La boda de Lierka y Alex en Caparroso, Navarra
Rústicas Otoño Azul 6 profesionales
L&A
22 Sep, 2018El día de nuestra boda
El día de la boda amanecí en una casa rural con mi familia paterna, ya que la materna en su gran mayoría se desentendió de la boda por discrepancias y redencillas de familia de toda la vida.
Fui el primero en despertarme, lógicamente los nervios no me dejaron dormir demasiado, quería que todo saliese bien y mi mente repasaba mentalmente todos y cada uno de los pasos a seguir en ese día tan especial y tan planificado desde hacía tiempo.
Dormí compartiendo habitación con una de mis hermanas, María, a la que lógicamente nada le quita el sueño. Nada más despertarme decidí ir a la ducha, afeitarme y quitarme el molesto vello de zonas no deseables, no daré más detalles. Posteriormente el hambre arreciaba, pero eran las 6 de la mañana y no quería hacer demasiado ruido, por lo que me senté cómodamente en uno de los sofás de la casa rural de Azanza a esperar.
Después, se despertó mi tío Josi con una amplia sonrisa y una cara de cierta resaca de la noche anterior, aunque muy afable como siempre y contento. Estuvimos un rato de charla, de banalidades hasta que se empezaron a despertar el resto de los invitados. Se había acordado que Nick Darvill, nuestro fotógrafo, se presentaría en la casa rural sobre las 10 de la mañana. Así fue y a las 10 de la mañana este buen hombre con su divertido acento inglés y su humor tan divertido se presentó de forma elegante con su BMW en la casa rural para realizar las fotografías pertinentes.
Seguir leyendo »Mi padre, orgulloso anfitrión del evento ayudaba a organizar y a realizar los trámites pertinentes. El fotógrafo se entretuvo a realizar minuciosamente su trabajo, detallando cada momento de mi vestimenta, desde la puesta de la camisa al resto del traje. Mi familia más cercana se hizo fotos conmigo, mi padre por supuesto enseñándome cómo vestir y cómo debía de llevar la ropa. Tener solo 26 años y ser tan novato en esto es lo que tiene... Mi padre desesperado con el fotógrafo porque el autobús estaba en la casa a las 12 y la boda empezaba a las 13 horas y este no terminaba ni nos dejaba subir al mismo. Al final, la familia subió al autobús y yo me dirigí con mi hermana en nuestro Kia Rio que el día anterior habíamos lavado con gran esmero de forma casera y manual con un pozal de agua y unas esponjas... quería que el coche quedase impecable, es mi pequeño orgullo.
Bueno, una vez en el coche, aceleré más de lo debido, no quería llegar tarde a mi boda. Aunque sabía que el autobús iba detrás aún tenía que ir a Pamplona y a recoger a los Zambrano, es decir, a la familia paterna de Lierka al hotel donde se iban a hospedar en estas fechas.
Una vez llegados a la ermita del Soto, en Caparroso, como ya sabíamos, se estaba terminando de celebrar la otra boda, pero quedamos en que se marcharían a las 13 horas para que las personas encargadas de limpiar la entrada y nuestro Padre, el señor Jose María Aicua, pudiesen preparar todo para celebrar nuestra unión en un paraje limpio.
Al llegar a la ermita, lo primero que hice fue buscar con la mirada familiares o conocidos, al primero que encontré, o mejor dicho me encontró, fue Tomás con su pareja, nuestro vídeoreportero-amigo. Nos saludamos afablemente un poco nerviosos y mientras localicé a la familia de Lierka que no venía en bus, sino en sus propios medios, saludé uno a uno agradeciendo con el lenguaje más familiar que supe y adaptándome a cada miembro de la familia con el mayor de mis intereses, ya que algunos eran colombianos, otros canadienses y las costumbres difieren, quería que se sintiesen lo más a gusto posible y agradecerles el gran esfuerzo que reconozco supone el desplazarse desde el otro lado del Atlántico solo para asistir a nuestra boda.
Aprovechando que aún no eran las 13:30h organicé todo lo que pude, fui a hablar con el Padre Aicua que me tranquilizó, me indicó los procedimientos (cosa que nadie te avisa ni te enseña esas cosas), fui viendo que las monjitas de la ermita habían dejado el paraje impoluto, resuelto el tema del protocolo en la Iglesia, la otra pareja estaba fuera de escena gracias a Dios, solo quedaba el DJ contratado para la ambientación del lugar y... ¡la novia!
