La boda de Paco y Sheila en Valera De Abajo, Cuenca

Al terminar la misa, nos hicimos las típicas fotos, nos lanzaron el arroz y todos los invitados partieron en bus hasta el lugar del banquete. Mientras tanto los novios nos hicimos fotos en la hoz del río Gritos, famosa por la escalada.

Cuando llegamos al banquete el cóctel ya había comenzado y entonces empezaron las sorpresas. Lo primero, la decoración. Decidimos confiar en El Día más Dulce para que nos aportara un toque original y divertido a nuestra boda. Y así fue. Nos decoraron varios rinconcitos y consiguieron un amiente mágico. No nos podemos olvidar de nuestros fabulosos músicos, que ambientaron el cóctel, The teachers. Tras un cóctel de lo más agradable por la comida, la música, la decoración, el entorno natural, la temperatura y el atardecer, pasamos al banquete. Fue una cena muy alegre, nuestros amigos y familiares no pararon de animarnos y no nos faltaron sorpresas y regalos. También hay que decir que supimos compensarles con detalles por nuestra parte, que yo creo que les encantaron.

Después de la suculenta y dinámica cena, que se me pasó volando, inauguramos el baile con el Vals de Amelie, seguido de una coreografía de Greese. Fue muy divertido. Desde este momento nadie dejó de bailar, beber, reír, hablar, hacerse fotos en el photocall, enviarnos mensajes de vídeo... Y hasta ahí puedo contar...

Siempre recordaré el cariño que nos transmitieron todos los invitados y lo feliz que me sentí.