La boda de Marco y Dalia en Pueblo Benalmadena, Málaga
Al aire libre Verano Blanco 3 profesionales
M&D
11 Jul, 2014El día de nuestra boda
Viernes, 11 de julio 2014. Por fin llegó ese tan esperado día, ¡qué ganas tenía!
La semana antes de la boda fue ya muy intensiva y solo quería que llegase el momento y vivirlo todo. Nuestra boda fue bastante internacional ya que tenemos la familia un poco repartida y los días antes de la boda han ido llegando todos.
La noche antes dormí en casa, con mi novio (ya marido, Marco). Era lo que yo quería. Llevamos tantos años juntos y lo más cómodo para los 2 era dormir en nuestra propia cama. Ninguno de nosotros tiene a los padres viviendo aquí, así que no teníamos otra casa donde quedarnos y molestar otra familia o amigos no queríamos.
Pues eso, por fin llegó el día. Marco en la mañana todavía tenía que ir al aeropuerto a recoger unos amigos. Yo por suerte ya lo tenía más o menos todo preparado. A las 13h salí hacia el hotel, cerca de la iglesia, en el hotel me fui a preparar y a vestir, Marco se vistió en nuestra casa, acompañado por su madre.
Entré en la habitación del hotel, ¡qué precioso! Lo primero que hice fue sacar mi vestido y colgarlo delante de la ventana. Qué bonito era mi vestido, me quedé disfrutando un ratito mirando mi vestido y las otras cositas que había preparado. Estaba relajada y feliz. Tenía suficiente tiempo para ducharme y esperar a mi peluquera y maquilladora.
Seguir leyendo »Marco estaba en casa y ya casi estaba recibiendo al fotógrafo que empezó con el reportaje,
Por fin llegó mi peluquera y maquilladora. ¡Ya sí empezó todo! Por un lado nerviosa, pero por otro lado relajada. Tranquila y sola en la habitación, sin otra gente corriendo de un lado para otro, como suele pasar en algunas casas donde se prepara la novia.
Mi peluquera ya me había marcado los rizos el día antes, así que solo tubo que retocar y hacer el peinado.
Una horita después me llamó Marco, el fotógrafo, ya había terminado con él y estaba de camino al hotel, para empezar el reportaje conmigo. ¡Ahora sí que empezaron los nervios!
Poquito después de llegar el fotógrafo, entraron mis amigas, mis damas de honor, ¡guapísimas! Pero ya sí entran los nervios total Pasé de estar tranquila en la habitación, a estar entre 4 amigas nerviosas que solo querían que empezara todo. Ahí estaba también el fotógrafo listo, para captar todos esos momentos: los últimos retoques del peinado y maquillaje, como me vistieron mis amigas, como me ponía las joyas, los zapatos, el velo, etc.
Ya por fin llegó la hora, pude salir de la habitación y bajar a la recepción por esas preciosas escaleras del hotel, y ahí abajo, estaba mi papa, esperando con mi ramo, listo para llevarme al altar y entregarme, ¡qué momento! Por suerte la iglesia estaba a solo unos pasos del hotel.
El bus ya había llegado con los invitados y Marco ya había saludado a todos y solo había que esperar a que entrara todo el mundo a la iglesia para que yo pudiera aparecer.
Sentí todo un escalofrío cuando estaba en la puerta de la iglesia, lista para entrar, al brazo de mi papa, con una preciosa melodía al fondo de ese trio de cuerdas que habíamos contratado. ¡Qué emocionante!
Todas las miradas estaban fijadas en mí. Todos ya solo querían saber cómo era mi vestido. Marco lo vi también un poco nervioso y muy sorprendido cuando me vio. Ya por fin mi vestido y todo, ¡ya no era secreto!
La ceremonia en la iglesia fue preciosa. La decoración muy bonita y la música emocionante. En ese momento lo único que podía pensar era lo feliz que estaba y lo contenta de cómo organizamos todo. No me arrepiento de nada.
Saliendo de la iglesia, ¡momento arroz! Nerviosos. El fotógrafo nos dijo varias veces antes: no os tapéis la cara o no os deis la vuelta cuando os tiren el arroz, que sino se estropea la foto.
Después de todo eso empezamos a besar y saludar todo el mundo. Qué alegría ver a todos los invitados. Todos tan guapos y yo que no podía dejar de sonreír. Solo sentía felicidad por tener a toda la familia y amigos cercanos reunidos en ese di tan especial.
Mientras nosotros nos fuimos a sacar algunas fotos, los invitados también tenían tiempo de relajarse un poco y disfrutar de las preciosas vistas que hay desde la iglesia. Ya un poco más tarde salía el bus que llevaba a todo el mundo hacia la finca donde estaba todo preparado para el banquete.
Nosotros llegamos unos 15 minutos más tarde y saludamos a todos desde la escalera de la finca, con una copa de cava y al fondo la preciosa canción de Pablo Alborán, “Solamente Tú”.
Por fin podíamos empezar con la recepción y pasar un ratito hablando con nuestros invitados. Todos obviamente querían fotos con nosotros.
El cóctel duró más o menos una horita, y ya pasamos a las carpas, donde estaban las mesas puestas para la cena.
Hicimos una entrada más movidita, con la canción de Pharrell “Happy” con una mini coreografía llegamos hasta nuestra mesa, ¡donde cenamos junto a nuestros padres!
La finca y el catering fueron excelentes. ¡Prepararon todo muy bien! Los detalles bien cuidados y la comida muy buena. Todo el mundo nos felicitó por la buena elección.
Además la finca tenía unas vistas espectaculares al mar. Todos se quedaron con la boca abierta. Muchos diciéndonos que era una boda de película. La verdad que fueron muy bonitos los comentarios de los invitados.
Después de la cena, sorpresa. El fotógrafo nos había preparado una presentación preciosa con algunas fotos que había sacado durante los preparativos y la ceremonia unas horas antes. No me esperaba para nada esto y fue un momento muy muy emocionante. ¡Elegimos al mejor fotógrafo del mundo!
Nada más terminar la presentación, otro momentazo. ¡La hora del baile! Nuestro baile fue con la canción de Christina Perri “A thousand years”, lo bailamos como vals, pero habíamos preparado un salto, donde Marco me tenía que levantar y por suerte nos salió bien. ¡Todos se pusieron a aplaudir! ¡Qué bonito ese momento!
Es que toda la boda estuvo llena de momentos preciosos y emocionantes que nunca olvidaremos. ¡Fue un día y una noche maravillosa!
Después del baile nupcial, ya era hora de la barra libre y del momento en que todos podían disfrutar de la música y bailar.
Lo hemos disfrutado mucho. Y creo que hay tantas cosas que contar de todo el día, que hasta podría escribir un libro.
El fin de semana que viene nos vamos a hacer la sesión postboda. Y tengo unas increíbles ganas de volver a ponerme el vestido y sentirme novia de nuevo. Hay que disfrutar de cada momento, porque, como todo el mundo dice, pasa todo demasiado rápido.
¡Que vivan los novios, viva el amor, viva la felicidad y viva la vida!
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