La boda de Manuel y Verónica en Algarinejo, Granada
De noche Verano Granate 2 profesionales
M&V
11 Ago, 2018El día de nuestra boda
No sé cómo empezar a explicar un cúmulo de emociones y de buenos momentos que me llevé tanto con los preparativos como el día de mi boda...
Bueno, en primer lugar, para los preparativos tengo un marido que es un manitas para la hora de la decoración y los detalles, entonces me he sentido muy apoyada a la hora de la organización. Todo lo hemos ido haciendo en su debido momento según mi parecer, todo hecho por nosotros, desde las invitaciones, las minutas, los regalos y hasta el diseño de la pegatina de los recordatorios.
Una cosa que recuerdo del momento preparativos es cuando ya teníamos organizadas las canciones que iban en cada momento. Solo de imaginarme estar entrando al salón con una canción sumamente especial ya lloraba... Pero lloraba del sentimiento tan grande con el que me imaginaba ese día.
No me enrollo más y comienzo con el día tan especial...
Tengo que decir que no tenía nada de nervios, me preparé tanto para disfrutar ese día que los nervios y la timidez lo dejé a un lado.
Seguir leyendo »El día 11 de agosto por la mañana aún nos faltaban cositas, ya poco pero como he comentado antes, lo hemos querido hacer todo nosotros entonces. Por ejemplo, la mesa dulce tuve que prepararla esa mañana y terminar la decoración del convite. Todo con ayuda de mis primos y primas.
Cerca de medio día llegué a mi casa, me puse a ver el whatsapp y sí que comenzaron las emociones de empezar a sentirme querida, de tantos mensajes para que el día fuera genial y de tanta familia y amigos alegrándose por mí.
Bueno, todo listo para que no se me olvidara nada, yo notaba un poco los nervios de mi madre y mi hermana. Tengo que decir que de mi padre también, aunque él es más tranquilo, pero algo de cosilla sí tenía.
El almuerzo más bien fue un poco light, a pesar de no tener nervios, el estómago sí que estaba con mariposillas y no entraba nada.
Empezaron las sorpresas, la entrega de mi ramo… ¡así es! Yo no elegí el ramo, pero tengo a mi lado unas personas que me conocen al 100%. El ramo me lo regalaron mi hermana y mi marido por lo que hasta ese día no lo vi.
Llegaron la peluquera y la maquilladora, y primero van arreglando a mi madre y a mi hermana. No había prisa, todo estaba listo para dejarse llevar y disfrutar.
Después yo, tranquila y serena.
¡Que llega el fotógrafo! Y con él, algunas de mis amigas. Me sentía como en una nube. La hora de arreglarme y de empezar las fotos para recordar este día. Me puse el vestido, siempre tranquila, disfrutando de todo, mi madre me abrochaba, mi padre los zapatos, mi hermana los pendientes...
Llega la hora de que me vieran y salir, la cara de mis amigas y quien ya se encontraba. Empezaron a hacerme sentir única en ese día. Empieza a llegar más gente, la palabra más común: ¡qué guapa! Y algunas de caras de emoción al verme. Como no iban hacerlo ellas especial, mis amigas me regalaron una pulsera para que la llevara ese día puesta.
La hora de irnos... ahí fue cuando me agobié un poco porque no me gusta llegar tarde, tanta gente, en el campo y a 10 minutos de la iglesia, pero todo bien. Cuando de repente llega un grupo de individuos denominados mis primos en plena colocación para cantarnos una chirigota a mí y a mi padre (que evidentemente fue mi padrino). Superbonito todo.
Llegamos un poco tarde... yo agobiada porque el cura dijera de no casarme, pero bueno también siendo consciente de que quería disfrutar del momento. Primer paso al entrar a la iglesia... feliz de ver a mis damas, familiares y amigos, pero ahí saltaron mis nervios. Bueno, más que nervios, un cúmulo de emociones y un nudo en la garganta que solo podía llorar de camino al altar, pero llorar de felicidad.
Mi marido había contratado un coro para que nos cantara, grupo el cual lo componen dos de mis amigas. No sé, es imposible explicar con palabras los sentimientos, la verdad.
Fue una ceremonia increíble, pero de repente en una de las veces que iba a cantar el coro, empieza una amiga mía a cantar sola, una canción especial y encima amoldada a mi historia de amor. No podía dejar de llorar. Me sentí superprivilegiada de tener una amiga con el coraje y las ganas de hacer eso.
Todo muy bonito, pero la cosa no acaba aquí. Llega el momento en el que salimos, donde viene el momento arroz. Por supuesto, el arroz que no falte y entre gritos y viva los novios se escucha la flauta y el tamboril, dedicado por un amigo de mi marido y que ese sonido significa mucho para ellos.
