La boda de Marta y Pedro en Benidorm, Alicante

Según me ha dicho mi marido, él estaba muy tranquilo y feliz (dicen que los hombres no tienen tantos nervios). En fin, entramos a la iglesia y empezó la ceremonia, una de mis primas nos quería hacer una foto y no se dio cuenta de que estaba el escalón y se calló. ¡Qué risa, hasta el párroco se reía! Antes de declararnos marido y mujer, nos dio una sorpresa, una de sus feligresas nos cantó a la virgen, ¡qué momentazo! Fue impresionante.

Después firmamos todos los papeles y nos hicimos las fotos con la familia en la iglesia. En el momento de salir, madre mía, estábamos llenitos de arroz mi marido y yo. Los invitados se fueron al hotel mientras que mi marido y yo nos hacíamos las fotos.

Al cabo de aproximadamente una hora llegamos nosotros al hotel y estuvimos con los invitados un rato, que en seguida pasaron al salón. Y más tarde bajamos nosotros y entramos al banquete con la marcha nupcial.

Estuvimos comiendo y hablando y mis primos nos regalaron una rosa, ¡qué momento más bonito! Un amigo nos dedicó dos canciones. Después cortamos la tarta al ritmo de Carlos Vives y mientras nos la comíamos mi prima Rosa nos regaló un vídeo recordatorio de cuando éramos pequeños, la adolescencia, el noviazgo y puso las fotos que nos había hecho ese mismo día.

En el momento del baile todos se quedaron boquiabiertos porque mi marido es “cortadillo”. Y luego ¡a disfrutar! Repartimos los detallitos y a seguir con la fiesta.

¡Fue un día maravilloso!