La boda de Nacho y Rocío en Rascafria, Madrid
Rústicas Verano Morado 8 profesionales
N&R
08 Sep, 2018El día de nuestra boda
Habíamos planificado una boda al aire libre por completo en Los Calizos (Rascafría), ya que un 8 de septiembre era difícil que lloviera todo el día. Sin embargo, desde unos días antes daban un 100% de probabilidad de lluvia, por lo que, hablando con la dueña de la finca, decidimos que lo mejor era hacer la comida en el restaurante en lugar de en la pradera. Luego, decidimos que el baile también sería dentro y al final la única posibilidad de hacer algo fuera era la ceremonia en sí, porque dentro no había ningún lugar bonito para hacerla.
El día de la boda estuvo lloviendo toda la mañana y la ceremonia era a las 13:00 horas. Llegó el autobús con los invitados y seguía lloviendo. Yo, desde la habitación donde me cambié (dormimos en la finca la noche de antes), miraba y veía que no paraba de llover. Me sentía muy triste de que después de haber estado planificando todo desde hacía tanto tiempo, no pudiéramos disfrutar la decoración ni muchas cosas que habíamos pensado hacer fuera. Veía que mi chico y algunos invitados empezaban a meter los instrumentos y decoración del altar al restaurante, y de repente, a las 12:55 paró de llover. Vi revuelo en el jardín, empezaron a montar el altar fuera de nuevo y subió mi chico a decirme que bajara ya, que empezábamos ya, pero ya. Así que en cuanto estuvo todo montado salimos. Tuvimos una suerte increíble, porque aguantó todo el rato de la ceremonia sin llover.
Seguir leyendo »La ceremonia la oficiaba un muy buen amigo común y fue súper bonita y emotiva. Hablaron mi madre, mi suegro y una de mis mejores amigas. Fue increíble la suerte que tuvimos porque después de tirar el arroz, cuando aún nos estaba felicitando y dando besos la gente, volvió a ponerse a llover y ya no paró en todo el día. Pero yo me quedé súper feliz porque al menos pudimos hacer la ceremonia fuera, que era lo que más me preocupaba.
El cóctel lo tuvimos que hacer parte dentro del restaurante y parte bajo unos toldos que refugiaban un poco de la lluvia (pero que al final acabaron calados y nos mojábamos igual). Y, la comida tuvo que ser dentro. La pena era que no cabíamos todos en un solo salón y tuvimos que separar a los invitados... Pero la comida estuvo buenísima y nos levantábamos a saludar entre cada plato. Yo la verdad es que, aunque la comida me pareció aún más rica que el día de la prueba, no disfruté mucho la comida pensando en que estábamos separados y que aún quedaba el baile nupcial. Para el baile elegimos un trozo de 3 canciones: Thinking out loud, A fuego lento y Twist again. Salió todo bien, la gente animaba mucho, y una vez que pasó eso fue cuando empecé a pasármelo mejor que nunca. ¡No paré de bailar en toda la tarde! No me senté ni un segundo. La música la había elegido yo y mi chico la había ordenado para que cada canción saliera en el momento perfecto. Yo creo que a la gente le gustó mucho y se lo pasó genial.
Fue, sin duda y a pesar de todo, el mejor día de mi vida.
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