La boda de Rafa y Pilar en Rute, Córdoba
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R&P
29 May, 2021El día de nuestra boda
Quien me conoce bien, sabe que hasta que comencé con Rafa hace 6 años yo era una persona que no soñaba con casarse. Pero una vez lo conocí y fuimos a las primeras bodas juntos, tuve claro que yo quería vivir algo así solo con él.
Rafa me pidió matrimonio en un mirador precioso que hay en nuestra tierra, con la excusa de ver el estado de la ruta senderista que teníamos planeada para el día siguiente (excusa malísima). Nos remontamos a primavera de 2019. Pusimos fecha para julio de 2020. Estuvimos 11 meses disfrutando de los preparativos, con algunas discusiones tontas con mi madre, como el color de los sobres de las invitaciones (yo quería que fueran de kraft y ella no). En la vida pre-pandemia esto o la mantelería de la boda todavía podrían tener algo de importancia. Qué ilusos éramos.
Llegó el fin de semana del 7-8 de marzo de 2020. Me habían preparado mis amigas de la infancia una superdespedida en Sierra Nevada. Vino incluso una amiga italiana a la despedida; cuando se marchó en dirección para el aeropuerto me dijo: "espero que podamos vernos en la boda". Puse cara incrédula y añadió: "esperemos que puedas hacerla en julio". Aquello fue como un jarro de agua fría y una dosis inesperada de realidad: la pandemia del Covid-19 estaba aquí y no venía para 15 días, como decía el Gobierno. Después se sucedieron momentos tensos, lágrimas y noches con pesadillas hasta llegar a la inevitable conclusión: teníamos que posponerla sí o sí. Así que el 29 de mayo de 2021 fue la fecha elegida.
Seguir leyendo »Enero 2021. Debíamos retomar el tema de la boda: ¿Seguimos adelante? ¿Volvemos a aplazar? Rafa no quería posponer más lo que habíamos bautizado como "la tortura" (la boda), pero tampoco estaba tranquilo haciéndola con las limitaciones que hubiera en mayo. Estábamos en plena segunda ola, la más dura; nadie se imaginaba celebrando nada. Nuestras familias nos insistían de que viviéramos el presente, que aprovecháramos que hasta el momento todos gozaban de buena salud. Yo también tenía ganas de pasar página, aunque la boda distara mucho de nuestra idea inicial. Y es que la ilusión va menguando; encima, cuando todo a tu alrededor son noticias poco esperanzadoras.
En Semana Santa comenzamos a hacer un sondeo entre los 150 invitados que llevaríamos, ya que en el mejor de los escenarios ese era el aforo para exterior en Andalucía. Nuestra cifra inicial era más de 300 invitados. Nos sorprendieron las respuestas: la gente estaba dispuesta a hacer unas cuantas horas de coche aunque fuera solo para vernos en la iglesia, aunque no cupieran en el banquete. Eso hizo que se empezara a cocer nuestra boda: pequeños pasitos, siempre con pies de plomo, pero sin confirmar ni desmentir. Hasta el 8 de mayo no enviamos la invitación pdf por WhatsApp (aquí los sobres de kraft ya no fueron un problema). A la gente le encantó. Algo que ha gustado en general ha sido mi web de boda de Bodas.net. Utilicé la versión gratuita en la que hay varios detalles, como el test sobre nosotros, que ha triunfado.
El 8 de mayo solo se podía llevar a 50 personas en exterior. Enviar la invitación a más del doble de lo permitido había sido un salto al vacío. Yo me pasaba los días entrando en mapacovid para ver la tasa de incidencia, siempre pendiente de lo que decía Juanma Moreno. Fueron semanas de muchísima incertidumbre. El 9 de mayo explotó todo, con fiestas ilegales por todas partes y mi inquietud se disparó.
Sin embargo, lo que vino después fue lo más parecido a un milagro: los datos no dejaban de mejorar. El 19 de mayo, a 10 días de la boda, supimos que podíamos llevar a nuestros 150 invitados, el grupo de música que teníamos contratado y buffet para los entrantes. La misma semana de la boda lo cerramos todo: el menú definitivo, mantelería, seating plan, minuta, contratación de carpa (queríamos sí o sí que fuera en exterior), repertorio grupo, etc. Fue una semana de locos. Encima, yo tenía exámenes del máster que estoy haciendo.
La historia de mis zapatos es tan bonita... Es sin duda el complemento estrella de mi boda. Llegué con ellos a casa de un amigo mío que es un artista, le plasmé mi idea y han quedado así de bonitos. De está manera los lugares que han marcado mi historia estarían reflejados en mis pasos: la sierra de mi pueblo, la plaza de España de Roma, la biznaga malagueña, la plaza O'Connell en Dublín y por último, la iglesia donde me iba a casar. Son sitios en los que he vivido mínimo un año y me encantó el resultado.
Llegó el día de la boda. A las 6 estaba en la peluquería y Rafa, que no durmió prácticamente nada, me envió una foto paseando a su perro. Yo estuve toda la mañana muy tranquila y despejada. Hasta que desde las 11 no dejó de sonar el timbre: 5 ramos de flores recibí de personas que no pudieron venir, luego las fotógrafas, el de las flores, el peluquero, las vecinas, mi tita, mi prima... una locura. Una vez lista, bajé mi piso y subí en un descapotable inglés precioso, bajo la mirada de todos los vecinos, asomados a sus balcones y saludando con alegría. Fue un puntazo que el coche pasara delante del mercadillo y todo el mundo dejara lo que estuviera haciendo para soltar un grito de ¡Viva la novia! (no sé si pensarían: "vaya loca" o "por fin algo de normalidad").