No es todo. Allí en la puerta de la iglesia ya salidos para la plaza del pueblo, el coro cantando, la gente animada y llega otro regalo. De quién iba a ser sino. Era de mis primos y mi hermana. Dos copas para brindar allí por todos, dedicadas para nosotros. Qué bonito fue.
El coro sigue cantando y, evidentemente, no vamos a desaprovechar el momento. ¡A bailar se ha dicho! ¡Palmas, cante y baile a la salida de la iglesia, algo que ojalá viera en más bodas, porque es uno de las mejores cosas que te pueden preparar!
¡Llega la hora del cóctel, nos vamos en el coche y cómo no iban a tener la ocurrencia de poner latas de colores para que suene el coche de los novios! Estuvimos con los invitados en la copa de espera, ya tendríamos tiempo otro día de fotos.
Llega la hora de entrar al banquete, se apagan las luces, levantan bengalas y la canción de "Amarte por mil años más" (lloro solo de acordarme de la sensación tan bonita que fue). Pero mis tíos también nos tenían preparada una sorpresa y era hacernos pasillo entre luces de colores, ¡qué graciosos!
Llegamos, brindamos, confeti, champán y mucha felicidad.
Primer regalo del banquete, se empiezan a escuchar unas sevillanas y nos hacen el regalo de dos cuadros especiales para mi marido.
Lo poco que comimos, una comida deliciosa.
Se apagan las luces, canción de "So could", fila de primos clasificados por edades. El primero llevaba un bote de cristal y los siguientes una notita para echar en el bote con mensajes bonitos y una rosa para la novia. Superbonito todo.
¡También nos hicieron unas dedicatorias las primas de mi marido y de regalo un cojín con nuestra foto! También por parte de nuestros amigos una sesión de spa y una escena bonita que ahora pondré en una foto. ¡Que no falte, que no falte vídeo de fotos! Recordando en lo más profundo del baúl de los recuerdos, pero precioso también.
Terminamos la comida. ¡Llega lo mejor de la noche, baile, barra libre y nuestras sorpresas! ¡Que tiro el ramo! Esto no podría faltar, pero evidentemente no era mi ramo, porque el mío era preservado y regalado por las dos personas más importantes de mi vida. Así que yo preparé otro. Primero las listas hicieron el amago de quitarse... pero luego ya salió bien la tirada.
Seguidamente, momento emotivo. Canción de "Sólo tú" y una réplica de mi ramo para regalárselo a mi hermana con un broche que llevaba una foto de los tres. ¡Cómo lloraba...! No se lo esperaba en absoluto.
Luego también sorpresa para una prima que cumplía años, otra que estaba embarazada y otra que se casa el año que viene.
¡Se me olvidaba! Nuestro baile. Queríamos salir de lo tradicional y aburrido, y qué mejor que habernos preparado unas sevillanas en secreto y sorprender a todos los invitados. Seguidamente, bailé junto con mis primos, primas y mi hermana que nos salió más que genial.
Va pasando la noche y llega momento liga… a quién dejaba atrás. ¡Bueno, pues entonces 30 ligas para chicas solteras! Momento de muchas risas también, aunque también hubo un enfado, con un final emotivo.
A una de mis primas yo le quería hacer algo especial, pues entonces la liga que ella me puso en mi casa estaba preparada para ella, pero eso venía cuando las otras 30 chicas acabaran. Entonces se puso y le dijimos que no y se molestó. ¡Pero luego cuando empezó a sonar otra canción la llamamos y solo decírselo... aún recuerdo su cara! Mi marido me quitó la mía, se la cedió al que ya será su futuro marido (que quería salir corriendo) y se la puso. Qué caras, su padre y su hermana qué ojos más llorosos, pero su madre habría que haberla visto también. Qué bonito fue, es que me gustó todo de mi boda. A ella también le regalé un detalle que ponía una frase muy bonita, que habla sobre la relación que tenemos.
¡Que siga la fiesta, los bailes y los buenos momentos! A las 7 salía el último autobús y a los padres aún no les habíamos hecho nada. Pues para terminar la noche, padres y hermanas al escenario, y regalo para ellas y lectura bonita para los padres con una canción emotiva... ¡Si los vierais a todos, algunos ya se habían ido, pero los que estaban tenían que estar!
Foto final y se acabó la boda. Mi hermana sentada en una silla, llorando por haberse dado cuenta de que ya se había pasado... Quedé muy satisfecha, una boda para mi gusto espectacular, con los mejores invitados del mundo, la mejor familia y, sobre todo, con el marido que me quedo.
Todas las personas que habían pasado por ahí ya me habían avisado, pero por más que pensaba y soñaba, jamás hubiera imaginado la realidad sobre la felicidad del día de mi boda.
Tengo que admitir que días posteriores a la boda estuve muy triste solo de pensar que ya se pasó mi gran día, y ya por mucho que se quiera repetir no será igual. Pero me compensan todos los buenos recuerdos y momentos que tuve ese día.
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