La boda de Mª del Mar y Alberto en Granada, Granada

Antes de la misa repartieron unos libritos donde venía toda la misa. Todo lo preparamos nosotros: las lecturas, las peticiones y ofrendas que leyeron nuestros hermanos y las ofrendas las llevaron nuestros amigos. Un momento muy especial fue cuando mi hermana Leticia leyó la acción de gracias, nos dedicó unas palabras muy bonitas.

Hubo más momentos porque uno de mis mejores amigos me cantó un par de canciones junto con el coro que nos acompañó en toda la ceremonia y otro nos dedicó unas palabras improvisadas.

Cuando terminó la boda, en la cual no dejamos de estar cogidos de la mano, repartimos unos conos hechos de colores con nuestras iniciales rellenos de arroz (también de colores) que nos tintó una amiga de la familia.

Pasamos a la copa de espera donde nos hicimos unas fotos con los familiares.

Una vez ya en el salón cada mesa tenía un nombre de chuchería (porque a mí me gustan mucho) y cada comensal tenía una bolsita del nombre que le tocara con una nota de agradecimiento diferente escrita a mano (por ejemplo, la mesa nubes tenía los paquetillos de chuches de nubes).

Para los regalos de los invitados queríamos cosas prácticas. Para las mujeres embarazadas un chupete; y para los niños un trompo, un pompero y una bolsa de chuches. Para las mujeres pashminas que adornamos nosotros y un broche de fieltro de diferentes formas. Para los hombres una botella de vino y un bolígrafo que también preparamos nosotros.

Para la barra libre mis amigos prepararon un vídeo muy emotivo, donde todos los que viven fuera nos mandan un saludo desde los monumentos más representativos de esas ciudades (aunque todos estuvieron en la boda). Después cantaban en play-back una canción preciosa y finalmente tuve un saludo muy especial, el de mi cantante favorita: Pastora Soler.

Durante la barra libre pedí que se pusieran unas chucherías para acompañar y yo compré unas pajitas muy largas que fueron la sensación. Para completar también pusimos cigarros y purillos de diferentes clases para los fumadores.

Mis amigos fueron los que hicieron el día inolvidable porque juntar a 30 amigos de siempre cuando ya no vivimos ni en el mismo país es un poco complicado, pero nadie quiso perdérselo.

Es un día para disfrutarlo a tope y para recordar, porque por desgracia pasa muy rápido.