La boda de Logan y Carmen en Valencia, Valencia
En la playa Verano Rosa 4 profesionales
El 23/07/2016 1.442 7 0
L&C
23 Jul, 2016
El día de nuestra boda
El día de mi boda fue super mágico y especial. Pasó tan rápido, tras más de un año de preparativos, aquel día se me quedó corto.
La verdad es que estuve super nerviosa. Mi hermana se encargaba de llevarme en su coche con su marido y mi sobrino, y mi futuro marido (actual marido) fue en el autobús con su familia y amigos, ya que nosotros vivimos en Londres y era necesario que estuviera allí el para hacer el recuento de invitados.
El pobre llegó media hora antes, así que después de media hora esperando y todo el mundo preguntándole que si estaba nervioso, al final sí que lo estaba.
Cuando llegó mi momento de caminar cogida del brazo de mi hermano hacia el altar, estaba super nerviosa. Delante mío iba mi hermana caminando con mi sobrino de menos de dos años cogido de la mano. La verdad es que me reconfortaba mucho tener a mis dos hermanos cerca en ese día tan especial.
Al girar la esquina vi a mi pareja, iba vestido super guapo y tenía cara de nerviosillo. Yo iba sonriendo super feliz, sin ver a la gente que se puso de pie a mi llegada. Mis ojos sin separarse de mi futuro marido, me guiaban hasta el altar.
Seguir leyendo »La ceremonia fue bilingüe, ya que mi pareja es americana. Fue muy emotiva, ya que dos amigas mías dijeron unas palabras, en inglés y en español. Recuerdo que era un día con algo de viento y en el fondo podía divisar el mar, ya que la ceremonia se realizó a pie de playa en el restaurante L'Estibador en el Saler. La ceremonia de la arena fue la elegida para ese día tan especial. Lo bonito de ello es que tengo en casa la vasija que está engravada con nuestros nombres en la repisa de la chimenea, aquí en Londres. Cuando llegó el momento de los anillos, mi sobrino vino corriendo a traerlos, cogido de la mano de mi hermana.
El convite fue espectacular, se me pasó volando. Recuerdo que no podía beberme la copa de vino blanco, ya que no paraban de rellenarme los camareros la copa de champange.
A la hora del baile estábamos super nerviosos, ya que no habíamos practicado casi. Menos mal que decidimos hacer un baile tonto, ya que no somos buenos bailarines y así al menos quedaba gracioso.
Cuando llegó la noche fue maravilloso, ya que esa noche la luna se pintó de rojo y era una luna llena super grande. Todo el mundo empezó a hacerse fotos con ella. El resto de la noche la pasamos bailando hasta las 5 de la mañana y descansando de vez en cuando en el chill out en la arena de la playa.
Para mí fue un día y una noche mágica.
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