El DJ llegó... digamos justo a tiempo, tuvo 5 minutos para montarlo todo y cumplió con lo pactado, por otro lado la novia seguía sin llegar... las 13:30h... las 13:45... las 14:00... los invitados se movían nerviosos, ya los había hecho entrar tal y como me indicó mi padre que debía hacer (bendita suerte la mía que estuviese él allí guiándome... quería parecer muy seguro de mí mismo, pero ese día te pasas el día hecho gelatina). Estaban ya todos los invitados en los bancos colocados y todos esperando a la novia... Mi hermana a mi lado, el cura esperando con una amplia sonrisa en sus labios, gesto que me tranquilizó profundamente, mi suegra danzando de acá para allá indicando que dónde estaba su marido. Bueno empezaba a ponerse caótico cuando, de repente, al fondo se oye el rugido de un motor Mercedes conducido por mi buen amigo Narciso, llevando en él a la novia y al que iba a ser mi suegro en breves momentos.
La novia empezó a entrar a la iglesia con la música que ella había escogido, "Aleluya", estaba radiante... Lo que aparece en las películas con halo la novia y el sol reflejado en ella era poco para describir la enorme belleza que irradiaba con su gran sonrisa de felicidad, de saberse que en breves se iba a casar con la persona que ella había escogido, que toda su familia le daba su apoyo, que las personas más queridas por ella estaban allí y en el fondo deberá reconocerlo, verme a mí vestido de forma que no fuese horrorosa, ya que reconozco que tengo un gusto peculiar para vestir (describiré que mi traje era de azul eléctrico precioso con toques brillantes y reflejos que según por dónde y cómo diese la luz daban unos destellos u otros).
Continúo con ella que era la protagonista, admito que, al verla avanzar por la iglesia con su ya increíble belleza natural unida a un excelente trabajo de peluquería y maquillaje, además de la belleza propia de su juventud no pudo más con mi corazón y mis lágrimas emergían sin que pudiese contenerlas, cosa que por supuesto en primera instancia le negué a ella... Ya se sabe que somos machotes los hombres. Cuando llegó a mi lado estaba temblando, lo primero que hizo fue darme un abrazo y la mano. Una mano temblorosa y llena de emoción, inquieta y fascinada, anonadada de tanta felicidad y ansiosa porque terminase y porque empezase, solo quería estar conmigo.
Mis pensamientos vagaban y ansiaban decirle que tranquila, que estaba aquí ahora y siempre... Pero creo que delante del cura en ese momento no hubiese sido una buena idea. Ya me miró mal porque le cogí la mano y no quise darle la oportunidad de crear un mal recuerdo. Como no quiero aburrir en el detalle de la ceremonia, solo indicaré que terminó correctamente y, como anécdota, mi padre que es una persona con una personalidad y un aura muy fuerte se le notaba... emocionado... de tal manera que no sabía reconducir su emoción y cuando vino a felicitarme tras el enlace no se le ocurrió otra brillante idea que soltarme un collejón que lo oyeron hasta el final de la iglesia... con cariño claro, diciendo que me quería... y ambos llorosos por supuesto de la emoción... y no se le ocurre otra cosa a nuestro ingenioso fotógrafo que pedirle a mi padre que la repita para la posteridad. ¡Dios mío, que duele querido Nick!
Tomamos unas fotos con los familiares más cercanos y posteriormente salimos de la iglesia, nos tiraron pétalos de rosa a la salida y nos pusieron la marcha imperial (Star Wars, aunque parezca mentira, Lierka tenía más ganas de ponerla que yo mismo) para la salida, lástima que se nos olvidasen las máquinas de pompas de jabón que habíamos comprado para la salida... Una vez realizado todo esto, indicamos a los invitados que fuesen al cóctel en VillaMarcilla que nosotros teníamos la sesión de fotografía... (yo ya tenía hambre... sí... casarse es hermoso, pero me gusta comer).
Nos quedamos con Nick y con Tomás y su pareja para las fotos y el video.. Nos hizo repetir miles de millones de veces escenas... ¡Action! ¡Ahora besito! ¡Ahora caminad... ahora miraros... ahora no os miréis...! ¡Fantástico este buen hombre, detallista y genial! ¡Tomás de mientras aprovechaba para tomar unos excelentes planos! Por otro lado en una ocasión tuvimos que pedirles que dejasen de hablar de fotografía porque se estaban emocionando y allí estábamos todos hambrientos.
Narciso, nuestro chófer, tuvo que quedarse con nosotros y se quedó sin cóctel. Nos llevó posteriormente a VillaMarcilla, donde entramos (me quedé sin cóctel... de eso tampoco te avisan) ¡e hicimos la entrada de nuevo con música de Star Wars! ¡Los invitados nos jaleaban con las servilletas en alto, nos hicieron sentir protagonistas y muy especiales! Nos sirvieron una copa de champán que nos dieron a la entrada en el recorrido hasta la mesa... Al llegar a la mesa y querer brindar a mí se me resbaló, pero disimulé y casi nadie se dio cuenta... Hasta que no se lo dije Lierka no lo vio.
