La boda de Rafael y Verónica en Ledesma, Salamanca

El día de nuestra boda

Casi un mes después, escribo la crónica de mi boda. Todo salió como esperábamos, de 10. El día comenzó pronto para pasar por peluquería y maquillaje. A las 10 de la mañana ya estaba en casa preparada para comenzar a vestirme. Que si zapatos, medias, vestido, velo... pero yo seguía igual de tranquila. La cosa cambió al verme vestida de blanco. Empezaron a temblarme las piernas y así seguí hasta que acabó la ceremonia.

Mi padre recibe una llamada de mi chico para avisarnos que el restaurante al final hacía el cóctel al aire libre. ¡Yuhu! Se oían cohetes en mi pueblo, lo que quería decir que el novio había llegado a la iglesia. Era hora de salir de casa. En la puerta de la iglesia me estaba esperando con su chaqué. ¡Guapísimo!

El Aleluya tocado a gaita y tamboril indicaba que tenía que entrar en la iglesia. Nerviosa durante toda la celebración, pero feliz y eso se notaba en la cara. Una vez terminamos, los invitados cogieron el bus para el restaurante y nosotros aprovechamos a hacernos fotos en mi pueblo, aunque nos volveremos a vestir en breve para ampliar el reportaje fotográfico.