La boda de Laura y Jose en San Juan De Alicante, Alicante
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L&J
09 Jun, 2012El día de nuestra boda
El día de la boda fue el día en el que estuve más tranquila de toda la semana. Me había mudado a casa de mi padre para poder estar con mi hermana y mi hermano en todo momento. Me levanté temprano, a eso de las 8, y eso que no tenía prisa ya que la boda era por la tarde. Desayunamos tranquilamente y mi hermana y yo nos fuimos a la peluquería. Yo solo tenía que ir a que me marcaran, luego terminaban de peinarme y maquillarme en casa, pero a mi hermana la tenían que peinar, así que como no había prisa la dejé en su peluquería y me fui andando a la mía.
Todavía no estaba nerviosa, tenía tiempo de sobra para comer, ducharme y asearme. Cual fue mi sorpresa que cuando yo estaba terminando de comer llegó mi hermana llorando como una magdalena porque no le gustaba el peinado y quería quitárselo. A todo esto mi padre intentando arreglar un tema del seguro porque el día antes se le había roto el coche, roto que lo ha tenido que cambiar, así que cuando me llama el peluquero y la esteticién para decirme que me ponga el vestido que ya vienen, mi familia estaba sumida en el caos, por lo que con toda tranquilidad me empecé a vestir ayudada por mi hermano, que no tenía ni idea de como abrochar el vestido ya que él no había venido a la prueba, pero lo hizo bien.
Seguir leyendo »Mientras el peluquero y la estaticién me arreglaban mi familia también se ponía a ello. Cuando la chica terminó conmigo le dije si me hacía el favor de arreglar un poco a mi hermana para que estuviera más tranquila y así poder estar todos contentos.
Con todo esto empezó a venir toda mi familia a casa, unas 40 personas, para hacernos unas fotos y tomar algo, la sesión de fotos fue chula.
En el coche camino de la iglesia íbamos riendo tranquilamente hasta que vi la iglesia, en ese momento he de reconocer que me puse un poco nerviosa, pero se me pasó cuando Jose me abrió la puerta y nos pusimos de charreta a esperar nuestro momento de entrar. Una vez estaba caminando por la iglesia estaba tan contenta que me puse a saludar a la gente, por lo que la gente se empezó a reír.
Tras la misa mi tío nos preparó en el coche una botella de cava con dos copas para el trayecto hasta la finca, donde nos hicimo las fotos.
Yo no quería fotos demasiado seria o de posado, no es mi carácter así que lo que se me iba ocurriendo lo hacía, de este modo el álbum ha salido mucho más animado.
Tras la sesión de fotos compartimos unos momentos con los amigos y posteriormente la cena, en la que a pesar de lo que me dijeron, ¡si que cené porque tenía hambre y dije que no me levantaba hasta que no terminara cada plato! Durante la cena y después de ésta tuvimos nuestros momentos de risas y lágrimas. Fue muy emotiva la lectura de mi hermano; la entrega del ramo (donde le di una flor a cada chica de mi familia, ya que era un ramo de tulipanes y era muy significativo para nosotras); los detallitos a los invitados y el baile. Tras esto todo fueron risas, bailes y fotos con los amigos.
Cuando estábamos ya en el viaje, con la distancia de por medio y las horas de avión, recordábamos la boda como si de hace mil años se tratara. Fue muy raro, hasta que no volvimos a casa todo quedó en un segundo plano.
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