En cuanto al banquete, la comida no fue excelente... ¡fue mejor aún! La organización de las mesas fue un tanto atípica, nos sentamos con los mejores amigos, los más cercanos, ya que creíamos que sería más divertido tanto para nosotros como para nuestros padres el poder disfrutar de este día con la familia que ellos tanto aman y que tristemente tan lejos viven de nosotros... De ahí esta organización que creemos fue un éxito.
Como siempre, los novios nos pasamos todo el rato levantándonos para saludar, preguntar si todo iba bien, agradecer que viniesen y todo... Me encanta esa parte de hacer de anfitrión y tengo que aprovechar porque Lierka no disfruta demasiado. Nos complementamos hasta para eso...
Dimos unos detalles a unos amigos, a nuestros testigos, Isaac y Eva, una pulsera y un collar respectivamente, a nuestros padres un elegante botellero abrelatas y a nuestras madres un ramo de flores precioso. Por otra parte, el ramo de novia se lo decidimos entregar a Tatiana, la futura mujer de Isaac, ya que se supone que en "breve" caerá boda. En el momento de soltar nuestro discurso especial... ¡nos dimos cuenta que ni Lierka ni yo lo teníamos! Yo lo tenía en mi coche en la Ermita y Lierka... bueno digamos que no sabía dónde estaba y que nunca más lo supo. Como no tenía forma de llegar hasta mi discurso, volví a solicitar a Narciso y a Bergua, otro buen amigo, que me lo fuesen a buscar al coche con su coche. Fueron unas balas y salvaron de nuevo la situación. Aquel discurso agradecía a los invitados su visita y asistencia y destacaba un poco el papel de nuestros padres en el enlace. Conté un chiste muy malo al final del discurso para relajar el ambiente y lo que me llevé fueron abucheos cariñosos... debo dejar el mundo del humor.
Terminamos de "comer" (no pudimos comernos todos los platos porque estábamos más de pie que comiendo mientras saludábamos) y nos pusimos a cortar la tarta de boda. Fue difícil, Lierka no sabía dónde ponerse, temblaba y yo, por otro lado, no paraba de pisarle el vestido de novia cuya cola era excesivamente larga cola desde mi punto de vista, ¡y entonces caí en la cuenta de que debíamos realizar el vals nupcial con ese vestido! Llevábamos unas 16 horas ensayando y yo seguía metiendo la pata... y ahora encima dificultad añadida... Se me subió toda la comida de golpe, pero no quise decirle nada a Lierka... debía ser un machote y afrontarlo.
Tras cortar la tarta nos hicimos algunas fotos con los invitados y ya fuimos a hablar con el DJ para que nos pusiese la música del vals nupcial... Siempre de Mago de Oz. Sorpresa... no sabía que tenía que ponerla porque el DJ que vino era el hermano de la persona que nosotros habíamos contratado... yo estaba al borde del colapso y de decirle de todo, pero no era culpa del pobre Diego, así que me serené e intenté que solucionase el tema. Al final sin dar más detalles conseguimos que lo hiciese. ¡El vals empezó como lo ensayamos y salió de 10! ¡No metimos la pata (bueno no metí yo la pata, yo sabía que ella no lo haría) y la gente quedó maravillada!
Posteriormente a eso, ya nos pasamos el resto de la velada saltando y brincando como bobos, divirtiéndonos viendo al fotógrafo perseguir a los invitados que bailaban y a mi hermana pequeña, mi suegra estuvo cerca de protagonizar un striptease... (no, no bebió... dejémoslo ahí), mi familia fue un orgullo, se portó fenomenal especial mención a mi tío Josi, le debo una buena birra.
El único incidente que debo mencionar fue que no pusieron la música que durante más de 16 horas seleccionamos mi mujer y yo, cosa que nos cortó bastante el rollo, pero no quiero incidir en la parte negativa... para más detalles por privado.
Después de que se fuesen los invitados a las 23 horas que era cuando salía el bus, nos quedamos con los amigos más cercanos y que dormían en el mismo hotel que nosotros, tuvimos una charla muy agradable y poco después nos despedimos con mucho cariño todos. Quedamos en desayunar juntos al día siguiente en el hotel.
En la noche de bodas un detalle entretenido fue quitar el vestido de novia... creo que estuvimos cerca de 15 minutos de reloj solo para desabrocharlo.
Espero que mi experiencia sirva para otras parejas. ¡Casarse es un acto de amor puro, lo haces para expresar lo que sientes ante el mundo y qué porras, para matar de envidia al resto de la familia, que me casé con la mejor mujer del mundo!
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