La boda de Paco y Isabel en Espartinas, Sevilla
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P&I
30 Abr, 2017El día de nuestra boda
Como se suele decir, tienes tantas ganas de que llegue este gran día y hay tantos preparativos y cosas organizadas que realmente se pasa todo volando.
Yo pensaba que iba a estar más nervioso, pero como también me gusta tenerlo todo bien organizado, delegué funciones bien a mis best men, en cambio a mi madre (la madrina) si la noté bastante nerviosa en el coche, pero cuando llegamos al altar se tranquilizó.
Pero como ocurre en todas las bodas, siempre hay imprevistos que hay que subsanar, un retraso del autobús en la primera parada, unos amigos que llamaron porque su madre se había caído la noche anterior y llegarían más tarde y además tuvimos que decorar la hacienda el mismo día (ya que el día anterior hubo otra boda).
Nosotros, a diferencia de otras bodas, decidimos que queríamos hacerlo todo en la misma hacienda, es decir, ceremonia, aperitivos, banquete y barra Libre, así no se tenían que mover del sitio y como la hacienda era muy grande, las fotos podíamos hacerlas en los alrededores para así poder pasar más tiempo con los invitados.
Seguir leyendo »Y así comenzó el día, para que no se me olvide luego, los coches elegidos fueron mi Renault Megane bose de color glasé para el novio y el coche de mi hermano gemelo, el mismo modelo pero de color celeste para la novia.
Ambos nos habíamos comprado el coche el año anterior pensando ya en el gran evento.
En la ceremonia pensaba que no me iba a emocionar, porque no soy de mostrar emociones, así que cuando llegamos mi madre y yo, el cielo estaba nublado, pensábamos que el tiempo se podría poner feo, y la verdad es que la lluvia durante la ceremonia era lo que no queríamos, pero tengo que reconocer que cuando llegó la novia y salió el sol, me emocioné mucho, nuestro amigo y oficiante dijo "Ha llegado la novia y el sol ha salido!", el sol y las nubes iban a estar como invitados también en nuestra boda, el último momento, muy emotivo, fue cuando habló mi amiga Helena, porque han sido muchas batallas vividas que no se olvidan y me emocioné.
Otro momento a destacar fue cuando mi hermano habló, porque me impresionó mucho su discurso, ¡creo que fue el mejor de todos!
Para finalizar la ceremonia teníamos decidido que nos tirasen arroz, preferíamos pétalos de rosa, ya que los dos somos "gafotas" y el arroz seguramente hubiera ido a parar dentro de los ojos, tenía mi preocupación porque los invitados nos tiraran los pétalos mientras caminábamos por la alfombra roja para inaugurar la zona de los aperitivos y la verdad es que todo salió como teníamos pensado.
El siguiente paso era estar un rato haciéndonos las fotos mientras los invitados estaban con los aperitivos, ¿un rato? ¡más de una hora! ¡Las mejores fotos de nuestra vida! Hasta en un tractor nos hicimos fotos, sí sí, ¡fotos increíbles!
La última foto fue con todos los niños de la boda, ya que al ser de los últimos de mis amigos en casarme, casi todos mis amigos tenían ya niños y los padres querían que estuvieran en nuestra gran boda, aunque se sabe que las bodas no son para niños, en la nuestra hicimos todo lo posible para que los niños se lo pasaran también muy bien, contratando 2 animadores infantiles, amigos de nuestro oficiante, que cumplieron con su misión a la perfección, dejando también a los padres descansar y disfrutar del evento.
Cuando volvimos para los aperitivos nos echaron un poco la bronca por tardar tanto, pero la verdad es que perdimos un poco la noción del tiempo.
Fue entrar en los aperitivos y seguidamente ya estábamos preparándonos para entrar en el salón y comenzar el banquete.
Todo transcurrió con normalidad, aunque dicen que los novios apenas comen en su boda, es cierto que no quería nada de los aperitivos, en el banquete si me comí todo lo que trajeron y eso que no estuve todo el rato sentado, porque tuve que resolver varios temas, ya que el autobús de recogida se presentó a las 16:00 en lugar de las 18:00 (se resolvió rápido el error) y el proyector del vídeo no se veía bien ya que con el sol que había en la zona de baile, en ese momento, no permitía verse bien.
El momento que estuve un poco más tenso, puede ser al cortar la tarta nupcial, porque creo que corté más de la cuenta (esto seguro que tiene que ser un clásico), pero es así.
Recuerdo que el momento de repartir los regalitos a los invitados era el que me tenía más preocupado porque pensaba que no nos iba a dar tiempo de darlos todos, porque creía que mi señora se iba a poner a hablar con unos y otros, pues no, estaba totalmente equivocado, el que se quedó hablando con unos y otros fui yo y nos retrasamos por mi culpa.
El regalito para los chicos no era un llaverito de una linterna, era un llaverito de un juego de herramientas de mini-destornilladores. Fue un momento divertido, porque en cada mesa decía la frase "El regalo de los chicos no es una linterna, os dejo adivinar lo que es!".
Luego llegó el momento del baile, la novia tenía un problema con el vestido, ya que se pisaba al andar y no podíamos hacer la coreografía de baile salsero que teníamos pensada, además necesitábamos tiempo para que se pudiera levantar el vestido (ya que con los regalitos íbamos atrasados) y la wedding planner nos ayudó muchísimo para hacer lo correcto en estos momentos de indecisión, porque no sabíamos si abrir la barra libre o no.
La solución fue gracias a nuestro invitado especial el sol y las nubes, al volverse a nublar el día, la zona de baile estaba ideal para poner ese proyector de nuestra historia de amor y darnos esos 10 minutos que la novia necesitaba.
El baile simplemente nos dejamos llevar con nuestra bachata My All, este momento sabíamos que sólo teníamos que disfrutarlo, porque nos conocimos bailando una bachata.
Ya solo quedaba disfrutar de la barra libre y de nuestros dj y animador que hicieron un grandísimo trabajo, yo no pensaba que todo el mundo iba a bailar, porque realmente no había una pequeña pista de baile, sino que toda la zona de la barra libre y de invitados era la pista de baile, ¡increíble!
El último momento emotivo, para mí, fue cuando sorprendimos a nuestros padres con unos ramos y unos diplomas de agradecimiento, por toda su ayuda, ya que sin ellos la boda no habría sido posible.
Al final cuando los invitados empezaron a despedirse, todos me transmitían su alegría y además que habíamos conseguido algo muy difícil, ya que los niños habían disfrutado de la boda con los padres y los padres habían disfrutado con sus hijos también.
Me siento orgulloso de que todo saliera a la perfección ya que han sido casi dos años de organizar cosas para este gran día.
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