La boda de Lucía y Alberto en Albaida, Valencia
De noche Primavera Naranja 3 profesionales
L&A
18 May, 2013El día de nuestra boda
Por fin había llegado el ansiado día, nuestro día, con el que habíamos soñado desde hace casi nueve años.
Después de una semana de lluvia, frío y ese tiempo que siempre esperamos que no haga el día de nuestra boda llegó el sábado y nos salió un día soleado, aunque algo frío, por no decir muy frío; pero nos daba igual, estábamos igual de felices, por lo menos paró la lluvia que la noche anterior no dejó de caer.
La noche del viernes cuando ya estaba a punto de irme a la cama, mi ya marido bajó a supuestamente "tirar la basura". Me pareció raro porque hacia mal tiempo. En fin, yo me quedé en el sofá mirando la tele.
Al rato (y yo mirando el reloj porque tardaba en subir) empiezo a escuchar gritos, música... Me asomo al balcón ¿y cuál es mi sorpresa? Diez tunos con su correspondiente uniforme tocando y cantando hacia mi balcón. La calle estaba llena, allí estaban mis amigos, algunos familiares y mi chico mirando hacia arriba con un ramo de rosas precioso. ¡No me lo podía creer! Así es que me puse los pantalones, los zapatos y una chaqueta y bajé corriendo. Empezaron todos a aplaudir. ¡Madre mía que vergüenza pasé! Y es raro, porque no suelo ser vergonzosa...
Seguir leyendo »Y bueno, habían preparado unas bandejas con pastelitos, cava, refrescos y lo celebramos durante la noche, ¡lo pasamos genial! y sobre las 3:00 de la madrugada nos fuimos a dormir deseando que fuera ya hora de levantarse.
Llegó el 18 de mayo, nos levantamos sobre las 9 de la mañana, igual de tranquilos que siempre. Desayunamos y ya cada uno hizo marcha. Mi chico se fue a llevar el coche para que lo limpiaran y yo mientras tanto recogí un poco la casa, me vestí y fui a casa de mi madre donde estaba esperándome la peluquera (y también amiga que asistió a la boda) para peinarme. Allí estaba mi suegra que había bajado también para que la peinasen, mi madre y mi padre.
Sobre las 13:30, cuando terminó los peinados, mi padre y yo bajamos a la floristería a recoger el ramo, el prendido y a ponerle las flores al coche. Quedó todo precioso.
Aquí empiezan los nervios. Estábamos esperando a la esteticien que tenía que venir a casa a maquillarnos a mi madre y a mí e iba con retraso. Total, que llegó sobre las 14:30 y nos quedamos sin comer nada. A los 10 minutos de que se fuera la maquilladora (ya eran las 16:45), llamaron al timbre, ¡los fotógrafos y el vídeo y yo sin vestir! Me puse nerviosa de ver que el tiempo se nos echó encima. A las 18 teníamos que estar en la iglesia y teníamos que ir a pie. ¡Todo un reto!
Ya veis, toda la casa llena de gente; mis amigas y amigos, mis tíos, tías, mi hermana, mi cuñado, los fotógrafos haciéndome las fotos, llamando a unos y a otros para las fotos... ¡qué caos!, pero estaba muy emocionada de verlos a todos allí conmigo. Era un sueño, ¡mi sueño!
Sobre las 17:50 mi padre (que era mi padrino) me dio el ramo y salimos hacia la iglesia. Me cogí de su brazo y fuimos andando porque está muy cerquita (unos 5 minutitos andando).
Uf, sería difícil explicar la cantidad de sentimientos y emociones que recorrieron mi cuerpo durante este momento, no podía creer que había llegado ya el momento.
Y allí estamos, en la puerta de la iglesia. Yo cogida de mi padre y el fotógrafo indicándonos que podíamos entrar ya. Empieza a sonar la marcha nupcial y se me pone la piel de gallina cuando veo a mi ya marido en el altar. Estaba guapísimo, sonriendo y como le brillaban los ojos... Se me hizo un nudo en el estómago, estaba emocionadísima.
