo, y lo encontré. Sencillo pero diferente, y a la vez súper elegante. Como he dicho antes, al ser la ceremonia el sábado en el hotel, decidimos que leyesen unos amigos para que fuese más personal, y elegimos para unirnos en matrimonio la ceremonia de la arena. Tantas cosas que ya no sé ni en qué orden seguí organizando.
Fuimos a comprar el traje del novio, que estaba guapísimo, parecía estar hecho a medida. Seguía organizando cosas, mi marido confiaba y confía mucho en mí, y mi buen gusto. Ayudó poco, la verdad. Elegimos juntos las canciones de los momentos especiales, pero del resto me encargué yo, y disfruté como una niña pequeña. Después, estaba muy agobiada con el ramo de novia, ya que no me gustan mucho las flores, pero de repente, encontré flores de papel, y me enamoré de cómo eran, y tanto mi ramo como los prendidos del novio y padrino eran de papel. Tantas cosas que no sé ni por donde seguir…Pero por fin llegó el gran día, llegó el día 11 de octubre y nos desplazamos a mi pueblo a casarnos juntos a mis padres. Acudieron algunos miembros de mi familia y de la de Raúl, y mis padres nos invitaron a comer en casa.
Después de pasar un día perfecto y estar súper guapísimos, nos desplazamos a Toledo para estar preparados para el gran día. Nuestro despertador sonó a las 7:00 de la mañana. Bajamos juntos a desayunar para coger fuerzas para todo el día. Antes de las 9:00 de la mañana llegó la peluquera y maquilladora. Empezaron a ponerme más guapa aún. Y ahí empezó la locura... ¡Y el tiempo empezó a volar! Llegaron los fotógrafos y empezaron las fotos, empecé a vestirme.... Y se acercaba la hora y comenzaba a emocionarme y ponerme nerviosa. Nos quedamos mi padre y yo solos, para bajar a la ceremonia cogida de su brazo. Ahí empezaron los nervios, pero no quería que el tiempo pasase, quería que se detuviese el tiempo. Yo me sentía una auténtica princesa. Mi vestido súper sencillo, pero elegante, con modificaciones, una de ellas mi lazo rosa, a juego con el cancán, zapatos y pendientes, sin velo. Mi ramo, con un camafeo con la fotografía de mi abuelo. Y por fin llegamos, a la escalera.
Ahí estaba mi primo y mi tía, ya que es tan peque que tenía que bajar con mi tía para bajar la escalera, escuchar la canción y ver a mi futuro marido al final de la alfombra roja. Allí estaba esperándome, tan guapo, emocionado, llorando de emoción...Comenzó la ceremonia y Álvaro y Lidia, amigos nuestros, nos dedicaron unas palabras, que nos emocionaron a nosotros y a todos nuestros invitados. La ceremonia fue preciosa, todos nos dijeron que había sido la boda más bonita en la que habían estado. Imagino que eso se dirá en todas las bodas, pero yo sí que creo que mi boda fue perfecta, preciosa y con mucho amor. A continuación, mientras nos hacíamos unas fotos con nuestros invitados, a la vez se servía el cóctel. El reloj parecía que estaba roto, las manecillas giraban muy deprisa, ¿pero, por qué? Si yo quería que ese momento durase para siempre.
Después entramos en el salón donde nos esperaban ya todos los invitados. Brindamos ahí, con unas mega copas, preciosas, totalmente personalizadas. La comida exquisita: gambones a la plancha, merluza, sorbete de mojito, solomillo de ternera, postre… En la tarta, no podíamos cortarla, pasamos un rato muy bueno de risa, pero esa espada pesaba tanto... Nosotros mismo dimos nuestros regalos a nuestros invitados. Queríamos hacerlos sentir especiales, y nos levantamos en varias ocasiones a ver cómo se sentían. Todos los invitados tuvieron mil detalles con nosotros. Y por fin llegó el baile, ensayado por más de 6 meses: la canción de Bustamante y Ana Guerra. Pero tenía preparadas unas converse preciosas para poder bailar cómoda, sin esos tacones, y disfrutar de mi boda. Totalmente recomendado, son súper cómodas y a los invitados les gusta, les parece gracioso.
Después del baile, inauguramos el photocall, y después nuestros invitados se hicieron muchas fotos, y nos dedicaban más fotos en un álbum de firmas. Nos encantó el detalle. Al llegar a casa el domingo lo primero que hicimos fue leerlo. La barra libre comenzó, la gente bebía, bailaba, se hacía fotos, disfrutaba...Y después de casi 12 horas la boda llegó a su fin y yo en mi habitación, me resistía a que se terminase, a quitarme el vestido…Ahora tengo millones de recuerdos y deseo cuanto antes que los fotógrafos me entreguen el vídeo para poder ver los momentos tan felices de mi boda. ¡Volvería a casarme mil veces más!
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