La boda de Miguel y Elena en Barrios De La Vega, Palencia

El día de nuestra boda

Uno de los días más bonitos de mi vida. La organización nos llevó tiempo, porque lo teníamos programado dos años antes, aunque lo dejamos casi todo para 6 meses antes de la boda. Después de tener todo organizado y tener alguna baja de última hora por Covid, llegó el momento, por fin llega el ansiado momento. Comenzó todo un poco caótico; el fotógrafo no llegaba y el tiempo se nos echaba encima, después de llamadas como locos entre nosotros y el fotógrafo, por fin llega, fotos al novio y luego viene conmigo, era obvio que si todo empieza tarde, la novia iba a llegar tarde. Elegimos el día más caluroso en mucho tiempo; los invitados, asados y la novia, sin prisa (media hora es lo normal, ¿no?). Pero bueno, llegamos, que era lo importante; la ceremonia civil, hablando nuestros amigos de miles de recuerdos pasados, muy emotivo. Después de todas las fotos, pasamos al cóctel, todos mucho más relajados pudiendo hablar con unos y con otros. Y seguimos haciendo miles de fotos para que quede inmortalizado un día tan especial. Continuamos con la comida, y entre plato y plato, vamos a una mesa, vamos a otra... Y consigues poder hablar con toda la gente, para mí lo mejor, poder juntar gente con la que tienes distintas relaciones el mismo día y poder hablar con todos a la vez. Creo que fue lo que más me gustó de todo el día. ¡Cortamos la tarta! Allá vamos, los dos con una espada, ¡que peligro! Y finalmente, bailamos ese baile tan ensayado durante semanas, en el que no tienes en cuenta el vestido voluminoso y que te puedes tropezar con él; pero bueno, poco a poco lo vamos sacando adelante. Se nos va acabando el día, pero nos quedan unas cuantas horas todavía de barra libre para llegar a casa. Sale todo fenomenal, será un día para recordar siempre. Ahora, a esperar la siguiente, porque de una boda sale otra, ¿no? ¡Pues queremos ir a otra!