La boda de Óscar y Beatriz en Motril, Granada

El día de nuestra boda

Ha sido uno de los días más importantes de mi vida. Nos casamos en Motril, en la playa, con una espectacular tarde y una puesta de sol de cuento de hadas. No podía haber salido todo tan perfecto y bonito. Creía que era un sueño. Pasó todo muy rápido, pero lo disfruté minuto a minuto. No estuve en ningún momento nerviosa. Me vestí en la habitación del hotel y vinieron a darme los últimos retoques de maquillaje y a ponerme el velo. El fotógrafo desde el principio estuvo inmortalizando todos y cada uno de los movimientos que hacíamos tanto mi marido como yo. Luego, el camino desde la habitación hacia el altar fue espectacular. Recorriendo ese pasillo interminable hacia la playa, con todos los huéspedes del hotel sacando fotos y piropeándome al grito de: "viva la novia y qué guapa estás".

Los invitados disfrutaron del entorno, el fin de semana, el clima, la gastronomía y la simpatía de la gente. Estaban todos ya esperando a que llegara del brazo del padrino, mi mejor amigo José, el cual estaba súper guapo y más nervioso que yo. La ceremonia fue divertida y emotiva. Divertida por alguna lectura de los invitados y emotiva por la lectura de mi hermana, en la que recordamos juntas nuestra infancia y mencionando a nuestro padre, recientemente fallecido, al que echamos muchísimo de menos, pero que estuvo entre nosotras junto con mi madre allí presente, en todo momento, ya que elegí casarme en Motril porque él era de Granada y adoraba su tierra, y a mí me permitía rendirle homenaje por partida doble. Casándome en su tierra, con un hombre maravilloso y granadino y teniéndolo en mente en todo momento.