La boda de Noelia y Marcos en Valencia, Valencia

Durante la ceremonia hubo momentos preciosos como las palabras a modo cuchicheo de halago del que en breve sería mi marido, ese sí quiero, esa complicidad. Momentos graciosos, como la caída de mi dama de honor en lo alto del altar perdiendo las arras entre la iglesia o algún momento en el que nos perdemos y acabamos descolocados.

Una salida con un coro rociero que nos baila, la gente que aplaude, la traca, el arroz y un descapotable que nos espera.

Nos trasladamos hasta Jardines La Hacienda. Lugar precioso para compartir nuestro tiempo de fotos. Fotos que continúan con la gente en el cóctel, en el precioso jardín del salón Tropical. En él la gente se encuentra carteles de bienvenida hechos por nosotros, y tarjetas de agradecimiento entre árboles. Y a nuestros ojos les regalan un bonito castillo.

Una entrada al salón llamativa con la canción de Enrique Iglesias de "bailando". Luces apagadas y entrada con mis damas de honor bailando seguida por nosotros moviéndonos y animando, todos en pie aplaudiendo y moviéndose.

Tras el brindis empieza nuestra noche en el salón. Una noche cargada de sorpresas y de gente joven muy animada. Recibimos varias sorpresas agradables como un bonito ramo hecho de dinero, un libro de dedicatorias y fotos con los invitados, varios juegos animados y divertidos. Por nuestra parte también esperaban sorpresas. Una bonita coreografía para repartir los ramos de las damas de honor, entre ellas y el que era ya mi marido. Un lanzamiento de mi ramo gracioso desde lo alto del restaurante al jardín, un divertido videomatón y una emotiva y trabajada proyección donde hablamos a todos los invitados para pasar a las fotos con mensaje.

Para acabar con la noche y tras la entrega de regalos sorprendemos a la gente con un rompedor cha-cha-cha, todo ello tras el precioso momento de la tarta, claro.

Continuamos la noche con mucha marcha, buena música y gente muy animada pasándoselo bien.

Realmente se alargó hasta prácticamente el fin de semana, para juntarse con el viaje y llegar hasta este momento. Momento en el que miro atrás incrédula de que haya pasado y a la vez feliz porque yo sí fue consciente de aquel 15 de Agosto, de las miradas, momentos, sensaciones, impresiones, y no me cansaría.