Llegué a la iglesia. Allí me esperaban muchos amigos en la puerta, entre ellos mis amigas de Málaga, los niños de arras, etc. Y al son de "Es la noche del amor" de El Rey León, entré del brazo de mi padre para decirle 'Sí, quiero' a la persona más maravillosa del mundo. Fue una boda muy emotiva, mis amigas del extranjero me veían desde Zoom. Mi prima y uno de los mejores amigos de Rafa leyeron textos preciosos. La Virgen de la Cabeza nos miraba desde su trono, fuera del camarín. Yo miraba hacia atrás y veía gente querida emocionada en sus bancos, mientras sonaba "Moon River" o "Con tè partirò".
Llegó el momento de la entrada en el salón. No se me ocurría mejor canción que "Wake me up" de Avicii. ¿Había mejor manera de entrar en la etapa del matrimonio que con una canción con tal subidón? En el confinamiento no paraba de escucharla; "despiértame cuando todo haya acabado, cuando sea más sabio y mayor". Los invitados estaban animadísimos.
Por el menú nos felicitó todo el mundo. La copa de bienvenida fue sentada. Pusimos 4 bufets: mexicano, de quesos, de jamón ibérico y de cervezas internacionales. Además, 6 entrantes fríos y 6 calientes. Gambas de Huelva en el centro de las mesas (cómo no, para nosotros una boda top tiene que tener gambas). Después, lo típico: pescado, sorbete, carne y postre. Aprovechamos los intermedios entre plato y plato para saludar y brindar con las mesas.
Ya habíamos dejado los regalos en las mesas el día de antes, algo que nos pareció muy acertado y que agradecimos ese día. Regalamos mermeladas solidarias de Deliciosso, aceite de nuestra tierra, una tarjeta de agradecimiento, ya que la invitación fue digital, y un palito con lazos que dieron mucho juego cuando entramos bailando. Para los peques, libretas y bolis de Tiger y para los siguientes, una hucha que tenía grabado "Dreams come true", de Maisons du monde, algo que nos venía como anillo al dedo. Mi ramo de flores estaba preparado para dividirse en dos, aunque desde fuera no se apreciaba nada. Le regalamos una mitad a mi madre y otra a mi suegra, en señal de las dos madres que tanto Rafa y yo tenemos: una de nacimiento y otra la ha puesto el destino en nuestra vida. Pensé tirarlo por los aires como en las películas, pero me daba mucha pena que se estropeara, así que con un pequeño discurso sobre el valor de una madre, quedó maravilloso.
A nosotros nos regalaron de todo: una caja sorpresa con una fecha de una futura "despedida" que me van a hacer, una máquina eléctrica para hacer pasta, un vídeo, e desayuno del día después, varias Smartbox, láminas pintadas a mano, una botella de Protos con copas grabadas y un largo etcétera. Echando la vista atrás, no nos hubiera dado tiempo a saludar a más mesas, en caso de haberlas tenido, así que 150 invitados nos parece ahora un número óptimo, aunque obviamente echamos en falta amigos.
Llegó el momento de la marcha. Nuestro baile fue un cover de Millones (Camilo). Después del primer estribillo, cambiaba a la canción original y empezaba el baile cañero. La barra libre duró 5 horas y nos incluyeron mesa de chuches, gintonería y DJ en el precio. Comenzó primero el grupo de versiones de los 80 y 90 y la gente se animó un montón. A mí me subieron para cantar "Un beso y una flor" y "Todos los días sale el sol" con el cantante. Y después, me animé a cantar sola "Johnny B. Goode" (una semana antes le había dicho al cantante: "estoy tan contenta de poder llevaros que soy capaz de cantar la canción de Regreso al futuro"). Cuando me dijeron que la habían preparado de verdad, no podía creerlo. Los invitados disfrutaron mucho del grupo, el DJ posterior y la recena de perritos y hamburguesas.
Para el tema de fotografía, compré una Fujifilm instax por Wallapop, puse libro de firmas, 100 carretes de Aliexpress y un photocall florado muy sencillo que hizo nuestro florista. Para que los invitados no se pararan a pegar cada foto, dejamos un buzón donde las insertaban y ellos solo tenían que dejar la dedicatoria. Dudaba de si esto iba a tener éxito o no, pero cuando se puso el sol estuvo muy bien y ahora tenemos más de 40 fotos que pegar. Al lado había mascarillas individuales. No queríamos que la gente pensara que era un regalo al uso (como el aceite o la mermelada), así que las pusimos en un rincón discretamente. También dudamos si esto iba a triunfar, pero se las llevaron todas, nuestro objetivo. Además, me han dicho que para llevarlas en el bolso viene muy bien.
No ha habido ningún caso positivo que venga de la boda, nosotros nos hicimos el test para nuestra luna de miel a Menorca, así que ahora estamos como hace dos semanas, en una nube de felicidad.
Mi consejo para futuras parejas, el cual a mí me dieron también: cuando sientas que todo pasa muy deprisa, párate, mira alrededor y absorbe cada brizna de felicidad que estés viviendo. A pesar de este consejo, el día pasa muy deprisa, pero yo, lejos de estar nostálgica, pienso: ¡lo hemos conseguido!
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