La ceremonia fue preciosa. Mi hermana, mi primita de 11 años y dos amigas salieron a leer las lecturas y la soprano que cantó fue brillante, nos quedamos todos boquiabiertos de la voz tan espectacular que tenía la chica. Se nos hizo cortísima la ceremonia, en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos casados.
Al salir de la iglesia nos hicimos algunas fotos y fuimos a casa de mi abuela que no pudo venir a vernos. Se emocionó mucho cuando nos vio entrar porque no nos esperaba. Nos hicieron unas fotos con ella y nos fuimos rumbo al salón donde lo celebramos.
Aquí se complica todo un poco. El cóctel era a las 20:30 y nosotros salimos sobre las 20:45 hacia allí con la idea de tardar un poco para dar tiempo a que la gente llegase. ¿Y cuál fue mi sorpresa? ¡Que apenas había llegado la gente! Casi me entraron ganas de llorar. No sé por qué motivo la gente se retrasó, puede que no encontraran el camino para acceder a la finca, pero hoy continúo sin entenderlo. En fin, a los 5 o 10 minutos de estar allí terminan de llegar el resto de los invitados, y yo un poco más aliviada.
Pasamos algo de frío, pero el cóctel estaba buenísimo y la gente nos daba la enhorabuena, tanto por nosotros como por la comida. A la hora más o menos entramos al salón. Empezó a sonar la música, me cogí de la mano de mi marido y entramos. La gente se levantó y empezó a aplaudir. Hicimos el brindis y nos sentamos a cenar. ¡Me puse tan nerviosa, que no podía ni comer! ¡Con lo tranquila que había estado todo el día!
Fue todo muy emotivo, mi hermana nos preparó un vídeo con una serie de imágenes desde que éramos pequeños hasta ahora, con gente que por cosas de esta vida ya no están entre nosotros y nos hizo llorar a media sala de invitados, incluso mi hermana que tantas veces lo había visto. Se puso a aplaudir todo el mundo. De pensarlo se me pone todavía la piel de gallina...
Durante el postre nos levantamos y le entregamos el ramo a mi hermana. No se lo esperaba y con lo emocionada que estaba volvió a estallar en lágrimas. Nos dimos un gran abrazo los cuatro. Menos mal que elegí una canción animadilla, que si no...
También les regalamos a nuestros padres un lienzo con una foto nuestra que nos hicimos en las fotos preboda, cuando tenga alguna foto os la colgaré.
Y qué decir de la broma de los amigos... ¡nos reímos un montón! En búsqueda de las pistas entre los invitados para encontrar el tesoro. ¿Y qué era el tesoro? Un montón de moneditas pegadas en tiras con precinto. ¡Ay, mis niño/as qué imaginación tienen!
Llegó el momento de la tarta, ¡madre mía, no esperaba que fuera tan grande! Todo el mundo de pie, con la canción de Celine Dion sonando de fondo. Qué decir, estaba muy feliz. Los dos intentando cortar las 7 tartas que componían el pastel, ¡qué risa, se me iban detrás con el cuchillo!
Pasó todo a velocidad de vértigo, cuando me di cuenta ya estábamos bailando el vals que habíamos estado preparando unas semanas atrás, pero nos pusimos nerviosos y nos salió un poco desastre. Bueno, creo que no se dieron cuenta. Estoy deseando ver el vídeo para revivir aquellos momentos porque ese día, como dicen todas las novias... estás en una nube.
Al final nos quedamos los amigos en la barra libre bailando hasta las 5 de la mañana. El resto de gente se marchó pronto, pero nos lo pasamos bomba.
Os cuelgo alguna foto para que apreciéis más o menos los momentos que os he comentado. Un besín muy grande a todo/as, y gracias por ayudar a que los preparativos fueran más fáciles y llevaderos con vuestros consejos.
¡Mua!
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