La boda de Justin y Silvia en Madrid, Madrid
De noche Verano Rojo 2 profesionales
J&S
07 Ago, 2010El día de nuestra boda
Ya han pasado dos años y medio pero aquí la comparto con vosotras. La mezcla de culturas entre España y Nueva Zelanda hizo que la boda fuera inolvidable.
Todo empezó el martes 3 de agosto de 2010 cuando fuimos a recoger al mellizo de mi marido que venía de Australia. ¡Qué emoción en el aeropuerto, todos llorando! Esta escena se repitió el miércoles, el jueves y el viernes con más familia de mi chico que llegaba de Canadá, Nueva Zelanda... Esos cuatro días fueron de locura, sin parar, corriendo literalmente de sitio en sitio con preparativos y de turismo.
El viernes 6 fue la comida pre-boda con mis padres y la familia de mi chico que se encontraban por primera vez. Todos íbamos vestidos de blanco y fue genial. Risas, comida... Nos dejaron el restaurante para nosotros solos; menú del día, e incluso nos dejaron llevar a Coco, nuestro perro, que llevó los anillos.
De ahí Justin, su sobrino y yo a las 7 de la tarde del viernes nos fuimos a recoger los trajes y los llevamos al hotel. Nuestro plan era irnos a dormir a las 8 porque durante las últimas tres noches habíamos dormido unas seis horas en total, 2 cada día. No pudo ser. Al llegar al hotel mis amigos de Escocia, Alemania... ¡ya estaban esperándonos para tomar unas cañas! Por fin a las 10 llegamos muertos a la habitación, listos para ir a dormir, ¡pero NO! a los 10 minutos de estar allí llega mi cuñado, el novio de mi hermana, corriendo todo rojo y sudando con Coco y me dice que mi madre se ha desmayado en el supermercado, que no respira y que no saben que le pasa. Empecé a correr tan rápido que mi cuñado y mi marido no me podían alcanzar. Cuando llegamos el Samur estaba allí, al ver la ambulancia me dio un vuelco el corazón. No me dejaron verla porque yo estaba muy nerviosa. Se la llevaron al hospital. Mi padre me dijo que yo no iba ni loca, que mi madre se iba a poner bien y que la boda seguía adelante.
Seguir leyendo »Esperé en la habitación del hotel llorando, por fin llamó mi hermana. Mi madre estaba bien, le estaban haciendo pruebas. A las 6:30 de la mañana llegó mi madre al hotel. Yo a todo esto sin dormir, claro, llorando y haciendo cosas de última hora. Al ver a mi madre vi el cielo. A las 7:30 me fui a la cama a dormir una hora, o lo intenté y a las 8:30 ya estaba arriba. ¡Había gente llamando a la puerta! Hicimos desayuno con amigos y familia, mi madre estaba bien. Le di a mi chico el último beso de soltera y saqué a Coco yo sola de paseo para desconectar y relajarme.
A las 12 peluquero y maquilladora en mi puerta, ¡qué nervios! Le dije a mi maquilladora: Espero que tengas mucho maquillaje porque soy la única novia del mundo que se casa sin dormir y mira mis ojeras. El peluquero empezó a peinarme y charlar como que nos conocíamos de toda la vida y se me olvidó todo el estrés del día anterior, así que me tranquilicé. A las 4: 30 llegó el fotógrafo para hacerme fotos mientras me maquillaba. Me vistieron y cuando me miré al espejo casi lloro y más cuando el mellizo de mi marido me miró con lágrimas en los ojos.
Mi padre, mi hermana-dama de honor y el best-man de mi chico, su mellizo, todos en la limusina abrimos la botella de champán y todos brindamos porque mi madre estaba bien y porque la boda estaba saliendo perfecta. ¡Como me supo esa copa!, aunque me costó beberla porque me temblaban las manos.
Dimos unas vueltas y llegamos al hotel. Primero salieron mi hermana y mi cuñado, mellizo de mi chico con la canción de Panachebel y las niñas de flores delante. Después mi padre y yo. Me temblaban las piernas cuando vi a tanta gente pero fue ver a mi marido y empecé a sonreír. Todo el día sin poder parar. Me dio una tranquilidad... Como le quiero tanto nada más me importaba.
Él dice que estaba muy tranquilo y de repente ponen la marcha nupcial y me ve y dice q se le llenaron los ojos de lágrimas, que parecía que había visto un ángel y que gracias a Dios todo el mundo me miraba a mí y no le vieron con las lágrimas.
La ceremonia preciosa, hicimos la ceremonia de las velas y fue muy emotivo. Y cuando Coco trajo los anillos a la gente se le caía la baba ¡y a nosotros más!
Al terminar, el grupo flamenco nos tocó una canción de Paco de Lucía y a continuación la lluvia de arroz. Nos fuimos al Retiro a hacer las fotos ju nto a la dama de honor, los chicos acompañantes de mi marido y Coco. Todos en la limusina con más champán. ¡Qué recuerdos! Al volver fotos con familia y amigos alrededor de la piscina.
La entrada al restaurante, ¡qué pasada!con la canción de Black Eye Peas "Tonight is gonna be a good night". La gente de pie chillando, bailando, silbando... ¡Qué subidón de adrenalina!
Después los discursos de los hemanos de Justin, preciosos. Mi hermana me hizo un cd del amor entre nosotras dos. Hemos pasado de todo juntas, muchas cosas malas y buenas. Lo hizo en la radio donde trabaja con su preciosa voz. Lloré durante todo el tiempo que duró. Incluso la intérprete que no nos conoce de nada lloraba y gente extranjera que no lo entendía también. El regalo más bonito de bodas, incluso ahora lloro recordándolo.
Después los chicos hicieron el baile típico de Nueva Zelanda, la Haka.
Los niños espontáneamente salieron después a bailar la Macarena. ¡Qué graciosos y que bonito quedó esto improvisado!
Pusimos el vídeo con nuestras fotos que quedó precioso también.
Corte de la tarta, risas ¡y muchas con la espada! Es que me pasé el día riendo.
Después hicimos nuestra coreografía, que salió preciosa. Mi chico super tranquilo me miró a los ojos, como si no hubiera gente alrededor, y eso me dio mucha paz a mí.
En ese momento me di cuenta de que durante todo el día mi marido había estado pendiente de mí cada minuto; había hecho cada cosa que le pedí perfectamente; había sido mi cómplice, mi otra mitad cuando más lo necesitaba. En los momentos de más tensión no me había fallado y hacía cualquier cosa para que yo estuviera tranquila. Me di cuenta de que por todo eso era por lo que me había casado con él.
Después tiré el ramo entre las solteras y Justin mi liga entre los solteros como manda la tradición de Nueva Zelanda (que previamente me había quitado con la boca).
Os digo que la mezcla de culturas hizo que todo el mundo se sintiera parte de la boda, todo el mundo hizo algo. Un montón de gente me ha dicho que es la mejor boda a la que han ido nunca, gente que me conoció ese día, parejas de amigos que se lo pasaron como enanos. Las primaras personas en irse lo hicieron sobre las 3:30 de la mañana y el baile duró hasta las 7 en el mismo sitio con la barra libre. De ahí nos fuimos unos 12 a la chocolatería San Ginés a por el chocolate con churros, así que llegamos al hotel a las 8:30 del domingo. Por supuesto no hubo noche de bodas, ducha y a dormir y a las 10 de la mañana del domingo arriba otra vez: desayuno familiar y comida. A por el coche de alquiler y tour alrededor de España diez días.
Os digo que perdí dos kilos en tres días. El vestido me estaba perfecto el martes y el viernes me venía grande.
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